Capítulo 9

541 15 0
                                    

• AMBAR GRACE •

Después de unas largas horas de viaje, llegamos a la mansión Evans, en Sicilia. En esta casa vive la madrastra de Killyan, y el hermano del señor Angelo, él cual está casado, con dos hijos y una hija. En fin, no sé como es la relación entre Killyan y su madrastra por lo tanto solo intentaré mantenerme lejos de ellos.

La mansión es más grande que la de Roma, está es de cuatro pisos, y con un jardín muchísimo más grande. En la puerta nos reciben dos hombres, y dos mujeres.

Killyan los mira con ignorancia, como si él fuese superior a ellos, ni siquiera se molesta en saludar a la mujer de su padre, en cambio yo, saludo, los dos hombres no me corresponden el saludo, y la dos mujeres solo me miran mal pero al final si me saludan. Todos están de mente tanto mi marido, como sus familiares.

La mucama me enseña el cuarto, veo que él ya está tirado en la cama con sus zapatos. Y tiene una de sus manos encima de su cara.

- Me podrían subir las maletas ahora porfavor - la mucama asiente y cierra la puerta detrás suya.

El cuarto es grande, tiene una cama matrimonial, un pequeño pasillo que lleva al cuarto de baño y antes de este un armario abierto, es decir, un armario donde puedes entrar. Unos minutos más tarde me traen las maletas y en eso se basa mi mañana, en ordenar todo.

Mi celular empieza a sonar.

- ¡ Querida ! - grita atraves del celular - scusa amore, ¿ cómo estás?

- Nessun problema - contesto - Corina, Ti chiamo più tardi, ahora estoy algo ocupada.

- ho immaginato, hablamos más tarde entonces - cuelga.

Busco en la libreta de contactos el contacto de mi amigo Aurelio. Era mi mejor amigo y cuando se vino aquí a Sicilia dejamos de hablar, no creo que se haya olvidado de mí.

Pulso en su número rezando a los cuatro dioses para que me conteste. Primer pitido, segundo, y al tercero reconozco su voz.

- Aurelio parla - una lágrima de felicidad baja por mi mejilla - Ciao

- Au - hablo.

- Dios mío, ¿ Abi ? - imagino su cara de sorpresa y suelto una pequeña risa - Amore.

- Esa misma, ¿ cómo estás Aurelio ? - la siguiente hora me la paso hablando con él, poniéndolo al día con todo, saltándome la parte de la farsa y de que estoy casada con un mafioso.

Lo pongo al día con mi boda, la muerte de mamá, y mi partida de Hall. Él hace lo mismo, me pone al día con su vida. Llevamos sin vernos casi un año, tan solo nos veíamos en vacaciones, cuando el viajaba a Roma.

- Debemos vernos algún día de estos

- Veré si Killyan me puede llevar dónde tú y así nos vemos.

- Bueno mi vida, estamos en contacto.

- Cuídate mucho mi niño - cuelgo y siento la mirada de Killyan sobre mi, está enrollado en una toalla y tiene el torso desnudo.

Me levanto del suelo. He terminado de recoger y debemos bajar a cenar. Ni siquiera me había dado cuenta de que he pasado el día.

- Saldremos juntos después de la cena - toma su ropa.

- ¿ A donde ? - me giro para verlo

- Quítate la ropa, quiero ver tu bendaje - me ordena - no hagas que lo repita dos veces.

HALL ( Infierno ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora