Capítulo 9

21 1 0
                                    

Desde el anuncio que se dio frente al consejo del reino has pasado un par de semanas, lo único que hago es estar en una habitación todo el día, el único permiso que tengo de salir es al jardín, de cierto modo me sentía tranquilo, ya no tenía que estar por todo el castillo todo el día o haciendo labores pesadas.

Desde ese día volví a recibir rosas negras, o que me causo, curiosidad es que ahora son dos rosas diarias, curioso deje una nota en mi puerta que decía "¿Quién eres?", y esperaba que el día de maña obtendría una respuesta.

La nota estaba escondida en un lugar estratégico en donde estaba seguro de que la persona lo encontraría.

Me habían trasladado a una habitación más grande en donde tenía todas las comodidades y podía distraerme mientras estuviera ahí, pero mi lugar favorito del castillo era el jardín, estar en el jardín arreglando las flores me hacía sentir en mi antiguo hogar, me gustaba mucho arreglar las flores del jardín junto a Gun.

Estos días he estado arreglando las flores, ya que estaban descuidadas, estaba muy concentrado en mi labor que no me di cuenta cuando el príncipe Peat llego a mi lado.

– Así que aquí estabas – me levante del piso e hice una reverencia a modo de respeto – Me sorprende que mi padre te cuide mucho, a sus demás conquistas los ponía a trabajar como sirvientes del palacio.

– Mi deber aquí es cumplir lo que el rey me ordené – no dije nada más, no quería meterme en problemas.

– Recuerda bien este niñito, solo eres un juguete para el rey – me miro con desprecio – Uno del cual se aburrirá pronto – aplasto una de las rosas que estaba arreglando con tanto esmero – Tú no te comparas en nada con mi papá y el rey no lo cambiaria por ti.

Se fue dejándome pensativo, no podía sacar de mi cabeza las palabras del príncipe, tenía una gran duda, si el papá del príncipe Peat era muy importante para el rey, por qué me tiene a mí como su juguete sexual.

Desde aquella vez no lo hemos hecho de nuevo, lo agradecía bastante, sabía que solo era un juguete para él, pero aun así no dejaba de disgustarme la idea de servirle sexualmente, me hacía sentirme sucio.

– Nunu, ¿Por qué estás tan pensativo? – sonreí al escuchar la voz de Tai, el cual se había convertido en mi mejor amigo, es con la persona que paso más tiempo aparte de Tutor.

– Hola Tai, estoy pensando en cómo hacer que las flores se vean más bonitas – Se incoó a mi lado y me ayudo con las rosas.

– Debes de tener cuidado o te pincharás un dedo – me reí bajito.

– Tendré cuidado – sonreí feliz de pasar tiempo con él, era como un hermano menor para mí.

– He escuchado que el rey anda de muy mal humor desde ayer – me miro – ¿Te ha hecho daño?

– No lo he visto desde aquella vez – me encogí de hombros, no dándole mucha importancia.

– Debes de tener cuidado si te lo encuentras, cuando está de mal humor es peor que el diablo – su voz dejaba ver lo preocupado que estaba por mí.

– Está bien, lo tendré en cuenta – sonreí para tranquilizarlo – ¿Quieres una taza de té? Tengo un poco en mi habitación – cambié el tema para que el ambiente pesado cambiara.

– Oh, claro, me encantaría – nos levantamos y sacudimos nuestras manos para después caminar rumbo a mi habitación.

Estábamos pasando un momento agradable, la plática era amena y tranquila, nos reíamos cuando contaba una anécdota chistosa sobre nuestra estadía en ese lugar o alguno de los sirvientes del palacio.

Tai se fue de mi habitación un par de horas después porque tenía trabajo que hacer y Tutor podría reprenderlo.

Estaba leyendo un libro cuando alguien entro a mi habitación, por curiosidad levanté la mirada del libro y pude observar que Keng.

— Disculpe, ¿se le ofrece algo? – deje el libro en el sillón y me levante de mi lugar.

— Claro que se me ofrece algo – su sonrisa era aterradora, me miraba como un lobo asechando a su presa – y solo tú puedes ayudarme.

— Lo siento, pero no tengo permitido ayudarlo – negué cortes mente.

— Vamos lindo, será algo rápido – me aventó al sillón dejándome acorralado – no haremos nada que no hicieras antes – lo aparte de mi cuando intento besarme.

— Suélteme y váyase de aquí – lo empuje para quitármelo de encima.

— Pasaremos una noche divertida – Justo cuando iba a besarme, la puerta de la habitación se abrió con brusquedad.

– Así que ya salió a relucir tu verdadera naturaleza – al escuchar la voz furiosa del rey Zee supe que no me había salvado de la situación, en lugar de eso estaría en serios problemas – Fuera Keng y déjame a solas con él.

– Rey no es lo que parece – intente explicarle la situación, pero el rey no parecía querer escucharme.

– Te dije que te largues antes de que decida asesinarte – ante las palabras amenazantes del rey, Keng se había alejado de mi lado.

– Será en otra ocasión – susurro cuando paso a mi lado y se fue cerrando la puerta detrás de él.

Una vez quedamos solos me sentía muy nervioso, había escuchado que el rey podía asesinar a una persona en un arranque de ira.

– Keng ya me había dicho con anterioridad que intentabas seducirlo y que te rechazo en varias ocasiones – sus palabras eran amenazantes, al igual que sus pasos – Decidí dejarlo pasar porque no te veías como una persona que se metiera en la cama de cualquiera – yo estaba muy asustado que hasta podía decir que mi cuerpo estaba temblando de miedo – ¿Es divertido seducir a Keng?, ¿con cuántos te has metido pequeña zorra?, de seguro ya lo hiciste con Tutor han estado compartiendo mucho tiempo juntos más de lo que es debido para... – lo interrumpí cuando lo golpee en la mejilla, no supe de donde tome el valor para hacerlo.

Sus ojos me miraban con ira, el pequeño momento de valentía había desaparecido una vez lo vi a los ojos.

– Te vas a arrepentir – me jalo del brazo con toda su fuerza y me arrojo a la cama haciendo que golpeara mi brazo con la mesita de noche.

Retrocedí hasta chocar con la cabecera cada que el rey se acercaba a donde yo estaba.

– Ahora sabrás como respetar a tu rey.

Rosas negrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora