Lo que significa ser un héroe [Katsuki Bakugo x OC]

Capítulo 18

Para Asuka, los días posteriores a su reencuentro con Katsuki transcurrieron con demasiada lentitud, en medio de una frustrante ola de sentimientos hirientes, que drenaban su energía casi por completo. Pero ahora, sentada sobre un barandal de la zona verde de la Heights Alliance, observaba con detalle la licencia provisional de héroe que acababa de obtener, sintiéndose muy orgullosa de sí misma.

Al haber terminado los exámenes, se le permitió a los estudiantes ir de visita a sus hogares durante toda la tarde, para que pudieran estar unos momentos con sus familiares y si lo necesitaban, traer de sus hogares algún implemento que hubieran olvidado, o que ellos quisieran suministrarles al haber terminado aquella etapa tan importante en su formación como héroes. Pero Kiyama, al vivir sola y encontrarse su familia tan lejos de allí, sólo había podido comunicarse con ellos por medio de una larga video llamada, en la cual recibió las alegres y entusiasmadas felicitaciones por su logro, y la firme promesa de que dentro de poco podrían ir a visitarla para darle directamente las atenciones y los presentes que se morían por darle. Incluso Uraraka se había marchado, pues sus padres habían hecho todo por ir a visitarla en persona. Por ello, la joven águila había permanecido sola en la Heights Alliance, hasta que sus compañeros, lentamente, habían empezado a regresar.

Después de haber decidido dejar a Bakugō en paz, la albina se había dedicado a entrenar fuertemente para mejorar sus habilidades con el Eagle Force, siguiendo las instrucciones que el maestro Aizawa le había dado para acomodar los músculos de su espalda, y perfeccionar las habilidades en las que Pixie Bob la había iniciado, pues a pesar de que las palabras que el oji rojo le había dicho esa noche la hirieron de sobre manera, la chica no pudo negar que estas contenían algo de verdad. Qué clase de heroína quería ser si no podía salvar alguien sin quedar incapacitada por varios días? Debía aprender a utilizar su particularidad sin lastimarse y debía hacerlo pronto.

Entonces, totalmente concentrada en su entrenamiento para obtener la licencia, soportó los días con fortaleza, teniendo la esperanza de que algún día, poco a poco, superaría el dolor.

Aquellos primeros días fueron especialmente horribles, pues aún aturdida y con la mente revuelta por todo lo que había pasado, hizo lo posible para acercarse al rubio y tratar de enmendar el error que creía haber cometido con él.

Katsuki había acabado de sufrir un acontecimiento traumático, era lógico que estuviera confundido y desorientado, lidiando con las sentimientos contradictorios e intensos que se generaban luego de un secuestro, de eso, ella sabía de sobra; por eso, Asuka sentía que se había rendido demasiado pronto con él ese día, pensando en que debió haber hecho algo para detenerlo en el hospital y decirle que ella lo entendía, que sabía por lo que había pasado y que le daría todo el tiempo que necesitara para reponerse, pero a pesar de su paciencia y de sus intentos para hablar con él, este la había apartado siempre con una crueldad muy dura para ella, hasta que finalmente, un día traspasó su límite.

—Maldita sea, pelo blanco, te dije que no te me acercaras más! Es que acaso eres estúpida? No quiero tener nada que ver contigo!!! Apártate de mi camino de una maldita vez, joder!!! —Gritó el platino con profunda rabia y grosería, para después darle tal manotazo al gesto que ella había intentado tener con él, que realmente llegó a causarle daño.

El dolor en su mano no fue nada comparado con lo que sintió en su pecho con aquellas palabras, causando que sus ojos se llenaran de lágrimas a una velocidad que nunca antes había experimentado. Sostuvo su palma mientras temblaba levemente dedicándole una mirada furiosa y decepcionada al oji rubí, notando el extraño gesto descompuesto que él había puesto después del golpe, y salió corriendo rumbo a su habitación, teniendo ahora su fe totalmente destruída y su corazón hecho pedazos.