Killyan
Vi como esos hombres la arrastraban, como la lastimaban, y una vez más soy el culpable de su dolor a pesar de que me prometí no volver a hacerla llorar, a no ser más el causante de su dolor y sus penas. A pesar de todas aquellas promesas nada es como prometí. Vi como se llevaban a la mujer con la que me casé, la mujer que elegí, la que sería mía el resto de su vida.
Intenté correr hacia ella pero el cuerpo de Harry me detuvo. Su grito desgarrador hizo que disparara a uno de los hombres, pero no fué suficiente para hacerlo caer.
- ¡¿ Qué haces inútil ?! - intenté empujarlo pero me retuvo
- Piensa con la cabeza y no con los pies - esa es una típica frase de mi padre- el collar nos dirá de su paradero, deja que se la lleven si eso es lo que quieren, sabrá defenderse y tampoco creo que el objetivo sea ella, te quieren a tí, y creen que ella es la mejor forma para llegar a donde tú. No les des lo que quieren.
Entonces ahí me detuve y una sonrisa se dibujó en mi cara, supongo que ese es el mejor regalo que le he podido regalar en todo este tiempo. Lo hice por necesidad de saber que hacía, y donde andaba cuando yo no estaba en casa, sabiendo que nadie puede decirle que hacer, tiene su libertad con límites.
- Marchando a la central - dije haciendo que todos los autos se pongan en marcha.
La central es una central donde tengo a todo mi equipo de guerra, mis autos de rescates, como una central militar pero en propiedad de los Evans. Nunca pensé tener que usarla pero al parecer los rusos quieren guerra y se la daré. Jugaremos al juego de los rusos haciendo que prueben de su propio plato.
El camino se hizo más corto, pero el reloj iba en nuestra contra, ya han pasado dos horas desde que se la llevaron.
- ¡ Todos a la sala de reuniones ! - grité pegando un salto fuera de la camioneta.
Fuí el primero en dirigirme a la sala de reuniones, fue en cuestión de segundos en los que tardaron en reunirse. No tenía nada planeado y no tenía tampoco el tiempo de hacerlo, será sobre la marcha.
Lo primero que hice fue encender el portátil, donde directamente me diriguí a la carpeta donde tenia el rastreo de Abi. Conocía a la perfección el lugar al cuál se diriguían, era la casa de los Imanov, mis únicos rivales. Esta rivalidad es de hace años, desconozco el motivo, pero siempre ha existido, incluso antes de mi abuelo. Han llegado demasiado rápido al parecer.
- El plan es el siguiente con el objetivo de traer de vuelta a mi esposa y una miembro de la familia Evans, será ataque directo, partimos en dos horas. Necesito que los soldados de la tropa JC06 estén listos para este entonces, ellos rodearan la parte trasera del terreno, Harry deberás cubrirme para que yo pueda adentrarme junto con Félix, Abadón y Da Silva - doy giros incompletos en mi silla - no quiero que nadie vuelva sin la cabeza del mayor de los Imanov y mi esposa sana y salva.
Dicho esto me pongo en pie abandonando la sala de reuniones, lo primero que hago es ir a prepararme, poniendome un chaleco antibalas, y cargando mi pistola. Una vez listo, Harry ya se había encargado de preparar las tropas y de hacerlas partir quedando él al mando de ellas. Los siguientes en partir somos Félix, Abadón, Da Silva y yo.
Ambar Grace
Siento como mi cuerpo es arrojado con vulgaridad al suelo, acto seguido otro cuerpo ami lado. Paso de ver todo negro a ver la luz del día, tenía los ojos vendados y vagamente me acostumbro a la luz. Rápidamente reconozco el cuerpo de Kylie todo golpeado, yo no tengo nada, tampoco sentí nada y supongo que ese era el efecto de la inyección. Observando mi cuerpo me doy cuenta de que mis heridas son mayores, tengo las manos un poco rajadas y golpes notorios en los pies.
Estamos solas encerradas entre cuatro paredes, con una ventana por donde se cuela la luz de día y una puerta de barrotes. Con dificultad logro alcanzar el cuerpo de Kylie.
