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Jamás pensé que una boda podía ser tan estresante. Bueno, estresante para ellos y para la novia, porque el abuelo y yo estábamos muy concentrados en nuestro juego de naipes. En donde volvía perder.

-Abby, más te vale hacerte millonaria antes me muera, me debes bastante dinero- le mire mal cuando arrastro los billetes a su lado.

-¿Y tú en que lo vas a gastar? ¿En remedios para atrasar la muerte? - pregunté y él soltó una risa.

-Quien sabe y te compro talento o buen gusto - me contestó  y mis hermanos corearon un "uhhh".

-Me voy a retractar de ser tu acompañante, anciano.

-¿Quién dijo que tú me acompañas? Más bien yo humildemente yo lo hago contigo, Abby.

-Buena esa - mi hermana y mi abuelo chocaron los puños.

Mamá nos envió a todo a prepararnos para la boda.

Por suerte Carlos y los demás nos estaban en casa. Gracias al cielo Tomás se fue, Pau e Irene, se llevaban mal con él, tan mal que cuando comíamos en familia, Pau le escupía algún comentario sarcástico y me ponía mala cara para molestarle, pero Tomás le ignoraba, cosa que a Pau le sacaba de sus casillas. Y en algún punto terminaban discutiendo, menos mal que no había balones o cosas punzantes cerca de mi hermano.

Le tuve contar todo el tema y los celos que le generaba el chico a Héctor.

-Vale, no lo voy a mirar feo. Siempre y cuando esté a una distancia de ocho metros de ti, porque si le veo acercarse, me haré asesinos de pretendientes molestos.

-Vale.

Era un gran paso, ahora el simio de mi hermano, advierte de sus acciones.

Las horas pasaban y luego de salir de la ducha. Mi hermana y yo teníamos vestidos casi iguales, el mío era rosa palo con hombros descubierto y un tajo en la pierna que llegaba hasta el piso, los zapatos era de color plateados con pedrería de fantasía. Irene me había peinado con dos trencitas en el cabello.

Mi maquillaje era muy sencillo, simplemente era un poco de sombra en los ojos, y lo único de joyería que tenía era el colgante de mariposa que Héctor me había dado, quizás era para sentir que lo tenía cerca de mí.

Mi hermano salió con del baño con su esmoquin negro y su corbata del mismo color, silbo al verme y me da media una vuelta con su mano.

-Guau, te has bañado - dijo y le miré mal- estás hermosa.

-Bueno, ya estamos listo.

Mi hermana tenía un vestido color lila con escote en la espalda y de tirantes. Su cabello estaba peinado con una coleta muy bien hecha.

-¿Quién era él en cargado de esconder el alcohol en él baso con tapa? - preguntó mi hermano.

-El abuelo- dijimos al mismo tiempo.

-Madre mía ya quisiera yo tener el hígado de ese señor- tomé mi cámara y ya estamos más que listos.

-Bajamos las escaleras. Mi mamá estaba muy emocionada por esta boda. Su vestido era negro con magas largas y unos brillos se adornaban en él. Su cabello rubio estaba peinado con un lindo tomate. Estaba guapísima.

Mi prima ya estaba con su vestido blanco estilo princesa con encaje.

-Bueno, ya estamos listo para el velorio...- mi abuela le dio un leve golpe en el brazo a mi abuelo - quiero decir la boda, que durara por mucho, muchos años.

Tome el brazo de mi abuelo y mi hermano para salir de la casa

La iglesia estaba decorada con flores blancas. Me tomé foto con mis pares, mis abuelos, mis hermanos y con la novia. Siempre me han emocionado las bodas, y me sentía como niña pequeña tomando fotos de todo.

FIX YOU// Héctor FortDonde viven las historias. Descúbrelo ahora