La cena estaba recurriendo bien entre charlas y alagos por parte de los japoneses.
- Creo que la mejor decisión que tomaremos será aliarnos con usted y reforzar lazos entre las familias - dijo Toshi Okamura.
- Será un encanto trabajar con ustedes - dice la rubia pasando su mano por el brazo de Killyan.
Seguimos con la charla, nos muestran algunas muestras de los bioquímicos. Nos entregan un documento con los datos.
Los miro por encima.
- Deberían enseñarnos el resto, por lo que tengo entendido, tienen un laboratorio aquí - dejo los documentos de lado.
- Sí, estaremos aquí durante una semana - tomo mi celular y busco en la agenda de Killyan
- El viernes por la tarde, a las 17 horas - dice Killyan.
Se ponen de acuerdo y antes de irnos la rubia le pide un baile a Killyan. Su cuerpos se complementan en el baile, sus pasos son ligeros y danzan a la par dejandome ver una faceta de Killyan que jamás había visto.
Se le ve bien y no incómodo. Henji sacó a bailar una chica de por ahí y Toshi me lo propuso, a la segunda vez que lo hizo me ví obligada a acceder.
Su mano rodeó mi cadera, y su cuerpo encajó con el mío, llevé ambos brazos hacia sus hombros rodeandolo con ellos. Seguimos el ritmo de la música, por el rabillo del ojo pude ver como lo chica le coqueteaba a Killyan. Entonces para aumentar el enojo de este, recosté mi cabeza en el dorso de Toshi.
No tardó ni siquiera un minuto hasta que el puño de Killyan chocó con la nariz de Toshi. Me separé de inmediatamente.
- No vuelvas a tocar lo que me pertenece a te atinas a las consecuencias - le dijo sin darle oportunidad de responder.
Tomó mi bolso y chaqueta bruscamente de la mesa y me sacó del lugar a rastras.
- ¡ Sueltame ! - grité una vez fuera - no vuelvas a tocarme así.
Advertí mientras subía al auto.
Empezó a gritar mientras conducía reprochandome el echo de bailar con él, me quedé en silencio en ningún momento le eché nada en cara, eso solo le comprobaría mis celos como acaba de comprobarme él los suyos.
Me acomodé en el asiento del copiloto de mala gana.
- Quiero bajarme aquí - demandé con un tono de enfado - Necesito aire fresco.
Él frenó bruscamente.
- Bájate - respondió en italiano.
Cerré los ojos suavemente y los volví a abrir, me encontré con su fría mirada, sus ojos se habían vuelto negros.
No tardé en bajarme, y él se largó. No era tan tonto, había dejado un auto a mi disposición junto a unos guardias.
Respiré aire fresco, me senté en la orilla de la playa, en las rocas más apartadas y me fué imposible en no fijarme al rededor mío y llorar, echaba de menos mi niñez, donde mi única preocupación era ir a la escuela de la mano de mi papá. Echaba de menos esos tiempos.
Todo cambió con su partida, una parte de mí murió, y me apagé finalmente cuando mamá le hizo compañía. Mi vida se había vuelto una miseria en cuestión de segundos, aunque he logrado reír alguna que otra vez, aún dolía, esa herida aún no cicatrizaba y dolía como la mierda.
- Tome - una niña me tendió un paquete de pañuelos - se lo puede llevar gratis.
Sonreí con lágrimas en el rostro. Busqué mi bolso y de él saqué un par de billetes que le tendí.
Ella los necesitaba más que yo en este instante.
- Cómprate útiles escolares - me limpié las lágrimas.
- Gracias - sonrío amablemente sentándose a mi lado - Me llamo Zhamira.
- Yo soy Ambar, pero me puedes decir Abi.
- Que linda eres - acarició mi rostro.
Se quedó ahí sentada conmigo un rato, la ayudé a vender sus pañuelos, la llevé a cenar y luego la dejé en su casa y tomamos rumbo a la mansión.
La mañana siguiente no había ido a la oficina, habíamos salido a comer en familia, lo que se supone que sería una comida familiar tranquila acabó siendo una disputa, siempre a causa de la mujer de ojos negros. Volvimos a casa y pasamos la tarde en la piscina.
En todo el día no había visto a Killyan, hasta la cena, que vino con copas de más y ni siquiera cenó con nosotros, se dejó caer en el colchón cayendo en un sueño profundo.
Aquí me encontraba yo, observándolo desde el sofá en la oscuridad esperando que el sueño me gane y me duerma.
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HALL ( Infierno )
De TodoAmber Grace una chica que recien ha cumplido sus veinte años trabaja en un bar de noche como prostituta, aunque ella no se considera como tal, pues es todavia virgen, ese es su gran secreto que va a ser descubierto por Killyan Evans, digamos que un...