Capítulo 9

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Por mucho que ambos habían intentado la noche anterior posponer el momento de irse a dormir, finalmente fue inevitable que el cansancio se apoderase de ellos. Aunque hubiesen ganado algo de confianza entre ellos, era imposible negar la tensión que se palpaba en el ambiente del dormitorio cuando ambos se encontraron tumbados sobre el colchón. Daba igual que la cama fuese tan monstruosamente grande que podría haber dormido una familia numerosa en ella, o que se repitiesen mentalmente para sí mismos que aquello no tenía importancia. Ambos se sentían demasiado cohibidos con aquella sensación de intimidad forzada para decir nada, para comportarse con naturalidad, para moverse con tranquilidad. Cada uno se dispuso en un extremo de la cama, mirando hacia fuera y se quedaron inmóviles por el miedo de rozar al otro por accidente y ser malinterpretado, hasta que el sueño se apoderó de ellos.

A la mañana siguiente, sin embargo, Taehyung fue el primero en abrir los ojos y se encontró con que inconscientemente los dos habían terminado mirando hacia dentro de la cama, y estaban ligeramente más próximos entre ellos. Al ver a Jungkook a su lado, ignorando completamente que estaba siendo observado, un pensamiento vino a su mente. Y es que cuando alguien se imagina despertándose al lado de su idol favorito, piensa que será como en esos photoshoots en los que fingen estar dormidos y que se despiertan siendo la imagen de la belleza. Desde luego, no se imaginan la cara hinchada, las legañas del tamaño de un ravioli o el mal aliento mañanero.

Posiblemente estaba viendo en ese momento la versión menos atractiva y glamourosa de su adorado JK. Y sin embargo, era innegable que le parecía irresistiblemente tierno. Tenía la boca ligeramente abierta con los labios dibujando un pequeño puchero,  y estaba roncando suavemente. Su pelo largo, convertido en un nido de gaviotas, se pegaba parcialmente a su frente por el calor veraniego a pesar del aire acondicionado. Un pequeño movimiento inconsciente hizo que su brazo se sacudiese, sobresaltando a Taehyung, pero hasta aquello le hizo sonreír.

Con todo el sigilo que pudo, sacó algo de ropa limpia del armario, y decidió darse una ducha para darle algo de tiempo para que descansase, esperando que no hubiese pasado tan mala noche como él. Por suerte, el agua fría se llevó por el desagüe parte de su cansancio, y estaba listo para empezar el día.

—       Mmmnnnos dias—murmuró Jungkook en cuanto abrió la puerta del cuarto de baño, sus ojos aún cerrados.

—       Buenos días, Kook. ¿Qué tal has dormido?

—       Regular... ¿tú?

—       Igual—respondió Taehyung— ¿Te duchas y bajamos a darnos un festín de huevos y salchichas?

—       Pensé que nunca me lo propondrías, monada—respondió Jungkook con una media sonrisa.

Taehyung tardó unos instantes en entender el doble sentido, abriendo mucho los ojos mientras miraba de arriba a abajo a Jungkook con indignación. Algo que no debería haber hecho, porque si algo tienen los hombres recién levantados es cierta parte de su anatomía mucho más despierta que su propio dueño. Y en el caso de Jungkook, su anatomía se veía muy, muy despierta a través de sus pantalones de pijama.

Sin embargo, el idol estaba demasiado dormido para darse cuenta de cómo las mejillas de Taehyung se habían teñido de carmesí por haber mirado donde no debía, y simplemente interpretó su silencio como vergüenza por haber dicho algo tan malinterpretable. Aun riéndose a carcajadas, cerró la puerta del cuarto de baño tras de sí, y Taehyung, pudo por fin respirar hondo antes de irse a esperar a su marido al salón de la suite.

En cuanto Jungkook estuvo listo, ambos bajaron en el ascensor hasta la zona de desayunos, y la camarera les acomodó en una mesa, escondiendo una sonrisa que delataba que era fan del idol.

JK, marry me! [EN EMISION]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora