Capítulo 13

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Apenas faltaban unos minutos en carretera y ya estaba demasiado emocionada.Si, no era nuestra primera cita pero todo con respecto a él era igual de hermoso que la primera vez.

Sentí que el coche se detuvo, entonces Matt salió de él para abrirme la puerta y tomó de adentro del coche una manta con cuadros y una canasta.Bajé de él y observé a mi alrededor.

Varias sensaciones colmaron mi cuerpo.El lugar era hermoso.Estaba rodeada de bellas flores, me encontraba en un bosque, los árboles se movían al ritmo del viento, las vistas era fascinantes, era un paisaje muy natural.

—Wao, es hermoso..—respondí aún observando mi alrededor.Matteo sonrió ampliamente y entonces se acercó a mi y me dió un casto beso en los labios.Me puse nerviosa ante la cercanía.

Me sentía como si fuera la primera vez que nos besábamos, estaba igual de nerviosa y emocionada.

—Y aún no has visto nada ojos cafés.—me tomó de la mano y me llevó con él.Le dediqué una última mirada al coche del que cada vez nos íbamos alejando.

—¿Estará bien?—pregunté

—Dudo mucho que alguien se lo lleve, además vamos bastante dentro del bosque, sería difícil sacar el coche de aquí.—afirmó y entonces me llevó con él.

Caminamos un ratito más y entonces nos detuvimos justo en un lago con una gran cascada.Me percaté de que había personas a lo lejos.

—¿Ellos también vienen por la cascada?—me refería a la gente que se encontraba en la lejanía.

—Pues si, pero para que no te preocupes, tomé esta incómoda ruta para no encontrarnos con personas, nadie vendrá por aquí, estaremos solos tu y yo.

—¿Sólo nosotros?—pregunté con una sonrisa pícara.

—Así es.Además esta ruta solía tomarla con mamá, cuando aún estaba cuerda.—lo último lo dijo sin ánimos, a pesar de nuestra cercanía no conocía a Matteo y creía que como aún no hemos definido esto que tenemos no me gustaría ser indiscreta.

El lugar era totalmente maravilloso, la cascada era digna de admirar, el lugar transmitía una paz y tranquilidad impresionante.A pesar de ser en otro estado de Madrid valía la pena salir de viaje solo para verla, además venía con él, el chico que en un principio no era nada para mi.

Ahora se había vuelto todo..

No sé qué haría sin tí, Arias.

—Ven..—ordenó

Me acerqué a él tanto que su rostro estaba muy cerca del mío.Me paralicé cuando con su dedo pulgar comenzó a acariciar suavemente mi mejilla.

Cerré los ojos ante su tacto, su cercanía me hacía posible sentir ese aroma tan peculiar y delicioso que siempre llevaba, era embriagador, me invitaba a quedarme así eternamente.

Pero nada es para siempre y debía recordar eso, sentía que en el algún momento todo se acabaría o algo malo pasaría, quizás era solo un presentimiento, pero debía aprovechar mi felicidad mientras aún pudiera.

Al instante se apartó de mi y extendió la manta que traía en el suelo y colocó la canasta en el medio de esta.

—Puede sentarse señorita Eva.—dijo con voz cambiada en tono de broma.

Asentí con la cabeza riendo y entonces me senté en la manta.Crucé mis piernas y lo vi sentarse frente a mi.

—Me tomaste por sorpresa con todo esto.—respondí.

—Amo hacer eso ojos cafés, me gusta sorprenderte.— y dicho esto comenzó a sacar cosas de la canasta.Unas tostadas, un montón de frutas, jugo, cubiertos, entre otras cosas.

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