- ¿ Estás bien? - pregunto tomando su cuerpo entre mis manos intentando acariciar sus heridas.
Se aparta con brusquedad de mi tacto, con una lágrima en los ojos que nunca cae.
- ¿ Cómo pretendes que esté bien si por tu culpa estamos aquí, ah ? ¿ Cómo voy a estar bien si he visto como te manoseaban cuatro personas estando tú inconsciente? No lo recuerdas ¿cierto?, te han inyectado tantas veces que ya no recuerdas ni una mierda - ahora ella llorando desconsoladamente - ¿ sabes cuánto llevamos aquí metidas ? ¿ sabes por el infierno que nos van a hacer pasar ?
Observo mi ropa, de ahí vienen los arañazos, las marcas, la ropa rasguñada, mi ropa arrugada y mal puesta. Una lágrima baja por mi mejilla.
- De nada sirve que llores, el daño está echo, lo mejor es que no recuerdas nada de ello - dice acurrucandose en una esquina - llevamos dos días metidas en este maldito lugar, no sé cuándo tu marido piensa venir a por tí. ¿ te duele algo?
- ¡ Cállate ! ¡ Maldita sea, Cállate un rato ! Nada de lo que dices es verdad, solo estás mintiendo, nadie me ha tocado - empiezo a llorar.
- ¡ Sí lo han echo ! Mírate- termina de romper mi blusa señalando los chupones en mis pechos, y los dedos marcados en mi vientre - ¡ Míra bien esto ! ¡ míralo! ¡ mira como te han usado ! ¡ De nada sirve que llores !
Todo pasa tan rápido cuando gritos se piensa fuera seguidos de disparos, Kylie se pone en pie, alcanzando la puerta de hierro donde empieza a golpearla con fuerza con intención de hacerla caer, yo en cambio, me acurruco en un lado llorando, intentando tapar mi cuerpo con mis diminutos brazos.
Inseguridad.
Un disparo, dos disparos, tres disparos, cuatro, al quinto siento que mi alma ya no puede más, solo dejo que las lágrimas recorran mi rostro. Mi mayor miedo es este, oír disparos, sentirme amenazada cuando no tengo la culpa de nada. Cuando no he echo nada, ni he provocado nada. Cuando esta guerra no tiene que ver conmigo.
El echo de sentirme amenazada sin tener culpa de algo.
Al cabo de unos minutos, no sé cómo lo logra pero la puerta está abierta y ella sale corriendo, cargándose al guardia que nos vigilaba a bañase de puños, toma la chaqueta del vigilante cubriéndome con ella, no se olvida de tomar el arma con el cuál se va cargando a las personas que se van acercando.
- Sigue mis pasos, mantente detrás de mí, te pienso cubrir hasta que estés en brazos de mi primo ‐ lo dice con seguridad, asegurándome tal cosa.
Avanza con el pensamiento de que voy detrás, pero todo lo contrario, mis pies fallan, no puedo caminar, mis párpados empiezan a pesar y mi cuerpo no reacciona. Intento ponerme en pie, pero caigo en el intento. Observo la salida con lágrimas en los ojos, esperando que ocurra un milagro, un milagro llamado Killyan Evans que aparece a los segundos.
Se agacha para observar mi rostro, el cual supongo que no está en buen estado por su reacción, enseguida su olor mezclado con olor a sangre invade mis fosas nasales, intento aferrarme a su cintura intentando que sea mi única esperanza de salir de aquí.
- No me dejes, no me sueltes porfavor - mis lágrimas son incontrolables- porfa....
Me alza en sus brazos, pronunciando un par de palabras dónde lo único que logro es escuchar : Te quiero.
Mi vista se vuelve nublada, los gritos son lejanos y lo único que siento es el tacto de una mano fría en mi hombro.
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HALL ( Infierno )
SonstigesAmber Grace una chica que recien ha cumplido sus veinte años trabaja en un bar de noche como prostituta, aunque ella no se considera como tal, pues es todavia virgen, ese es su gran secreto que va a ser descubierto por Killyan Evans, digamos que un...