Capítulo 41

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Cuando la puerta de la habitación de Bakugō estuvo cerrada, el cambio que se había producido en la atmósfera fue perceptible para ambos, haciéndolos sentir la necesidad de esperar unos segundos para acostumbrarse.

La joven águila percibió cómo los nervios se alzaban en su interior, pues a pesar de que estaba totalmente segura de su decisión y el deseo aún ocupaba gran parte de su mente, la certeza de que las cosas no serían tan sencillas empezaron a ponerla un poco tensa y temerosa.

Al voltear a observarla con lentitud, Katsuki percibió su estado de inmediato y empezó a pensar en el mejor modo de proceder, pues incluso él, que había estado contando los días para que ese momento llegara, sentía la inquietud de estar a punto de experimentar algo desconocido.

—Oi, ojos de oro... —Murmuró acercándose lentamente, notando cómo su delicado cuerpo estaba rígido. —Una vez planeamos darnos un baño caliente... —Mencionó con voz rasposa, consiguiendo que la piel del cuello de la albina se erizara al recordarlo. —...pensé... que sería brutal si lo tomamos ahora. —Y alzando su mano para tocar su rostro, acarició su piel mientras clavaba sus orbes carmesí en ella.

Asuka empezó a respirar con rapidez quedando atrapada en su abrasadora mirada por un largo instante, mas luego, encontrando en ella la determinación para empujar a un lado sus nervios, levantó también sus manos para aferrarse a su camisa, terminando con el leve espacio que los separaba.

—Me gustaría. —Susurró simplemente, y uniendo sus labios con un suave movimiento, desencadenó una euforia absurda que hizo a Bakugō tomarla de la cintura para empezar a direccionarla hacia el cuarto de baño.

El rubio no había querido dar nada por sentado, no había querido darse falsas esperanzas cuando ella había accedido acompañarlo, por lo que al escuchar finalmente esa afirmación que tanto había esperado,los instintos que con tanto esfuerzo había logrado contener se liberaron como bestias, teniendo claro que sólo podrían calmarse hasta haber saciado su hambre por completo.

Una a una, sus prendas empezaron a desaparecer al ritmo de sus pasos accidentados, con sus labios moviéndose en una sincronía perfecta en donde no importaba qué tanto tuvieran, ellos sólo querían más. No podían tener suficiente de su sabor, no podían estar lo suficientemente cerca, y por ello, fue que Asuka sólo fue consciente de que ambos estaban ya en ropa interior, cuando el cenizo detuvo su contacto para poder sacarle la camisa y luego hacer lo mismo con la propia.

—¿Qué pasa? —Murmuró él cuando ella se quedó quieta antes de entrar a la ducha, observándolo con suma atención.

—N-nada. Es sólo que... —Trató de explicar, pero se quedó a media frase cuando sus ojos se posaron en la prominente silueta que su única prenda trataba de contener, haciéndola dar un pequeño jadeo de impresión.

—¿Qué? —Cuestionó él siguiendo su mirada, un poco tenso al cuestionarse qué podía causar tal reacción, pero al darse cuenta de lo que pasaba, un estremecimiento de satisfacción lo recorrió.

Sin pronunciar sílaba, pues se moría por seguir avanzando en aquel juego previo, introdujo los dedos pulgares en el elástico de su última prenda para empezar a bajarla y quedar finalmente expuesto, en una escena tan caliente y seductora, que el corazón de la chica empezó a latir tan deprisa que el sonido de su respiración fue perceptible para ambos.

No podía dejar de mirarlo, no podía asimilar lo erótico que se veía. Su pecho y brazos, fornidos, impresionantes, evidenciando sus largas horas de entrenamiento; sus marcados abdominales, que en medio de esa cintura acentuada, parecían tallados en piedra; sus largas piernas, fuertes, sugestivas, en una clara muestra de hombría que la impresionó; pero por encima de todo, su erecto pene apuntando hacia arriba, haciéndola sentir un cosquilleo en el vientre. Todo, hasta el más mínimo detalle era tan perfecto y atractivo, que una vez más estuvo segura de que la palabra sexy era la única descripción que podría definirlo con exactitud. Sin embargo, mentiría si no admitiera que todo eso también la hacía sentir muy intimidada.

Lo que significa ser un héroe [Katsuki Bakugo x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora