Taehyung esperaba muchas consecuencias negativas en su vida tras casarse con un idol, especialmente cuando era alguien con la repercusión de JK. Sabía que la fama no podían ser solo las cosas buenas. Sabía de las consecuencias de los escándalos entre las personas famosas en Korea. Pero, a pesar de saber todo eso, no era lo mismo saberlo que vivirlo.
Las semanas posteriores a que saliese su fotografía con Jimin fueron una pesadilla: La tienda, que esperaba poder abrir pasadas las famosas 48 horas de pesadilla de las que le habló su marido al principio de la relación, tuvo que estar cerrada durante una semana. A pesar del comunicado que lanzó la empresa y el directo que Jungkook hizo al día siguiente, las voces disidentes todavía criticaban duramente a Taehyung, y los rumores solo parecían crecer y crecer alimentados por la prensa. Y aquello, provocó que Jungkook, que ya de por sí estaba en las etapas finales para el lanzamiento de su disco, apenas estuviese en casa, y cuando estaba, fuese durmiendo o trabajando.
Como no podía ser de otra forma, el idol nunca fallaba en dejarle cada mañana el desayuno preparado y una nota con unas palabras cariñosas para hacer sonreír a Taehyung. Pero incluso aquellos post-it, con el paso de los días, se iban volviendo más y más escuetos, y sus momentos en común cada vez más devorados por la fatiga y el estrés.
Al día siguiente de que la publicación maliciosa viese la luz, se encontró sentado en el despacho de Seokjin rodeado de un montón de hombres de mediana edad en traje escuchando las estrategias que habían desarrollado para intentar arreglar aquel problema de imagen pública, ni siquiera intentando escuchar a las personas afectadas directamente por ello.
Y claro que la mano de Jungkook enlazada con la suya le dio aliento. Claro que los susurrados "solo es temporal", "lo siento por todo esto" y "pronto terminará todo esto" le ayudaban a lidiar con aquella avalancha. Claro que su marido y su mánager intercediendo con los abogados le hacía sentir más protegido ante la indefensión que sentía.
Pero su estómago se revolvió con desagrado al saber que tendrían que exponerse más en público por obligación para dejarse fotografiar con el objetivo de dar la imagen de pareja perfecta que la compañía quería mostrar de ellos. Por supuesto, Taehyung aceptó sin pensar. Era la carrera de su artista favorito, su marido y, sobre todo, la persona a la que quería. Pero el problema no era mostrarse cariñoso con Jungkook.
El problema, era sentir cómo su amor era controlado y utilizado, aunque fuese para salvarles a todos. El problema, era sentir que ya ni siquiera su vida privada era decisión suya.
Y la peor parte, era lo incomprendido que se sentía al respecto. En cuanto escuchó a uno de los representantes de la compañía decir que debían hacer apariciones públicas juntos, Jungkook sonrió ampliamente con cara de ilusión. Él no parecía sentirse incómodo al saberse monitoreado en su tiempo en pareja por obligación. Incluso llegó a decir que aquello era algo bueno que estaban sacando de todo ese caos, y que "por fin tendrían la libertad de tener citas en público" ¿Pero qué clase de libertad era esa, si era una orden impuesta en contra de sus deseos?
Jungkook, como no podía ser de otra manera, no tardó mucho en darse cuenta de que Taehyung estaba más tenso que de costumbre y que no se comportaba con su despreocupación habitual. Pero, tras preguntarle un par de veces y que este le respondiese forzando una sonrisa y afirmando que todo estaba bien, asumió que solo era la presión de toda la situación que se había visto forzado a vivir. Ahora, su trabajo era concentrarse en seguir trabajando duro no solo por su propia carrera, sino para monitorizar la respuesta del público a la estrategia de imagen pública para poder volver a su vida lo antes posible.
A pesar de todo, Taehyung se despertó aquel sábado con una sonrisa en la boca. Debido a aquel orquestado plan, unos días antes le habían dado la oportunidad de acompañar a Jungkook a una pequeña actuación en directo para un famoso programa musical de televisión. Y aunque su primer impulso fue negarse a ir debido a que era parte de la estrategia de márketing de la empresa, finalmente su alma de fan se impuso. ¿Poder escuchar a Jungkook en el escenario dando su cien por cien en lugar de tarareando la música del anuncio de jabón lavaplatos mientras cocinaba? No estaba dispuesto a perderse eso.
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JK, marry me! [EN EMISION]
Fanfiction¿Quién no va a adorar a JK? Es el mayor idol del planeta, ganador de un Grammy, su sonrisa podría detener el tiempo y su voz dejaría a cualquiera sin aliento... A Taehyung, uno de sus millones de fans, su mejor amigo le propone una idea para pasar...