Capítulo 7

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-Hakan...- dijo ella y se levantó para abrazarlo. Él no se sobresaltó, había ido para eso, para verla, para reconfortarla...

-Siento no haber avisado que vendría... creí que te haría bien la compañía...- dijo acariciando su espalda con suavidad, mientras ella continuaba sumergida en él.

-No hables...- jadeó ella sobre su pecho.

Él se llamó a silencio y continuó con sus caricias suaves hasta que ella suspiró y lo soltó, separándose de él y mirándolo a los ojos.

-Hay... tantas cosas que me pregunto en este momento...- dijo con la voz algo quebrada por la emoción que sentía.

-Yo también... estamos muy solos, Neslihan... nuestro trabajo es importante, tanto que dejamos de lado nuestras vidas...- dijo y acarició su cara- pero de vez en cuando la vida nos pasa factura... necesitamos sentirnos vivos...- dijo y ella miró sus labios.

-¿También te pasa? - le preguntó algo tocada por el comentario tan acertado.

-Sí...- dijo solo él y ella cerró la distancia entre ambos y lo besó con urgencia.

Hakan pareció debatirse físicamente entre detenerla e impedirse detenerla y finalmente la tomó entre sus brazos y la dejó hacer, disfrutando...

Ella suspiró y sintió que su cuerpo se amoldaba al de él y que Hakan le respondía los besos...

Pasaron minutos que pudieron haber sido horas explorándose, hasta que ella se separó de él y lo observó...

Esperó... sabía que vendría el arrepentimiento de él por haberse dejado llevar... el trabajo era importante... su responsabilidad... Neslihan sabía todo eso... pero ella ya no podía sentir arrepentimiento... necesitaba ese calor, esa sensación de sentirse acompañada, en cuerpo y alma...

Esperó y siguió esperando... y él la sorprendió buscando sus labios otra vez... besándola deliciosamente, sus manos recorriéndola de forma tan estimulante que ella quiso reír de alegría...

Lo empujó contra la pared y los besos se hicieron más intensos...

-Neslihan...- jadeó él cuando pudo separar sus labios de los de ella.

-El momento de arrepentirse ya pasó... ¿no crees?- le dijo ella en voz baja, algo agitada por la intensidad de los besos.

-No... no me arrepiento... solo me aseguro de que tú no lo hagas...

-No te preocupes por mí...- le dijo ella con una sonrisa y alzó las cejas.

Ella buscó una vez más sus labios y él no protestó. Tironeó de él y lo llevó dentro, a su habitación.

De pie junto a la cama, él abandonó su boca y se dedicó a besar la piel de su hombro, fragante y suave, como había imaginado que sería...

Ella se sintió envuelta en su aroma y resistió una risita por las cosquillas que le ocasionaban su barba y bigotes...

Sus manos cálidas se posicionaron en su espalda baja y ella sintió el deseo de él contra su pelvis. Cerró los ojos, inclinó la cabeza y luego de quitarle la camisa, decidió aventurarse y besar su piel, esperando su turno cuando él terminara de explorarla...

-Eres tan hermosa...- le dijo él al oído mientras ambos luchaban por quitarse las prendas que aún los estorbaban...

No dijeron una sola palabra más y él se recostó sobre ella, ambos agitados, el roce de sus cuerpos cálidos tan exquisito y ella cerró los ojos al sentirlo parte suya... mordiéndose el labio... había perdido la cuenta del tiempo que hacía que no compartía intimidad con nadie...

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