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Llegó a la escuela de mal humor, había estado faltando mucho y ya no podía darle más problemas a su pobre madre, iba despreocupado por los apenas vacíos pasillos de la institución, salió muy temprano de su hogar para su gusto, por suerte encontró abierta la escuela, de lo contrario se hubiera regresado.

Su caminata fue interrumpida cuando con fuerza lo lanzaron contra la pared, fue suficiente para que los alumnos que estuvieran ahí se fueran, otros se alejaron lo suficiente para no involucrarse pero si para ver lo que pasaba.

—¿Qué le hiciste a Roier pedazo de mierda?— Spreen lo tenía sujetado por el cuello de la playera, rodó los ojos con fastidio, ya se había tardado en aparecer.

—Nada que sea de tu interés, ¿Puedes dejarme en paz?, yo ya no tengo nada que ver con ustedes— de defendió con aquel tono tan despreocupado que molestaba al más alto, quien mostró la inconformidad volviendo a azotarlo contra la pared.

Sacó un jadeó de dolor, se arrepintió al instante pues odiaba verse débil, pero más que obvio que jamás le ganaría en una pelea a Spreen.

—Que sea la última vez que te le acercas imbécil— escupió sobre la sudadera del portador de una gorra, se alejó a paso lento, en caso de que Quackity quisiera agregar algo más en busca de pelea.
Cosa que el más bajo no haría, no era tan estupido.

El resto del día no fue tan diferente, no sabía que había pasado dentro de la escuela para que varios lo mirarán de más, extrañaba pasar desapercibido entre la gente, nunca se metía con alguien que no le hubiera hecho nada, tener a tanta gente observándolo lo ponía nervioso.

Tanto así que terminó por esconderse en los baños, intentando pensar si Roier o alguien más difundió algún problema inventado, no se esperaría menos del castaño después de la discusión que casi acaba en tragedia.

Estaba apunto de salir del cubículo en el que se había resguardado por al menos dos horas, fue interrumpido por una turba de risas y pisadas fuertes, estaban molestando a alguien.

—S-sueltenme, yo no les hice nada—

Conocía esa chillona voz en donde fuera que estuviera, era Juan, ¿Quién lo molestaba?, esta vez no había mandado a nadie a hacerlo.

—Calla maricon, que está vez no tienes a tus novios para que te defiendan— escucho un golpe seco —Más te vale que vayas soltando el dinero, tendrás que hacernos más favores si no quieres que te molestemos.

No escucho más, al parecer Juan si les había dado el dinero, iba a salir cuando volvió a escuchar otro golpe en seco y un chillido de seguramente dolor.

—Nos vemos putito— con eso el baño volvió a quedar en silencio por largos segundos, hasta que un llanto hizo eco en el lugar.

Apretó sus puños dudando si salir o quedarse ahí, al final lo hizo, fingió un porte calmado y de superioridad a la par que se ponía en cunclillas, estando a la altura de Juan quien había cesado el llanto al verlo.

—¿Y-y tu que quieres eh?, Ya no tengo nada, si vienes a burlarte hazlo, no me importa— quitó sus lentes limpiando los con las mangas de su suéter, aún lloraba pero sin emitir sonido alguno.

Quackity sintió temblar su corazón, no sabría exactamente como describirlo, pero verlo llorar está vez no le caducaba satisfacción, más bien algo parecido a cuando su hermano menor lloraba.

—Yo no fuí— soltó de golpe, Juan detuvo su acción para verlo con clara confusión.

—¿De que hablas?— se notaba tenso, seguramente no confiaba en sus palabras, y como hacerlo si nunca fue alguien de fiar.

—Yo no los mande a qué te hicieran esto, jamás dejaría que te insulten de esa forma— vio la sorpresa en los ojos del castaño, tal vez había hablado de más, hasta él en algún momento recuerda haberlo llamado con esos sobrenombres —Yo ni siquiera he venido acá, así que no fui yo—

—Ya ¿y? ¿Quieres un aplauso? Gracias o gran quackity por no molestarme hoy, eres tan humildes— hizo un falso tono de agradecimiento, el pelinegro apretó la quijada para no insultarlo —¿Ya me puedes dejar en paz?—

Juan se levantó a duras penas, tambaleándose pues no era la primera vez que esos matones le pegaban.
Aquello no paso desapercibido por Quackity, que no dudo en actuar para sostenerlo cuando el de lentes iba a caer.

—¿Estás bien?— Juan lo empujó, alejándolo lo más que pudo.

—¿A qué estás jugando Alexis? ¿Quieres ayudarme ahora después de joderme todo esté tiempo? Ya no me gustas eh, ya no intentes con esa carta, tus amiguitos ya se encargaron de molestarme mucho ¿Ahora vas a fingir que eres bueno?, me das asco, no se cómo me llegaste a gustar—

Quackity se quedó parado procesando todo lo dicho por el castaño, ¿qué tanto había pasado en esa semana? ¿Dónde estaba el Juan tímido que jamás se atrevería a responderle? ¿Qué tanto le habían hecho?

Iba a hablar, pero tardo tanto en formular una oración coherente que terminó callando al ver cómo Roier llegaba a auxiliar a Juan, no lo miro directamente y el castaño más alto tampoco lo hizo.
Apenas sentía como si hubiera pasado solo un día desde que lo amenazó con publicar sus fotos como su alter ego "Melissa", de todas formas nunca lo hubiera hecho, pero sabe que Roier ya no le creería nada.

Tenía que volver a empezar, ¿Cómo borrar años de personalidad?, si le preguntaban ahora mismo, el nunca quiso ser un bully, Roier tenía razón, solo tenía miedo de acabar como su triste madre.

Tenía que volver a empezar, ¿Cómo borrar años de personalidad?, si le preguntaban ahora mismo, el nunca quiso ser un bully, Roier tenía razón, solo tenía miedo de acabar como su triste madre

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—¿Estás bien? ¿Te hizo algo además de golpearte?— Roier inspeccionaba el rostro de Juan, tenía pequeños moretones y una marca de una mano, seguramente una cachetada.

—No fue él Ro... él dijo que no estaba mandando a nadie— habló bajito, como si lo que dijera fuera una vil mentira que se castigaría.

—¿Neta la crees wey?— chasqueo con la lengua, estaba molesto por como Juan llegaba a defender a quackity — Mira como te dejo, si llegas así a tu casa te van a sacar de la escuela— Advirtió —Aunque ahora pienso que sería lo mejor— murmuró pero aún así fue audible para Juan.

—¿No se supone que estás de mi lado? Amo estar aquí, me va bien en las clases, me gusta estar contigo y con Spreen, solo son una o dos horas donde me pasa esto, pero estoy bien Ro, yo puedo soportarlo— bramó molesto, odiaba que si amigo se pusiera del lado de los pensamientos de Drako, quien por fortuna no estaba a sus alrededores.

—Lo siento Juanito, no volveré a decir eso— suspiró rindiéndose ante su amigo —Vamos a casa— lo ayudo con su mochila y Juan lo siguió por detrás.

No quería, realmente no quería confiar en Quackity, pero había algo, algo que le decía que tuviera fe en él, tal vez el hecho de que el pelinegro se había estado escondiendo en ese baño, es por eso que el mismo término entrando, lastimosamente chocando con sus nuevos agresores.
Quería saber que ocurría dentro de la mente de quackity, el por qué se había tomado el tiempo de explicarle que el no había mandado a nadie, tal vez, muy en el fondo, Juan todavía quería a Alexis.

































Perdón por tardar tanto chavos, y si hay faltas de ortografía o palabras mal escritas en general srry!, ily!

Cagón       (Juackity)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora