Cuando Taehyung se despertó aquella mañana de domingo, se sintió desconcertado al no reconocer el cuarto en el que estaba. ¿Estaba en un hotel? No... Aunque la cama era tan cómoda y las sábanas tan suaves que podría serlo. El sueño que había tenido aún rondaba por su mente: JK y él siendo casados por Pengsoo.
Espera, ¿había sido un sueño?
Recordando todo de pronto, el chico se sentó de golpe en la cama, reviviendo el shock del día anterior. Estaba durmiendo en el cuarto de invitados del apartamento de JK. Con un pijama que su nuevo marido había comprado para él, y que probablemente costaba más que todo su armario.
Sintiéndose como un criminal fugándose de una cárcel de alta seguridad, Taehyung salió del dormitorio de puntillas con el objetivo de ir a la cocina a por algo para desayunar. Sin embargo, apenas había dado dos pasos, cuando la puerta al otro lado del pasillo se abrió, y de ella salió envuelto en una nube de vapor Jungkook, secándose el pelo cubierto solo por una pequeña toalla estratégicamente enroscada alrededor de sus caderas. Un par de gotas de agua caían por los surcos de su musculatura, utilizando los espacios entre sus abdominales como si fuesen un valle que desembocaba en...
— ¡Hola, buenos días! —dijo Jungkook con voz alegre, saludándolo con su mano libre— No mentías cuando dijiste que dormirías doce horas.
El cerebro de Taehyung hizo un cortocircuito que hubiese dejado sin luz a media ciudad, abriendo la boca como un buzón mientras trataba de recordar cómo se respiraba. Pero estaba tan ocupado con ello, que no se dio cuenta de que también había olvidado cómo ser un bípedo funcional. Así que, tropezando con sus propios pies, salió proyectado varios metros hasta caer estrepitosamente.
Sobre Jungkook.
Con la cara sobre su pecho desnudo.
Instintivamente, Jungkook le agarró para evitar que sus huesos diesen contra el suelo, pero con el repentino movimiento la toalla de su cintura se soltó, consiguiendo rescatarla justo antes de que revelase lo que había debajo. Con un grito de tremendo horror, Taehyung se enderezó rápidamente para separarse de Jungkook, toda su cara ahora convertida en un hornillo incandescente.
— ¿Estás bien? —preguntó Jungkook.
— Sí. Estoy bien. Perdón. Perdóname. Oh, Dios. Mierda. Perdón—balbuceó Taehyung tapándose los ojos mientras hacía por lo menos media docena de reverencias.
— Eh, está bien, no ha pasado nada—respondió despreocupadamente Jungkook—Ha sido un accidente.
— Es que...me he tropezado con la alfombra—dijo Taehyung.
— ¿Cuál? —preguntó Jungkook, ladeando la cabeza.
Taehyung miró hacia el pasillo y el suelo de tarima desnuda le devolvió la mirada. Casi podía ver los nudos de la madera formando una cara riéndose de él
— Olvídalo, no sé por qué he dicho eso...—dijo Taehyung, aún sin mirarle.
— Seguro que ha sido el fantasma, yo te digo que en esta casa ocurren cosas raras...—dijo Jungkook con seriedad.
— Seguro que ha sido eso.
— Taehyung... ¿estarías más cómodo si me voy a vestir antes de que sigamos hablando? —preguntó con cautela el idol, viendo cómo Taehyung se retorcía frente a él.
— ¡Sí! —exclamó Taehyung— Bueno, si no te importa. Es tu casa. No quiero que...
— Ahora esta también es tu casa—se apresuró a decir Jungkook— Y puedo comprender que para ti...para ti verme casi desnudo es un shock.
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JK, marry me! [EN EMISION]
Fanfiction¿Quién no va a adorar a JK? Es el mayor idol del planeta, ganador de un Grammy, su sonrisa podría detener el tiempo y su voz dejaría a cualquiera sin aliento... A Taehyung, uno de sus millones de fans, su mejor amigo le propone una idea para pasar...