36

1.4K 53 8
                                    

Bajamos del taxi, la verdad tenía bastante curiosidad de a donde coño íbamos a ir.

- ¿Cómo es qué se te ha ocurrido colarte en mí instituto? - pregunto aún pasmada- te pudieron haber descubierto.

- Amor, lo teníamos todo planeado. Bueno, Valentina no estaba del todo informada, pero salió bien.

- Tendrás que darle mucho Starbucks a Brenda - deje un beso en su mejilla, me lamí los labios al verlo tan detenidamente.

- Me pones nervioso cuando me miras así- me dice entrelazando nuestras manos para comenzar a caminar

-¿Así cómo?

- Como si quieras comerme- susurra y suelto una risa.

- Te ves muy apetecible- me encogí de hombro.

- Lo sé, me lo dicen seguido - le empujo por los hombros, ni lo moví.

-Tenía unas bermudas negras y una camiseta blanca, un poco holgada. Joder, este se ve guapo las 24 horas del día

- Lamento decirte que tengo que venderte los ojos.

- ¿Qué....? - pregunte

De su mochila saca una banda negra y la dobla

- ¿Esto es algún tipo asesinado? - pregunté, y me puso la venda sobre los ojos, la ato delicadamente detrás de mí.

- Tal vez.

- No, no, aún no. Tengo que conocer a João Felix primero.

- ¿A João, eh?- pregunta con tono sarcástico.

- Pues sí, es guap...!Ah! ¡¿Qué ha sido eso?! - le alarme al sentir algo rozar mis labios, se comienza a reír cuando saque la lengua para sentir algo a mi alrededor.

La punta de mi lengua toca lo que reconozco como sus labios, segundo después me besa levemente.

- Son mis labios.

- ¿En serio, no me digas?- dije sarcásticamente- Al menos dime donde será mi muerte.

- Es sorpresa.

- Sabes, cuando te dije sobre mi sueño de las cincuenta sombras de Grey, sobre el helicóptero. Jamás mencione nada de eso - señale la venda y él suelta una risa.

- Amor, confía en mí - seguimos caminando - si confías en mí, vas a vivir para conocer a João.

- Claro que confío en ti, pero me desespera no ver nada- digo estirando las manos para golpear levente su frente - Piensa en João, tu única razón paga seguir viviendo- repito una y otra vez como un mantra, lo escucho bufar y me aguanto la risa.

- Pensé que ese era yo.

- Ah sí, tú también.

- Que mala.

- ¿Ya llegamos? - pregunto como por quinta vez y por quinta vez niega - ¿ya llegamos?

- No.

- ¿Ya merito? - pregunte estirando el labio.

- Sí, ya llegamos.

- ¡Al fin!

Se separa de mi lado y me quedo sola por un lapso de segundo, siento como abre la puerta de una casa.

- Oh, sabía que los guapos no eran confiables, voy a morir.

Abby, ya basta- lo escuche con tono divertido- venga.

- ¡AH!

Solté un grito cuando me cargo en sus brazos como princesa o cadáver en este caso.

- Héctor, voy a caerme - dije aferrándose a su cuello.

FIX YOU// Héctor FortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora