Juan cubito pulió sus zapatos, revisó por última vez su mochila y con un beso en la mejilla se despidió de sus padres.
Su primer día de clases sería fantástico.
-Tenian mucha química oksi
-Se shippean cubitos no personas
-No sigue la línea original...
Miraba la institución con sus ojos tan abiertos como le era posible, no quería perderse ningún detalle, era su primer día y tenía que conocer el lugar para contarle a su madre como era.
Drako había estudiado ahí según le contó su padre, eso le daba más confianza para sentirse con el derecho de sobresalir.
Acomodó sus lentes y sujeto firmemente los tirantes de su mochila, con un respiro hondo se digno a entrar a su salón, había revisado con anterioridad si ese era el salón correcto, por suerte no se había equivocado. El ruido de bastantes niños hablando lo abrumo levemente, al parecer todos decidían llegar temprano pues solo quedaba exactamente un lugar.
—¿Esta ocupado?— pregunto con voz baja al niño que compartía aquella mesa especial para dos infantes.
—Uhm no, puedes sentarte si quieres— un chico con pelo casi anaranjado lo miro con desinterés.
—Vale gracias— dejo la mochila a un costado de la mesa y procedió a sentarse aún mostrando su característica sonrisa emocionada —Me llamo Juan, soy nuevo—
—Yo soy Ibai un gusto— lo miro de reojo.
Juan no entendía por qué Ibai parecía tan distante, pero supuso que tal vez también tendría nervios por la escuela.
—Ah no mames Ibai ¿quién ese pendejo al lado tuyo?—
Juan miro al niño que había pronunciado tal cosa, ¿Por qué lo insultaba? Apenas se conocen.
—¡Oye!, Mi nombre es Juan cubito, soy nuevo, no me digas pendejo— se levantó para enfrentar a la persona que le había dicho tal barbaridad.
Se dio cuenta que se trataba del niño que estaba a la izquierda de Ibai, en la otra mesa, un chamaco pelinegro con gorro y suéter de calamardo.
—Perdón compañero, una disculpa, no debí decirte pendejo.... Debí decirte cagón porque te ves bien cagado— estalló en risas y algunos compañeros que escucharon se unieron en la sinfonía alegre.
—P-pero pero...— Juan quedó sin palabras, ¿Que acababa de pasar? ¿Por qué ese niño comenzó a insultarlo? ¡Era el nuevo! Todos tenían que quererlo, o eso había visto en películas.
Prefirió no decir nada y con el rostro cabizbajo regreso a sentarse a su lugar, la maestra seguramente no tardaría en llegar y al menos quería causar buena impresión a su profesora.
—No te desanimes Juan, quackity siempre es así, pero me tienes a mi, yo seré tu amigo— Ibai le susurro sin verle.
Juan sonrió y agradeció con el mismo tono de voz.
El día no iba tan mal.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El día iba pésimo, horrible, pesado y cualquier adjetivo que fuera negativo y malo.
¿Exposiciones? ¿¡Por qué nadie le dijo sobre eso!?, sus manos sudaban de una forma sobrehumana, podría hacer un litro de sudor en menos de 5 segundos.
"Asqueroso" pensó cuando esa idea de embotellar y vender sudor de sus manos paso por su mente.
Miraba atentamente el pizarrón donde se encontraba ese tal "Quackity" exponiendo sobre el sistema digestivo, no sabía si era su imaginación o si todo lo que decía era "cagada".... Un momento.
—¿¡Me estás dibujando a mi!? Miss p-pero ¡dígale algo!— espetó molesto.
—Esto es lo que pasa en su sistema, les sale una cagada pero así culerisima como está de acá— Quackity ignoraba olímpicamente a su compañero, seguía dibujando de mala forma un retrato del antes mencionado.
—Muy bien Quackity creo que ya es suficiente, vete a sentar por favor— interrumpió la maestra mientras ponía su mano en su propia garganta —Chicos voy a salir por un momento ¿Vale? Me duele un poco mi garganta, dejaré a alguien a cargó—
A Juan se le iluminaron los ojos y no tardo en alzar la mano y moverla para que la maestra lo notará, no había mejor manera de caerle bien a los demás que siendo el encargado.
—¡Yo maestra por favor yo!— siguió en su lugar moviendo su pequeño brazo como si estuviera hecho de trapo.
—Niños Juanito queda a cargó ¿Okey? No me tardo— la maestra salió en silencio después de decir aquello.
Apenas la mujer abandono la sala toda la clase se vio alborotada, muchos corrían de un lado a otro, varios tomaban juguetes de la estantería y muy pocos se quedaban en su lugar.
Juan no sabía si intervenir o no, en cierta forma estaban calmados y no había tanto problema, decidió por quedarse atento a su alguien salía del salón.
—¿No quieren jugar algo en el pizarrón?— sugirió en voz baja, nadie lo escucho, ni siquiera Ibai.
—No cagada, nadie quiere jugar en el pizarrón—
Pudo quedar perfectamente ignorado y no pasaba nada, lamentablemente Quackity tuvo que ser el único que le contestara.
—¿Por qué carajos me dices así?— se acercó al pelinegro con enojo, no era de decir groserías, pero ese chico lo sacaba de quicio.
—Porque te ves como si te hubieras cagado— respondió entre risas —Eres una cagada, niño cagada, niño cagada— repitió varias veces el apodo de mal gusto.
Juan sintiendo que una vena le explotaba del coraje no tardó en abalanzarse sobre él, comenzaron una pelea de manotazos y rasguños mientras se insultaban mutuamente.
—Pinche niño cagada, eres un cagón mion culero pendejo— soltaba insultos cada que Juan llegaba a conectar un golpe.
—¡Pinche niño menso estupido grosero mal hablado!— Juan no dudaba en responder al agravio.
Su corta pelea se detuvo cuando alguien sin mucho esfuerzo los separó, el profesor de educación física o también conocido por Quackity como "El vale verga" llegó a alejarnos uno del otro.
Con un sermón fueron castigados y mandados a esquinas diferentes.
Así culminó el día, Juan llegó a casa con rasguños y con un terrible humor, su madre que ya había sido notificada solo pudo darle un pequeño regaño a su hijo.
Nada mejor que el primer día.
Holaaa, cm andan? Espero que bien, los tqm, disfruten del capito, byeee :]