Lo que significa ser un héroe [Katsuki Bakugo x OC]

Capítulo 35

En la oscuridad de la habitación, Asuka y Katsuki estaban perdidos en las profundidades de sus mentes. La albina ya había pasado ese incómodo umbral en donde la timidez pausaba todo, por lo que ahora, ambos actuaban activamente siguiendo lo que sus instintos les indicaban.

Cuando el platino entró en la estancia, se había quedado estático unos segundos, aspirando pausadamente aquel aroma floral que le fascinaba ahora mucho más concentrado, pero sintiendo la cálida presencia de su chica en la espalda, se giró con lentitud para mirarla a los ojos.

Se mantuvieron quietos un corto momento, dejándose envolver por el deseo contenido que los consumía, impresionados con la necesidad reflejada en sus rostros; pero antes de que la separación se hiciera insoportable, ambos dieron un paso adelante con suma lentitud y elevaron sus brazos buscando contacto, cerrando los ojos en el último momento.

Las manos de Bakugō buscaron la cintura de la albina para atraerla hacia sí con pasión, sintiendo de inmediato como las de ella hacían lo propio con su cuello, impidiendo que sus bocas perdieran el contacto por más de unos cuantos segundos. Sus labios se sincronizaron casi al instante empezando una coreografía muy bien organizada de roces y lamidas que fue rápidamente complementada por sus suspiros.

Aquel contacto profundamente erótico los acompañó hasta llegar a la cama, en donde ambos se acomodaron rápidamente hasta que se sintieron a gusto, con la peli blanca sentada sobre el regazo del rubio dejando en contacto sus entrepiernas.

Abandonándose a sus deseos sin ningún tipo de inhibición de por medio, se deshicieron de sus prendas superiores con avidez hasta que Bakugō desabrochó el sostén de la chica y lo arrojó lejos, sintiendo su piel erizarse cuando los endurecidos pezones tocaron su pecho directamente.

—Joder, me encanta. —Murmuró empezando a pasear sus manos por cada superficie de piel posible, excitado con los meneos de la cadera de la peli blanca sobre su erección. La seguridad que ella proyectaba esa noche empezaba a volverlo loco.

—También a mi. —Aseguró la chica antes de volver a unir sus labios mostrando sin tapujos su necesidad, sacándole un gruñido de satisfacción al rubio.

Ambos se daban cuenta del cambio que se había operado en su relación. Notaban como, a pesar del poco tiempo transcurrido, habían logrado encontrar una especie de armonía entre sus personalidades tan dispares, entrelazándose de una forma que nunca hubieran imaginado. Sus inseguridades eran cosa del pasado.

Encendido, Bakugō se impulsó hacia adelante sin demasiada brusquedad pero con la suficiente fuerza como para hacer caer a Asuka sobre su espalda, y alejándose todo lo que daban sus brazos poniendo las manos a cada lado de su cabeza, la contempló con de arriba abajo con ojos oscurecidos, sintiéndose el adolescente más afortunado del planeta.

Ahora que tenía oportunidad de mirarla de frente, sintió su miembro apretarse como nunca antes al contemplar esas pálidas cúspides coronadas por apetecibles botones caramelo, notando sin demasiado esfuerzo que estos estaban endurecidos. Se le hizo agua la boca.

Con el sonrojo aumentando en su rostro, la chica desvió la mirada y cedió al impulso de empezar a cubrirse, intimidada por esa mirada hambrienta que ya conocía bien, pero con un rápido movimiento, Katsuki intervino.

—Ni lo pienses, preciosa. —Soltó mientras tomaba sus muñecas y las presionaba contra el colchón, consiguiendo que ella lo mirara directamente estremeciéndose entera. —He querido hacer esto desde hace mucho. —Agregó, e inclinándose hacia el busto de ella sin ninguna duda, dio una larga lamida a uno de los pezones, provocando que el cuerpo de la joven se acalambrara al instante.

Bakugō gruñó excitado al escuchar el agudo gemido que Asuka fracasó en contener, confirmando que ella disfrutaba de sus perversiones, por lo que motivado, dejó que sus deseos tomaran el control y empezó a saborearlos como siempre había querido.