El camino al reino Blagden era muy largo, cada minuto que pasaba hacía que me pusiera cada vez más nervioso, cada que nos alejábamos del reino y nos acercábamos más al suyo, todo toque de color iba desapareciendo.
El reino estaba delimitado por un río oscuro que daba la impresión de llevar agua negra en donde podrías ahogarte y jamás ser encontrado, cruzamos el río e inmediatamente entramos en un bosque oscuro y siniestro.
El carruaje nunca se detuvo, ni mis padres ni yo logramos conciliar el sueño, a pesar de que la noche ya había caído y la luna estaba en su punto máximo.
El camino fue silencioso, era un silencio incómodo, ni mis padres ni yo sabíamos qué decir, podía ver en sus ojos tristeza e impotencia, me sentía triste por ellos, siempre fueron muy amables y atentos conmigo, me querían como si fuera su propio hijo, no podía imaginar el dolor que estaban sintiendo en este momento.
Papá Gun me abrazaba y acariciaba mi cabello, mientras que papá Off tomaba mi mano como si quisiera darme valor para poder enfrentar lo que me deparaba el destino.
— No lo entiendo, ¿por qué decidieron que fuera yo, no he hecho nada contra nuestro reino o la familia real? —tomé el valor para romper el silencio que comenzaba a asfixiarme.
— No lo sé Nunew — el suspiro de mi papá Off se escuchó pesado y derrotado – Pero sé que eres fuerte y podrás enfrentar lo que sea que te espera en ese lugar.
— Escúchame bien, bebe — la voz de papá Gun se escuchaba derrotada – No dejes nunca de ser el chico valiente y bueno que nosotros conocemos.
Mis ojos comenzaron a nublarse, estaba por perder a dos personas que sacrificaron mucho por mí y no había podido regresarles el favor de ninguna manera.
— Los quiero mucho — mi voz estaba entrecortada y mi corazón se sentía pesado, amenazando con llorar en cualquier momento.
— Nosotros también te queremos mucho pequeño — papá Off también me abrazó, no pude más y comencé a derramar lágrimas en silencio.
— nunca olvides lo mucho que te amamos — papá Gun beso mi cabeza, podía sentir las lágrimas que derramaban mis padres, al igual que yo, en silencio.
Volvimos a sumergirnos en silencio, a lo lejos podía apreciarse el enorme castillo del reino, a la luz de la luna hacía verse misterioso y terrorífico, cada que nos acercábamos se podía apreciar mejor el majestuoso castillo.
— Es hora — uno de los guardias que fue por mí nos informó sobre la llegada al castillo, de manera automática bajamos del carruaje.
— No me olviden por favor — abracé a mis padres sin quererlos soltar aún derramando lágrimas en silencio.
Mis padres me devolvieron el abrazo — No te olvidaremos Nunew, siempre estarás presente en nuestros corazones — Gun limpio mis lágrimas con una sonrisa rota.
— Cuiden a Copito por favor — sentí como me jalaban del brazo, alejándome de mis padres, llevándome hacia la puerta del castillo, viendo como mis padres eran escoltados al carruaje en el que habíamos llegado para ser enviados de regreso a la que una vez fue mi casa.
Solo logré escuchar el llanto desconsolado de papá Gun antes de ser ingresado al castillo, este era enorme, por su estructura, podías perderte fácilmente entre los pasillos, si no conocías del todo el lugar, sus decoraciones le daban elegancia con un toque de misterio al lugar, se podría decir que el dueño del castillo de verdad es un demonio.
El fuerte agarre me estaba lastimando y posiblemente tendría una marca al día siguiente, no tenía el valor para emitir algún sonido, sentía que se hacía el mínimo ruido, tendría terribles consecuencias.
— El rey ordenó que lo llevemos al calabazo, él se encargara personalmente de él cuando amanezca — uno de los guardias le informo al que me llevaba casi a rastas por el castillo.
— Si esas son las órdenes del rey las seguiré — el guardia que dio el informe se alejó dejándome una sensación de miedo y nervios que recorría todo mi cuerpo — Camina niño, no querrás tener más problemas con el rey — volvió a jalarme del brazo de manera brusca que me hizo tropezar y casi caer si no fuera porque me sostenían fuertemente del brazo.
Estaba tan asustado y nervioso que solo seguí al guardia casi corriendo y dando tropezones intentando seguir su ritmo al caminar.
Bajamos miles de escaleras hasta llegar al calabozo, el lugar olía a humedad mezclada con encierro.
Fui encerrado un espacio muy reducido que solo podía albergar a una persona, no había nada a mi alrededor más que un poco de heno en una esquena de la celda.
— Escucha bien niño bonito — cruzo sus brazos con un toque de burla en su mirada – no hables si el rey no te lo permite — me escaneo con la mirada — Eso si quieres seguir con vida por más tiempo — se fue riendo a carcajadas burlándose de mí.
El calabozo se veía aterrador, no había nada que iluminara el lugar aparte de un par de antorchas que estaban en la entrada, un olor asqueroso llego a mis fosas nasales, era tan desagradable que no me sorprendería encontrar cadáveres pudriéndose en las demás celdas.
Me senté sobre el heno que había en el lugar, abrazando mis piernas, llorando por todo lo que había perdido en un abrir y cerrar de ojos.
Aunque quisiera no podía odiar a los reyes de Sylvian por haberme mandado en vez de su hijo mayor, sé que los padres harían cualquier cosa por sus hijos, pero eso no evitaba que me sintiera decepcionado de los que alguna vez fueron mis reyes.
La noche en este lugar era fría y podía sentir la soledad, extrañaba mi hogar y a mis padres, a pesar de que éramos campesinos, cada que estaba con ellos me sentía cálido y acompañado, todo lo contrario de cómo me sentía en este lugar, llore toda la noche hasta quedarme dormido.
Desperté exaltado al escuchar el sonido de la puerta de metal de la celda ser abierta por la persona más aterradora que había visto en el mundo, sus ojos eran marrones y profundos que te causaban escalofrío cuando cruzabas mirada con ellos, era muy alto, de cabello castaño oscuro y test blanca, su simple presencia te provocaba terror.
Algo dentro de mí desconfiaba de esa persona y me ponía alerta para evitar el peligro, pero sabía que no podría hacer nada contra el hombre frente a mí, que no pronuncio palabra alguna, pero en su mirada se podía apreciar que ya sabía que era lo que iba a hacer conmigo.

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Rosas negras
FanfictionHace mucho tiempo, cuando el país estaba dividido en 6 grandes imperios, existió un rey tan malvado como el mismo demonio, nadie se atrevía a cuestionarlo. Para su mala fortuna un pequeño chico quedo atrapado en ese terrible reino, tanta fue su tort...