Capitulo XIV

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Según tenía entendido Sam el inicio de una relación debía ser rosa y con sabor a miel, si es que las películas no mentían, en su lugar sin embargo, se encontró con una espantosa película de terror; durante los siguientes días después de su plática...

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Según tenía entendido Sam el inicio de una relación debía ser rosa y con sabor a miel, si es que las películas no mentían, en su lugar sin embargo, se encontró con una espantosa película de terror; durante los siguientes días después de su plática con su ahora pareja sobre su relación, las interrupciones del niño de la curva se volvieron más frecuentes, y extrañas.

En especial porque estas ocurrían solo al médium, en algún punto incluso dejó de creer que era el niño con el que venía la casa, se sentía distinto, más hostil, como una especie de vendetta personal, los lugares habitualmente fríos eran diferentes, más opresivos, ahora iban más lejos estos acercamientos con el otro lado, rayando en lo absurdamente enloquecedor.

Lo que más nervioso ponía el médium, era que todo esto pasaba cuando él se encontraba solo en un cuarto, o solo en casa en general, cuando su novio por alguna razón estaba en otra parte.

La regla de no lanzar cosas dejó de existir para empezar, ahora se tropezaba todo el tiempo con objetos que salían volando en su dirección, susurros constantes pero indescifrables, se aparecían personas en su espejo cada que terminaba de bañarse o siquiera al pasar cerca, escuchaba pasos por la noche, rasguños en las paredes, y toda clase de cosas extrañas cuando estaba a solas.

Sam, a raíz de esta constante actividad se estaba empezando a poner paranoico, ya de por sí era una persona ansiosa, pero está ansiedad se multiplicaba cada día que pasaba en esa casa, ya no podía escuchar un sonido fuerte porque brincaba del susto, ni podía sentir un escalofrío sin ponerse a temblar, incluso su expresión cambió, empezó a ser notorio para las personas a su alrededor, sus amigos, inclusive su jefe le dio un par de días libres para que descansara al verlo tan fuera de sí, lo cual solo sirvió para estar más tiempo en esa casa, y empezar a perder la cabeza.

A pesar de "comer" bien se veía demacrado, cosa que estaba notando su pareja, Sam intentaba no alarmarlo, más que nada porque era muy difícil de explicar que ahora toda las cosas raras de la casa ahora solo le pasaran a el, estaba intentando ser valiente con el mundo intangible, en una especie de reto personal para probar que podía ser una pareja no demandante, que no necesitara de más a su novio.

Esperaba desde el fondo de su corazón que todo se calmara eventualmente, pero ahora solo era una persona mentalmente agotada, que, al igual que como las gotas de agua dañan lentamente la piedra, la cordura le era saqueada poco a poco por todas las pequeñas cosas, tan cansado que apenas y parecía el mismo.

Ese día Sam estaba solo otra vez, no estaba seguro de porqué, su mente estaba un poco borrosa, también su vista estaba algo afectada, probablemente porque llevaba media hora mirando la luz de su habitación parpadear.

Tal vez si un evento así lo hubiera pillado unos días antes, simplemente habría abandonado el cuarto y regresado después, pero en ese instante se encontraba tan cansado, que solo se quedó mirando la luz intermitente, abrazando una almohada.

Camina conmigo en el velo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora