Lo que significa ser un héroe [Katsuki Bakugo x OC]

Capítulo 2

—Vamos, date prisa! —Apremió el oji rojo mirando a la joven correr algo rezagada tras de él, mientras sostenía su costado derecho con una mano.

La increíble explosión que se había generado por la onda sónica de Asuka, los había lastimado a todos. Del villano no sabían nada, pero Bakugō terminó con otro golpe en la cabeza y ella con un moretón en su flanco.

—Estoy agotada... —Declaró ella cerrando levemente sus ojos con pesadez —No sé cuánto más pueda seguir así.

El rubio la miró de reojo una vez más antes de soltar un quejido, intentando ignorar la culpabilidad al saber que él era el responsable de que los hubieran encontrado.

—Ya estamos cerca, si llegamos a la cima de la montaña All Might de seguro podrá vernos. Tiene que quitarme estas cochinas esposas de una maldita vez —Soltó el chico con enojo, sabiendo que era la única forma en la que podría liberarse —Así podré acabar con ese bastardo yo mismo!

La chica lo observó unos segundos antes de concentrarse nuevamente en el camino. Realmente estaba exhausta; las carreras a las que Bakugō la había sometido, junto con el hambre que sentía y la energía que había utilizado para sacarlos a ambos de aquel embrollo con el monstruo de baba, la había dejado sin fuerzas. No sabía cuánto más podría seguir corriendo.

No podían contactarse de forma alguna pues ambos localizadores se habían perdido en la batalla, por lo que lo único que podían hacer era intentar llamar la atención de su maestro de alguna forma.

—Date prisa, joder! Va a alcanzarnos! —Instó nuevamente el héroe explosivo, logrando que la chica se irritara otra vez.

—Ya lo sé Bakugō-kun! Pero en serio no puedo más... estoy... ay! —Se quejó la joven cayendo al suelo estrepitosamente, lastimándose los codos contra las rocas.

—Agh mierda —Soltó el platino regresando sus pasos para ir hacia la chica —Vamos, levántate ya!

—Ugh... —Musitó ella incorporándose levemente, quedando sentada en el suelo —Dame... sólo... un minuto... —Pidió, intentando recuperar las fuerzas para seguir corriendo, sosteniendo su costado con intensidad. Realmente le dolía.

—No hay tiempo que perder, maldita sea! Tengo que deshacerme de esas condenadas esposas! Qué clase de batalla es si no puedo pelear debidamente? Los voy a matar a todos cuando esté libre! —Bramó el rubio con furia, sintiéndose cada vez más cabreado.

—Entonces vete! Yo te seguiré después, de verdad que no... HEY! —Exclamó la joven al ver como él se abalanzaba sobre ella repentinamente y se las arreglaba para echarla sobre su hombro y levantarla del suelo —B-Bakugō-kun! Qué estás haciendo!?

—Tenemos que irnos, maldición! No voy a esperarte todo el día! —Soltó él antes de empezar a correr otra vez, cargando a la joven a pesar de las circunstancias.

—E-espera! Woa! Sólo tienes... que dame un minuto! —Pidió la oji dorada mientras se sostenía desesperadamente de la camisa blanca del chico —Voy a caerme!

—Sostente con fuerza! —Le ordenó él sin frenar el paso, esforzándose por mirar siempre al frente y no captar con su visión el cuerpo de la chica; estaba demasiado cerca de su rostro.

—Déjame en el suelo! Te cansarás más rápido conmigo encima! —Dijo ella con las mejillas sonrojadas, agarrándose como podía.

—Pfff tonterías! Eres liviana como una pluma! —Respondió el joven corriendo aún más deprisa, haciendo que la chica se tambaleara a montones.

Pocos minutos después llegaron a la cima de la montaña, permitiéndoles ver todo a su alrededor y divisar el gran reloj digital que se alzaba en un monte cercano.