capítulo 7

3.3K 209 25
                                    

—Tú y yo tenemos que hablar, y no te vas a librar esta vez. Acabas de ir al baño y no voy a permitir que pongas esa excusa más veces, o tendré que mandarte al médico por problemas gastrointestinales —le soltó Denna con firmeza, agarrando a Juanjo del brazo. Él suspiró, rindiéndose.

—Dispara, anda.

Denna sonrió satisfecha y tiró del maño para sentarlo en el sofá junto a ella. Cruzó las piernas como un indio y se inclinó hacia él, intrigada.

—¿Qué tal estás?

Juanjo le dedicó una sonrisa ladeada y desvió la mirada.

—Genial. ¿Tú qué tal?

Denna frunció el ceño, harta.

—Juan José Bona Arregui. Responde a la pregunta y no me trates de estúpida, que sabes de sobra de lo que estoy hablando.

Juanjo se recostó sobre el sofá, abatido. Estaba agotado. Quizá hablar con Denna era lo mejor.

—No estoy bien. —La voz le tembló.

Denna abrió mucho los ojos, sorprendida. A pesar de su insistencia, Juanjo sabía que ella no se esperaba una respuesta sincera.

—Cuéntamelo, por favor. Una carga entre dos se lleva más fácil, Juanjo. Eres mi mejor amigo y no quiero verte mal, y hace tiempo que no sonríes. —Denna le sujetó la mano con fuerza y algo dentro de Juanjo se rompió. Se pellizcó la nariz con cansancio y vergüenza.

—No quería preocuparte. Ni a ti ni a nadie.

Denna negó con la cabeza.

—Siento decirte que me importas, a mí y a mucha gente. Y si estás mal, nos preocupamos. Y si no nos lo cuentas, aún más. Es un callejón sin salida, ¿entiendes?

Juanjo la miró con ojos brillantes. No quería romperse, no quería llorar.

—Le echo muchísimo de menos. No paro de pensar en él. Creo que cometí un error, Denna. —La confesión del maño caló en la rubia, que lo miró apenada y le estrechó la mano con más fuerza.

—¿Te arrepientes? —le preguntó con cuidado.

Juanjo miró al suelo, dando una patada con suavidad. Estaba nervioso.

—Eso da igual. Lo hecho, hecho está.

Denna se acercó más a él.

—Nada es definitivo, Juanjo. Puedes tratar de cambiar las cosas. Si tú quieres. Puedes hablar con él. Quizá él aún...

—No —la interumpió, sacudiendo la cabeza—. No, él no quiere saber nada. Ya ha pasado página. Y yo también debería.

Denna arqueó una ceja.

—Juanjo, ¿qué os pasó? No entiendo por qué lo dejasteis. Os queríais muchísimo.

El corazón de Juanjo se encogió, recordándolo todo. No podía volver con Martin. Jamás. Nunca olvidaría lo que había pasado.

—Nos peleábamos mucho —dijo solamente. Pero la rubia no se dio por satisfecha.

—¿Y qué? Algo más pasó. Siempre lo solucionábais todo.

Juanjo se esforzó muchísimo por no echarse a llorar. Sí se arrepentía, se arrepentía muchísimo. Si él hubiera luchado por Martin desde el principio, nada de aquello habría sucedido.

—Me rendí. No sé qué coño me pasó, Denna. Creía que no era feliz, lo veía ofuscado todo el día, sentía que lo decepcionaba constantemente. Él era increíble y se merecía lo mejor, y yo no sabía dárselo. Me frustraba y me enfadaba con él cuando en realidad estaba enfadado conmigo. Un día discutimos mucho. Y yo qué sé, tomé una decisión precipitada en un momento de calentón. Me arrepentí muchísimo, te lo juro.

If you should ever leave meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora