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Si escuchaba una vez más ese maldito reloj sonar con el paso de las manecillas, estaba seguro que perdería la cordura.

Llevaba más de 2 horas y media esperando ver a Diego y nadie les decía absolutamente nada.

Estaba cansado, no había dormido, ni comido, ni bebido algún sólo líquido, no había respirado aire de afuera desde que pisó el hospital y créanme, que era lo que menos le importaba.

Lo que más le importaba, era ver a Diego.

-Familia Lainez Leyva. - al fin esa frase fue dicha, haciendo a todos ponerse de pie para acercarse al médico. -Todo salió más que maravilloso en la transfusión, Diego esta fuera de peligro.

Edson sólo dejó caer su cabeza viendo al suelo para musitar un "gracias dios" desde lo más profundo de su alma.

Sirvió de mucho todo lo que le estuvo rezando a la virgencita del hospital y por supuesto y lo más importante, todo lo que el personal de salud hizo para que Diego pudiera vivir.

-Pero el tema viene ahora con la bebé. - el puto bajón. -Valentina se va a tener que quedar dentro de UCI por lo menos un mes, y eso va a depender bastante de su evolución. - dijo. -Saben que Valentina nació demasiado demasiado prematura, es de bajo peso y todo este tipo de factores pueden repercutir en su salud para un futuro, pero aquí va a estar evidentemente mejor controlada y se estará en sumo monitoreo para su salud.

Edson sabía que no todo podía ser miel sobre hojuelas, pues ya consideraba bastante un milagro el que ambos pudieran estar aquí, en este plano terrenal.

Ahora no quedaba más que confiar y esperar el proceso de Valentina para su desarrollo.

Cuando finalmente pasaron a piso a Lainez, fue hasta ese momento que pudo conocer a mayor detalle a la pequeña Valentina.

Tan pequeña, tan llena de vida.

Tan ella, tan una mezcla de los dos.

-No juegues...- murmuró Lainez mirando a un pequeño cuerpecito dentro de la incubadora a través del cristal. -Es... ¿Es nuestra? - preguntó. - ¿Nosotros la hicimos?

-Créeme que recuerdo ese día como si fuera ayer. - Edson tomó a Diego por la cintura para acercarlo aún más a él. -Buen juego me aventé, nos salió bien chula. - las ocurrencias de Edson lo hicieron sonreír.

Ambos miraban a la pequeña a la distancia mientras Diego sólo acariciaba el cristal, anhelando que fuera ella.

-Te tenía una noticia cuando llegara del trabajo pero alguien se nos adelantó. - mencionó señalando a su princesa con la mirada.

- ¿Ah sí? ¿Y cuál era esa noticia? -preguntó Lainez intrigado.

-La Volpe, mi entrenador... Me dijo que quiere que vayas a entrenar fut con nosotros, con el equipo. - contó con alegría en la mirada, mordiéndose la punta de la lengua y Diego abrió ligeramente la boca.

- ¿Que quién te dijo qué?

-El día del partido cundo me fuiste a ver y estabas a nivel de cancha haciendo dominadas y la madre, el profe te vió, dijo que simplemente vió algo en tí que sabía que le podía traer beneficios al equipo. - contó. -Y me pidió que te convenciera.

- ¿Y qué le dijiste?

-Le dije que sí, pero que me iba a tener que esperar unos mesecitos, como unos 5, bueno tomando en cuenta que creí que ibas a terminar con el embarazo a los 9, pero pues ahorita que se adelantó no sé. - respondió encogiéndose de hombros sin apartar la vista del cristal. -Pero pues no sé tú que digas. - dijo esta vez mirando a Diego.

𝘈𝘮𝘢𝘳𝘵𝘦 𝘋𝘶𝘦𝘭𝘦 ||𝘌𝘥𝘴𝘰𝘯 𝘈. 𝘹 𝘋𝘪𝘦𝘨𝘰 𝘓.||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora