Lo que significa ser un héroe [Katsuki Bakugo x OC]

Capítulo 45

De no haber sido por la rápida reacción de Aizawa, la cara de Neito hubiera explotado en mil pedazos.

Si alguien hubiera podido observar al detalle todo lo que ocurrió al mismo tiempo, habría visto la palma abierta de Katsuki chocando contra el rostro compungido de Monoma, arrojándolo al suelo; los ojos negros de Aizawa alumbrando de rojo desde la distancia mientras corría en su dirección; Kirishima y Kaminari yendo a por Bakugō con expresiones alteradas; y Asui y Tokoyami corriendo hacia Kiyama preocupados.

No obstante, a pesar de la rápida reacción de todos, el héroe copia alcanzó a recibir varios puñetazos de un enloquecido Katsuki, quien al notar que había perdido su poder, no había desperdiciado ni un segundo para atacar sin misericordia, y de no haber sido contenido por sus compañeros, podría haber hecho mucho más que sólo amoratar el ojo y reventar el labio de Monoma.

—¡MALDITO CERDO HIJO DE PUTA! ¡VOY A MATARTE! —Bramaba el platino fuera de sí, revolviéndose furioso entre los brazos de sus compañeros, quienes estaban teniendo serios problemas para refrenarlo. No fue hasta que Kirishima activó su kosei que realmente lograron apartarlo. —¡PUTO CABRÓN DE MIERDA! ¿QUERÍAS UN PROBLEMA CONMIGO? ¡PUES YA LO TIENES, BASURA ASQUEROSA! ¡TE VAS A ARREPENTIR DE ESTO TODA TU JODIDA VIDA! ¡ZOQUETE HIJO DE PUTA!

Aquel discurso de insultos y amenazas sólo se detuvo gracias a Aizawa, quien lanzando su bufanda con calculada maestría, amordazó a Bakugō acallando sus berridos de golpe.

—¡Monoma! ¡Pero qué es lo que has hecho! —Exclamó Kendo horrorizada al acercarse junto a varios de los de su clase, con el arrepentimiento consumiéndola por no haber intervenido cuando tuvo oportunidad.

—¡Asuka-chan! ¿Te encuentras bien? —Preguntó Tsuyu profundamente preocupada, viendo que su amiga estaba temblando ligeramente.

—¿Qué te ocurrió, Kiyama-san? —Cuestionó Tokoyami, arrodillándose a su lado para sostener su espalda con cuidado.

Sin ser capaz de decir nada, pues sabía que de hacerlo se echaría a llorar, la albina retiró sus manos y levantó un poco el rostro, dejando ver cómo dos hilos de sangre brotaban de su nariz, la cual ahora estaba levemente torcida.

Para ese momento, Aizawa ya estaba en la escena junto a los demás profesores, por lo que apartando a Bakugō del camino lanzándoles una mirada de aviso a sus captores, se agachó para revisar el rostro de Asuka, tomando con delicadeza su mentón para examinar la herida.

—Kiyama, ¿puedes respirar con normalidad o sientes alguna dificultad? —Le preguntó con voz sumamente ronca.

La chica se tomó unos segundos para contestar.

—M-me cuesta... s-sólo un poco. —Indicó, pero lo que había previstó sucedió y su llanto empezó a fluir sin que pudiera retenerlo más, haciéndola volver a sostenerse el rostro con las manos. En serio le dolía un montón.

—Ok. Trata de respirar con lentitud. Tu nariz está rota. —Informó Shōta con tono que evidenciaba su enfado, pero con una expresión muy controlada en su rostro.

Ante aquello, el héroe explosivo, quién no había dejado de retorcerse, se las arregló para soltarse del agarre de sus compañeros y volver tras Neito, pero antes de que su puño lograra conectar con su nariz para cobrar la venganza deseada, sus amigos consiguieron volver a apresarlo, haciéndolo enfadar tanto, que usó toda su fuerza para quitarse la mordaza de fibra de carbono de la boca y, dándo un último empujón hacia adelante, se acercó todo lo que pudo a la cara del rubio y lo escupió.

Los que alcanzaron a ver lo ocurrido se encogieron de impresión.

—ESTO NO SE QUEDA ASÍ, ¿ME OYES? ¡LO VAS A PAGAR, MALDITO HIJO DE PERRA! ¡TE JURO QUE VOY A MAT...! —Pero antes de que pudiera continuar, Aizawa volvió a poner la mordaza en su sitio y sus gritos quedaron aplacados otra vez.