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Extrañamente para Juan su primera semana dentro del bachillerato no había sido un desastre como él lo pensó.
Tal vez el hecho de que ahora sí tenía un verdadero amigo fue lo que facilitó todo, Roier en pocas palabras, logro que toda la percepción que él tenía de la escuela fuera remplazada por algo más normal y simple.

—Entonces le dije ese es mi perro pero al cabrón le valió verga y por eso ya no le hablo— hablo con tristeza y enojo para después morder su sandwich.

Juan parpadeó varias veces, era hora libre y la aprovecharon de la mejor forma posible: comiendo y chismeando, no esperaba que los chismes que tenía su amigo eran tan tristes.

—¿Y ya? ¿osea no luchaste por tu firusflais? Pero eso se puede demandar o una madre así— habló con coraje e impotencia.

—Pues la verdad ya no quise pelear, además era como un vacío legal o algo así porque era nuestro perro, los dos lo compramos— continúo comiendo ahora con más tranquilidad.

—No lo se amigo, está muy raro todo eso, yo no tengo mascotas, mi hermano es alérgico y se hincha así todo culero cuando algún animal se le acerca— soltó una risita al recordad como se ve Drako cuando le da alergia.

—Igual no me quedaron ganas de tener otra mascota, capaz llega Spreen y me la roba otra vez— comentó con gracia, realmente queriendo más llorar que reír.

—Solo para recapitular, Spreen es el que te robo tu perro ¿Verdad?—

Roier asintió y con dos mordidas más termino su comida, sacudió sus manos para eliminar el rastro de migajas y luego metió una de ellas al topper de su compañero.

—es un pendejo roba perros y mi ex, para acabarla de chingar— tomó una uva del almuerzo de Juan recibiendo una mala mirada —lo peor es que también va en esta escuela solo que un grupo diferente, que te puedo decir, ¿Y tú? ¿no tienes un chisme acá calientito?—

Juan se quedó pensativo, podría contarle su gran travesía en la primaria pues fuera de ahí su vida era aburrida.

—Pues está es mi segunda vez en una escuela, yo venía de estudiar en casa pero mi mamá dijo que era mejor que aprendiera a socializar o un pedo así — menciono bordemente.

—Que chido, yo toda la pinche vida me tuve que levantar a las seis de la mañana para llegar hasta mi escuelita ¿Por qué estudiabas en casa?— siguió consumiendo la comida ajena.

—Unos pedillos— tomó un puñado de uvas y se las llevo a la boca, no tenía muchas ganas de recordar su trauma escolar.

—Uy que mamón— rodó los ojos con una sonrisa en rostro —Algún día me lo vas a tener que contar ni creas que te escapas de mi—

—Siento que eso tardará mucho tiempo yo no suelto nadota— hizo como si su boca fuera un cierre.

La jornada escolar había finalizado y no había nadie mejor que Juan para disfrutar ese momento, no es que sus clases fueran difíciles o tediosas, lo horrible eran sus compañeros

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La jornada escolar había finalizado y no había nadie mejor que Juan para disfrutar ese momento, no es que sus clases fueran difíciles o tediosas, lo horrible eran sus compañeros.

Cagón       (Juackity)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora