Capitulo 16

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— ¡¿ Qué es lo que pretendes con esto, ah?! ¡¿ Quieres humillarla ?! — le grité porque desde que vino no hacía nada más que insultar a la mujer de ojos verdes, cuyo nombre era Marie — ¡ Ella te dió la vida !

Angelo, Felix, Antonella, y Corina presenciaban la escena. Estábamos en el jardín, faltaban unas horas para la cena.

— ¡ No te vas a volver a acercar a ella ! — gritó de nuevo.

— Lo haré todas las veces que desee porque no eres quién para decirme nada —ya estaba harta de sus estupideces — ¡ Después de todo, esto es un maldito matrimonio arreglado que acabará en dos años ! ¡ Así qué conoce tu lugar conmigo porque no eres NADIE !

Se quedó callado obsrvandome, su mirada era fría. Siempre había sido así, no mostraba ninguna afección, ni nada, un corazón de hielo. Un monstruo el cuál odiaba más que al principio.

— No conoces el afecto de una madre, y te entiendo, nunca conocí el de un padre — mis ojos se cristalizaron y un nudo se formó en mi garganta — dale una oportunidad, déjala que hable, que se exprima...... Lo necesitas tanto tú como ella y cómo él - señalé al señor Angelo con la cabeza —no te prives del amor de tu madre por ello, será demasiado tarde cuando te des cuenta.

— Tampoco eres quien para decirme que hacer — dijo — al fin y al cabo esto es un contrato que acabará en dos años - repitió lo que dije anteriormente.

— ¿ Qué? — dijo Corina sorprendida, como si no supiera que era todo una farsa.

Félix solo negó un par de veces con la cabeza mientras abandonaba el jardín, a Antonella se le dibujó una sonrisa en la cara, y el señor Angelo nos miraba sin creer que nos estábamos peleando. Me guiré hacia la mujer de ojos verdes que lloraba desconsoladamente en el suelo.

Anteriormente, estábamos conversando las dos sentadas en el sofá del jardín, había llegado Killyan y su madre empezó a elogiarlo por haberse casado conmigo, con una persona como yo. Él le respondió "Aprende de ella a como ser una mujer de verdad" ella no dijo nada al respecto, pero yo sí. Y de ahí viene la pelea de ahora. Desde hace dos días, los días que Marie lleva aquí, él no ha echo nada más que humillarla e insultarla delante de los miembros de la familia. Me molestaba que fuera así, porque yo daría la vida con ver a mi madre una última vez, con oler su perfume o escuchar su voz, y él aquí despreciando lo que yo anhelo. Después de todo, ella sigue siendo su madre y tuvo sus motivos para abandonarlo.

Me acerqué a la mujer, ayudé a que se pusiera en pie. Podía notar la fría mirada de Killyan sobre mí, no obstante, la ayudé sin importar como me miraba. Una vez en pie, me diriguí a la entrada, pero esta vez no fue Killyan quién me paró sino que Antonella. Me sujetó al brazo con fuerza cuando pasé a su lado.

— Como dueña de esta casa, te doy únicamente dos opciones, o se va ella o se van las dos — miré por encima de mi hombro a mi marido.

— No crea que me asusta — me solté bruscamente de su agarre — le recuerdo que las yenas solo asustan a sus menores no a sus superiores.

— ¡Ja! ¿ y tu te crees alguien? Eres un zero a mi izquierda

— ¿Sabe quien soy ? soy Ambar Grace, así que no intente intimidarme con el apellido que le fue otorgado por el Señor Angelo, que usted es únicamente Antonella Fiore. Hija de un lavaplatos y una panadera — dije sin importar la confesión, se que le molestaba aquello por eso lo use en su contra.

— Te atientas a las consecuencias si entras por esa puerta con ella — ahora era killyan quién hablaba.

Manteniendole la mirada puse un pie dentro y luego el otro, entrando finalmente al interior con Marie que se estaba resignado a entrar. Sin esperar el fuerte agarre de Killyan caí al suelo de la fuerza que ejerció en mí, volvió a ponerme en pie, causando uno de mis gritos ahogados.

Una vez arriba me empujó dentro del cuarto haciendo que caiga de espaldas al colchón de la cama. No estábamos en nuestro cuarto, este era más pequeño, solo tenía una cama y una silla, también había una pequeña ventana que daba a la parte trasera del jardín.

Nunca había estado en este cuerto.

Me observaba, sus ojos estaban más negros de lo normal. Se giró sobre su eje, cerró la puerta con llave y caminó hacia la ventana. Me puse en pie para hacerlo entrar en razón pero era demasiado tarde porque ya había tirado la llave por la ventana.

— ¡ Eres idiota ! — golpee su dorso.

— Nadie más tiene la llave, es la única — dijo con tranquilidad — ahora dime lo que me tengas que decir.

— Que eres un completo idiota, un animal, un salvaje — le mantuve la mirada mientras decía todo aquello — que te odio con todas mis fuerzas Killyan Evans. Te odio.

Se sentó en la cama tranquilamente, ya había anochecido. No podía creer que había tirado la llave por la ventana únicamente oara encerrarse dentro de esta conmigo. Un completo psicópata.

Me crucé de brazos y me senté en la silla dándole la espalda. Una fuerte carcajada se escuchó por parte suya.

— Te ves linda cuando te enfadas.

— ¡¿ Eres tonto ?! — demandé — ¿ crees que este es un buen momento para que te burles de mí?  Es más ¿ crees que estoy de humor para reírme contigo y hacer que no ha pasado nada hace media hora Killyan ? Enserio tío.

— Ya verás que no es tan malo quedarse un par de horas en el cuarto encerrada con tu marido — llevó uno de sus brazos bajo se cabeza y el otro lo dejó encima de la cama incitandome a ir.

Lo ignoré por completo volviendo a sentar en la silla. No sé cuanto tiempo pasamos dentro de ese cuarto, quizás ya habían pasado tres horas y me estaba empezando a doler el trasero. Él se había dormido. Me puse en pie e intenté abrir por milésima vez la puerta.

— ¿ Qué pasó con tu padre ? Allá abajo dijiste que nunca conociste el amor de un padre.

— Murió en un accidente cuando apenas tenía dos años — una lágrima recorrió mi mejilla — no recuerdo su cara ni su voz, pero si sé que es el mejor padre de todos.

Sus brazos me envolvieron contra su cuerpo. Me dejé llevar por el momento y la situación que eso fué más allá de la consolación, más allá del amor. Tuve sexo con la persona que tanto odiaba y la única causante de mis lágrimas.

HALL ( Infierno ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora