capitulo 15

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Ambar Grace

No sé en qué momento me había quedado dormida pero lo hice, recuerdo que estaba acariciando el pequeño cuerpo de Yara – que de echo sigue debajo del mío – y me dormí, al despertar, otro cuerpo nos había echo compañía, el cuerpo de Killyan. Ahora los observaba a los dos mientras dormían. Parecían dos angelitos caídos del cielo, la respiración de ambos era tranquila y profunda.

Killyan llegó ayer demasiado tarde, lo sé porque hizo algo de ruido al entrar al cuarto.

— Deja de observarme — su gruesa voz me sacó de mis pensamientos, ni siquiera me había dado cuenta que me quedé mirándolo como una idiota.

Volví mi mirada hacia Yara.

— ¿ Cómo se encuentra tu madre ? — pregunté.

— No finjas que te preocupa un miembro de mi familia, después de todo, quieres verme decaer —  me observó, le sostuve la mirada, no iba a bajarla.

— Hablaba de tí, no de tu familia, mi problema es contigo no con los Evans — recalqué cada letra de mi frase — te odio, te detesto pero eso no quiere decir que la salud de tu madre no me importa.

— Buenos días — dijo una pequeña voz bajo de mí.

— Hola hermosa — me levanté, y la tomé en brazos, no din fulminar a Killyan. Caminé con ella en brazos hacia la sala del baño.

Me lavé la cara, y hice lo mismo con ella, tras cepillarnos los dientes y peinarnos, yo fuí en busca de mi ropa, opté por unos jean azules, una sudadera blanca y unos tacones transparentes. Luego acompañé a Yara a su cuarto. Ella eligió una ropa caliente de color rosa.

— Primo — corrió hacia los brazos de Killyan que se encontraba en el comienzo de las escaleras. Él la alzó y esperó mi llegada.

Rodeó mi cintura con su mano clavando sus dedos en mi, si se trataba de hacerme daño, no lo conseguiría, no iba a quejarme, tampoco iba a mirarlo, solo dejé que sus dedos apretaran mi cadera.

Al llegar al comedor, el ambiente estaba algo tenso. Antonella no estaba en la cabeza de la mesa, si no que Angelo, y del otro lado estaba una mujer de ojos verdes, deduzco que es la verdadera madre de Killyan, a la izquierda del señor Alonso estaba su hermano Luciano, a su lado su hijo Alessandro y Félix quedaban dos puestos vacíos de este lado que eran para Killyan, el cual se sentaría junto a su madre y a su lado yo. Del otro lado de la mesa, enfrente de Luciano, estaba Corina, a su lado Antonella, del lado de antonella quedaban tres puestos vacíos, uno oara Sophie, la mujer de Luciano, y a su lado Yara. Y el único puesto vacío era el de cerca de la verdadera madre de Killyan.

Tomé mi lugar.

— Buenos días — dije una vez sentada y todos asintieron con la cabeza menos mi marido y Antonella.

El desayuno se sirvió, y lo único que se escuchaba era el ruido de los miembros de la familia que masticaban y el ruido de los tenedores contra los platos. Habían huevos revueltos, pan caliente y aguacate para el desayuno acompañados de un jugo de naranja y otro de limón.

— Esto realmente es demasiado incomodo para mi — dijo la mujer de ojos verdes — hijo.....porfavor.... s-solo quie-e-ero que me escuches. Kill, porfa.....

HALL ( Infierno ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora