Lo que significa ser un héroe [Katsuki Bakugo x OC]

Capítulo 4

—Cómo ya les había comentado antes, yo provengo de las montañas del este, de una apacible aldea en medio de un frondoso bosque y varios ríos cristalinos; pero lo que no saben es que si bien mi madre es japonesa, mi padre es americano. Ella lo conoció cuando él, en medio de una misión junto con All Might-sensei, viajó a Japón.

La joven de orbes dorados comenzó a narrar su historia, sorprendiendo a todos los oyentes ante esta revelación.

—Mi madre, quien siempre había vivido en la aldea, quedó encantada con aquel héroe extranjero que, al igual que ella, poseía unas poderosas alas en su espalda. Nunca había conocido a alguien que tuviera la misma habilidad que ella, pero pronto se enteró de que a pesar de que sus koseis eran similares, no iguales. Ella posee las habilidades de un Tengu, criatura mitológica japonesa que tiene alas de ave y poderes psíquicos, pero mi padre es poseedor del Eagle Force, kosei occidental que significa "Fuerza de Águila". Aún no conozco su historia completamente, pero sé que ambos se enamoraron y mi padre decidió quedarse aquí en japón con mi madre. De esa unión nací yo.

La joven heroína hizo una corta pausa para suspirar levemente antes de continuar.

—Desde que tengo memoria, todos los habitantes de la aldea quedaban encantados con mi cabello y mis piernas, pues como estos fueron heredados directamente del kosei de mi padre, nunca habían visto cosa igual. Él solía decirme que, a pesar de que yo había recibido mi particularidad de él, yo era muy especial, por que mi inusual cabello indicaba que yo era un águila calva, una de las variantes más extrañas de la línea de sucesión.

—Como era de esperarse, mi historia se difundió al punto de que diversos y muy intrépidos viajeros visitaban mi aldea sólo con el fin de echarme un vistazo. Todos querían ver lo que una unión tan exótica como un hombre-águila y una tengu habían procreado, por lo que el comercio y el turismo creció en gran medida gracias a mi padre y a mi.

—Al salir mi padre casi toda la semana para ejercer su profesión de héroe, mi madre fue la encargada de criarme y enseñarme todo lo que sé, pero llegado el fin de semana, siempre estábamos juntos, dividiendo nuestro tiempo entre divertirnos y entrenar un poco mis habilidades con ayuda de él. No obstante, cuando cumplí los 5 años, ocurrió eso cambió mi vida para siempre.

Asuka hizo nuevamente una pausa, como si estuviera intentando encontrar las palabras adecuadas para continuar.

—Un día de invierno, me encontraba junto con algunos niños jugando a lanzarnos bolas de nieve. Todos estábamos tan distraídos y emocionados con la batalla que no notamos cuando un grupo de hombres se acercó a nosotros de manera sospechosa. Para cuando me di cuenta de su cercanía, ya era demasiado tarde; pude identificar que no eran de allí, pues vestían muy extraño y las expresiones de sus rostros eran sombrías, pero antes de que pudiera pensar en nada más, alguien puso un pañuelo sobre mi boca y nariz y me desvanecí en segundos.

—Nunca supe qué pasó después de eso, pero cuando desperté, me encontraba encerrada en una gran jaula de metal dentro de lo que parecía un destartalado camión de transporte, en donde hacía un horrendo frío y olía terriblemente a sangre.

—Oh Dios mío! Pero por qué te secuestraron? Qué querían de una niña de sólo 5 años? —Preguntó Uraraka horrorizada, interrumpiendo la historia de la albina.

—Querían venderme, sacarme del país y entregarme a un hombre que les había prometido mucho dinero.

La estancia se quedó en silencio por tensos segundos, mientras todos asimilaban lo que la chica acababa de decir.

—Al parecer un acaudalado mafioso había escuchado de mi y de mi particular apariencia, decidiendo que tenerme era su nueva ambición. Según lo que pude oír en los meses en que estuve encerrada, tenía algunos planes para mí... algo sobre ser su concubina y algo más...