Capítulo 11

25 2 0
                                        

Desde aquel día tengo terribles pesadillas, no puedo dormir durante la noche y termino despertando muy asustado. No he salido de la habitación en la que estaba encerrado, durante esa semana no he hecho más que complacer al rey durante la noche, no he tenido mucho apetito, algunas chicas entran a la habitación para prepararme el baño y alistarme para el rey.

Durante estos días las rosas marchitas aparecen dentro de mi habitación y las chicas que me ayudan las tiran sin antes consultarme qué hacer con ellas.

Cada día que pasa es tormentoso y doloroso, el fuerte dolor en mis caderas no me deja moverme con facilidad.

Grande fue mi sorpresa al ver a la princesa Ploy en entrando a la habitación.

– Princesa Ploy – hice una reverencia con una mueca de dolor.

– ¿Cómo te encuentras? – me ayudo a sentarme en el sillón que estaba en la habitación.

— He estado bien princesa, no debe de preocuparse por mi – su mirada me decía que no me creía.

— Hablaré con mi padre – sonrío levemente – estás muy delgado y pálido, me preocupa que pueda pasarte algo grave.

— No se preocupe por mi princesa, estaré bien... — me interrumpió colocando un dedo en mis labios.

— Nunew se nota que no estás bien, hablaré con papá para que te trate con más gentileza, a pesar de lo que eres tienen que ser gentil y amable contigo – salió de la habitación dejándome pensativo.

No comprendía por qué el príncipe Peat la despreciaba mucho, desde que llegue aquí ha sido la única de la familia real que me ha tratado con amabilidad y respeto y por lo visto era igual con toda la servidumbre del castillo.

— Te ves terrible – el príncipe Peat entro a mi habitación — ¿Qué hiciste para estar en este estado?

— Juro que yo no hice nada malo, fue un malentendido – suspiré

— Bueno, esta vez creo que alguien está creando rumores en tu contra – se sentó en el sillón.

— ¿Cómo? – no comprendía lo que estaba diciendo.

— Eres estúpido acaso – bufo con molestia – alguien está inventando cosas horribles de ti.

— Eso sí, lo entendí, pero no logro entender quién pudo haber sido.

— Puede ser cualquier persona – me miro – pero a cómo te ves ahora y analizando su cara de felicidad después de verte así yo sé quién fue – sonó arrogante y altanero.

— ¿Quién fue? – lo mire.

— Tu dime, ¿Quién ha sido la persona que ha estado muy pendiente de ti últimamente?

— Keng, ha cuidado cada uno de mis movimientos – suspiré – creo que fue él por rechazarlo varias veces.

— Niño, Keng es solo un peón de esa persona, es alguien más, se puede decir que es la persona más "buena y pura de todo el palacio" – hizo comillas con sus dedos con una mueca de fastidio.

— La princesa no puede ser, ella me ha cuidado mucho desde que llegue – su sonrisa altanera me dejo con la piel de gallina.

— Nadie aquí es lo que aparenta ser, solo el idiota de Perth, es el único sincero aquí – su mueca de fastidio me causo intriga.

— Cuídate bien – se levantó del sillón – los muebles tienen oídos y las paredes hablan – se fue dejándome solo nuevamente y con muchas más dudas en mi cabeza.

Estaba muy confundido, mi cabeza no dejaba de pensar en lo que acababa de decir el príncipe Peat.

No faltaba mucho para que una de las chicas que se encargaban de prepararme para el rey llegaran, suspire y me levante del sillón preparándome mentalmente para lo que venía.

La puerta se abrió y las chicas entraron, me prepararon la ducha y me bañaron, estaba sorprendido por la ropa que me pusieron, era un pantalón café claro con una camisa blanca con bordado perla en las mangas y el cuello de la camisa, un chaleco beige con botones elegantes y un dije con olan en el cuello.

— La princesa dijo que la ayudaras con algo importante, te espera en la entrada, el rey está de acuerdo con ello.

Suspire y fui a donde me indicaron que fuera, la princesa ya estaba esperándome, se notaba que estaba un poco ansiosa así que me acerque lo más rápido posible.

— Gracias por ayudarme Nunew, sin ti no pudiera hacerle la sorpresa a mi esposo – su sonrisa era sincera y brillante

— Con mucho gusto la ayudaré princesa – su sonrisa se amplió más y yo le regresé el gesto. 

Rosas negrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora