Cagón (Juackity)

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Nunca le había tocado estar en el piso, ni siquiera cuando jugaba pesado con Spreen, aunque de eso ya tenía tiempo y tal vez sus recuerdos están algo empolvados.

Saliendo de su trance de pensamientos volvió a sentir como nuevamente era arrojado al lodo, hoy era un día de lluvia y suponía que eso tenía que haberlo previsto, ahora estaba sucio, empapado y lastimado, nunca emitió algún sonido durante la golpiza y burlas que recibió.

Cuando por fin lo dejaron de molestar fue entonces que pudo tranquilizar su respiración y pensar seriamente si debía seguir haciendo eso, ofrecerse como voluntario para que dejarán a Juan en paz en un principio parecía buen plan, pero ahora que le toca sufrir lo que el de lentes alguna vez sufrió ya no era tan magnífico plan.

Se levantó con dificultad del enorme charco, hizo un intento de sacudirse al menos un poco de lodo, era casi imposible que con solo palmear su ropa saliera todo el líquido marrón.
Se quitó su sudadera por la horrible sensación de tierra colándose en sus mangas, de todos modos ya estaba mojado así que no importaba que ahora fuera en una camisa de manga corta bajo el agua, igual nadie lo vería, la hora de salida fue hace mucho y con esa lluvia solo un idiota estaría parado en ese clima.

—¿Estás bien?— Si, si había un idiota que lo haría.

Lo ignoró como pudo, pasando a su lado sin decir ni una palabra, solo cubriendo sus brazos para que no notará los moretones, odiaba que alguien lo viera débil.

—Oye culero te estoy hablando bien— escuchó cómo se acercaba, los charcos lo delataban aunque igual nunca había sido callado con él.

—No molestes cagón, estoy muy ocupado ahora— la lluvia había cesado sobre su cabeza, Juan lo estaba cubriendo con un horrible paraguas de abejas.

—¿Por qué dejas que te hagan eso?— sonó extrañamente preocupado, quackity se encogió de hombros, le daba pena contar la verdadera razón.

—Les debía algunas cosas— inventó una excusa mientras continuaba su camino, Juan siguiéndole por detrás aún cubriéndolo de la lluvia.

—¿Toda la semana? No es normal, si... Si ocupas ayuda puedes decirme—

Quackity se detuvo y por fin encaro a Juan con molestia, ¿Por qué no simplemente podía disfrutar de que ahora nadie lo molestará?, ¿qué tenía que hacer para que dejara de hablarle?

—No necesito tu ayuda ni la de nadie, ya déjame en paz, creí que no querías verme y por fin lo estoy cumpliendo ¿Qué quieres de mi?— lo empujó levemente, quitándose la protección que otorgaba el paraguas.

—Yo se que no nos llevábamos bien, créeme lo tengo entendido desde que nos vimos en primaria— rodó sus ojos, se mantenía firme y seguro de lo que estaba por decir, ya no era el mismo niño asustadizo y eso causo intriga en el pelinegro —Quiero dejar está enemistad rara que ni se por qué comenzó, simplemente iniciemos de nuevo ¿Si?— extendió su mano.

Quackity miro la extremidad, luego la cara de Juan, se veía nervioso y ansioso por su respuesta, no estaba seguro de realmente cumplir con lo que Juan le pedía, aunque si fingía estar de acuerdo por fin podría dejarlo en paz.

—No— se dio la vuelta, era cobarde muy cobarde para enfrentar sus problemas, si estar en paz con Juan significaba tener que contarle su vida entonces no quería, prefería mantener su imagen de matón y sin sentimientos que ser alguien... Normal.

Juan se quejó en alto, insultando entre rabietas algo infantiles, pateando el agua de los charcos y mandando a volar su propio paraguas; Corrió detrás quackity, tirándolo en el proceso, comenzando golpes leves que a duras penas y atinaban, se daban jalones, uno intentando alejar al otro y el contrario intentando que no se escape.

—¿¡A que le tienes tanto miedo Alex!?— pregunto, su respuesta llegando en forma de un golpe limpio a su mejilla.

—Que te importa cagada— siguieron forcejeando hasta que algo distrajo a quackity y Juan por fin pudo darle un buen golpe.
Sintió como lo alejaban del pelinegro, mareandose en el proceso por ser levantado tan rápido.

—¿¡Pero que hacen!?— era un hombre pelinegro, alto, ojiverde, se parecía un poco a quackity, entrecerró sus ojos pasando su vista desde Alex, quien ya se levantaba, y el señor que llegó a separarlos.

—Nada mamá—

"¿¡MAMÁ!?" El rostro de Juan no pudo contener la sorpresa, seguía mirando a ambos con una expresión estupefacta y con mucha curiosidad.

—¿Nada? ¡Se estaban golpeando!, dios mío Alex— el hombre suspiro y tomo a su hijo del hombro —Pide disculpas— la mirada sería hizo que Quackity acatará la órden.

—Perdón por golpearte Juan—

El castaño quedó mudo por minutos cortos, nunca había recibido disculpas después de ser atacado.

—Yo también siento haberte golpeado— sobo su brazo con incomodidad, quackity no se veía feliz por la escena, en cambio su progenitor incluso dio pequeños aplausos.

—Muy bien chicos, no hay que recurrir a los golpes nunca, siempre el diálogo— Juan vio como Alex rodó los ojos —¿Quieres que te llevemos a tu casa? Sigue lloviendo—

Quackity hizo señas para que negara, considero en hacerlo, pero tampoco iba a desperdiciar la oportunidad de tal vez conocer un poco más al pelinegro.

—Seria de mucha ayuda, gracias—

—¡Excelente!, todos al coche—

Dentro del coche quackity no lo miro ni le hablo, en cambio se la paso platicando con "Frank", el padre/madre de quackity, un buen tipo, carismático y alegre, muy diferente a Alex.

—¿Dónde está Titi?— fue lo único que dijo quackity en todo el camino.

—Tu hermano está con tu tío Samu, de hecho nos quedaremos ahí un tiempo—

Juan por fin vio a quackity sonreír, tal vez ese dichoso hermano o su tío eran la razón, ahora tenía más curiosidad, ni siquiera sabía que Alex tenía hermano.

—Aqui es, un gusto conocerte Juan, eres bienvenido con nosotros cuando gustes—

No había notado que ya estaba fuera de su casa, sonrió en respuesta al adulto, de igual forma agradeció e invito a pasar, sin embargo la familia negó y hasta ahí quedó la plática.

Al entrar a su casa fue atormentado por preguntar de Drako, solo se limito a decir que todo estaba bien y no tenía que preocuparse.

Tenía más oportunidad de conocer a Quackity.