Capítulo 4

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El despertador sonando sin piedad sobre la mesilla de noche hizo gruñir a Taehyung con disgusto. Posiblemente a excepción de los músculos para mover los ojos, tenía agujetas en todo el resto del cuerpo, y la semana amenazaba con ser un verdadero infierno. No iba a mentir, nunca había sido una persona madrugadora, pero realmente aquel día estaba odiando levantarse de la cama más que nunca. El día anterior, tras quedarse Jungkook y él solos, estuvieron hasta casi la madrugada colocando sus pertenencias en el que iba a ser su dormitorio.

Cómo no, Taehyung intentó evitar recibir ayuda de su ídolo tratando de evitar el bochorno de que viese su ropa interior, o la colección completa de todos sus discos, o...bueno, o las 225 fotografías que tenía de él. Pero fue en vano: Jungkook parecía tener la misión de ayudarle, y dio exactamente igual que Taehyung le dijese que desharía sus cajas durante la semana, o que le invitase a marcharse a dormir, que el hombre ignoró sus indirectas hasta que no quedó ni una camisa por colgar, ni un calzoncillo que doblar ni una pieza de merchandising con su cara sin colocar en la estantería.

Ni siquiera sabía por qué se había llevado todas sus pertenencias relacionadas con JK, sabiendo lo vergonzoso que iba a ser revelarle su obsesión con él. Además de lo incómodo que debía suponer para su marido que un hombre adulto hubiese vivido su vida con su cara en distintos tamaños observándole desde cada esquina, en muchas de las fotos con pose sexy. Pero Jungkook no hizo ningún comentario al respecto, limitándose a colocar con cuidado sus cosas sin perder la sonrisa en ningún momento mientras se lanzaban una pregunta tras otra para conocerse mejor. Solo cuando estuvo todo en su lugar, Jungkook se levantó con un pequeño quejido del suelo y se despidió de él con un bostezo y la promesa de continuar con el interrogatorio cuando tuviesen tiempo.

En ese preciso instante, mirando al techo del dormitorio con menos horas de sueño de las necesarias para sobrevivir al huracán que le esperaba en la tienda, la idea de abandonar la civilización e irse a vivir a las montañas para vivir como un ermitaño comiendo bayas y haciendo sus necesidades en un hoyo no sonaba tan mal. Pero la única vez que durmió al aire libre la naturaleza intentó matarle dándole una sinusitis alérgica, y sus instintos de supervivencia eran similares a los de un hurón doméstico. Así que, muy a disgusto, tuvo que asumir que la única alternativa para librarse de aquella situación no era viable, y si no se levantaba de la cama sus dos socios le cortarían la cabeza.

Tras darse una ducha rápida para intentar que la somnolencia se fuese por el desagüe, se vistió con una camisa y unos pantalones largos de lino, perfecto para el calor veraniego pero también para estar todo el día en la tienda con el aire acondicionado puesto. Sabiendo lo temprano que era, intentó ser sigiloso para no despertar a Jungkook, quien supuso que se levantaría más tarde ya que le había dicho el día anterior que trabajaría desde casa. Sin embargo, cuando fue hacia el salón de la casa, fue recibido con un delicioso olor a pan de plátano, y la voz angelical de Jungkook cantando distraídamente tras la encimera de la cocina.

— Buenos días, Jungkook, ¿qué haces despierto ya?

— Hacer un sudoku—respondió Jungkook con ironía— ¿No es evidente? ¡Hacerte el desayuno, tal y como prometí! Como me dijiste que solías desayunar dulce, te he hecho un pan de plátano, y te he hecho un té negro que tenía en la despensa. ¡Y hoy mismo pediré el que te gusta!

— No me lo puedo creer...—murmuró Taehyung mirando a Jungkook con los ojos brillantes— ¿Te has despertado tan temprano...por mí?

— Eh, tengo que cuidar a mi maridito—dijo Jungkook con una sonrisa seductora— Además, hoy vas a enfrentarse por primera vez a una multitud furiosa por mi culpa. Te mereces un bizcocho recién hecho.

— ¡Pero no es tu culpa que algunas fans necesiten una dosis urgente de Ubicaína! —dijo Taehyung frunciendo el ceño.

— Bueno, pues digamos que causado por mí—reformuló Jungkook— Además, así tengo la oportunidad de compartir un rato contigo, ya que trabajas hasta tan tarde.

JK, marry me! [EN EMISION]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora