Capitulo XV

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David se sorprendió por la acción tan efusiva de su amado, riendo a carcajadas junto a él, correspondiendo cada beso que le daba con otros más, iba a cumplir su promesa como diera lugar, no quería ver a su amado sufrir, no más

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David se sorprendió por la acción tan efusiva de su amado, riendo a carcajadas junto a él, correspondiendo cada beso que le daba con otros más, iba a cumplir su promesa como diera lugar, no quería ver a su amado sufrir, no más.

—Amor~ —llamó Sam al castaño, sin soltarlo ni alejarse, poniendo todo su corazón en el apodo—. ¿Me dejas vestirme?

Fargan se derritió por ese apodo, haciendo a su amado moverse para esconderse en su hombro, empezando a soplar en su cuello para hacerle reír—. Me mojaste a mi también, así que me toca baño y lavada de ropa.

Sam hizo a su novio mirarlo, riéndose por su aliento cálido, y le dejó un beso en los labios, ahora que sentía que ese problema estaba un tanto resuelto, tal vez podía deleitarse con otras ventajas de estar en pareja, ventajas que no había podido comprobar por lo cansado que estaba.

—No te gustaría... Antes... ¿Probar a disfrutar un poquito?

Fargan se sonrojó demasiado por aquella propuesta pero no sabía si era o no realmente lo que estaba pensando

—Uis... ¿Disfrutar?

—Pues... Ya estoy casi desnudo y mojado... ¿No me quieres curar está tristeza, doc? —Era una propuesta tirada al azar, por alguien sin inhibiciones a raíz del cansancio.

Las orejas del castaño se podían sentir calientes, sus manos ahora estaban toqueteando la espalda baja de su amado, no se había animado a mirar abajo mientras se bañaba por sí Sam no se sentía preparado, pero esto... Esto era bandera verde para seguir, le importaba ahora un pepino estar con un yeso en su pierna, de qué iba a curar a su paciente de mal de amor lo iba hacer.

—Uis... Yo también estoy mojado, puedo curarte esa tristeza con mi amor~ ¿te gusta el tratamiento?

Sam entreabrió los labios, sonrojado por lo rápido que aceptó, pero en cuanto se recuperó, mostró sus colmillos un instante y comenzó a acariciar el torso de su pareja, que aún no se había puesto playera, y se removió por la expectativa.

—Me gusta, confío en su criterio doc...

Ante esa clara invitación, David lo hizo pegar su cuerpo aún más, chocando piel con piel, repartiendo pequeños besos en la clavícula de este, sus manos fueron viajando por momentos desde la espalda hasta los glúteos del azabache.

—Jeje... Se sentirá mejor dentro de poco

Sam apenas y jadeó cuando el otro comenzó a tocarlo más atrevidamente, sosteniéndose de la cama a ambos lados de David para no recargar todo su peso en su cadera, pues le causaba escalofríos. El tacto de su pareja le causaba hormigueo y calor, lo hizo murmurar su nombre.

—¿Lo hará?~ quiero... Que me toques... Más.

Los besos del castaño subieron hasta el cuello del médium, y después más arriba, quedando frente a frente, robándole un beso suave que fue subiendo de tono poco a poco. Sus manos bajaron fácilmente el pantalón pijama que se había puesto apenas el pelinegro, y separaron sus glúteos, lo hizo múltiples veces en modo de masaje.

Camina conmigo en el velo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora