El señor Ro vino a verme un par de días después para hablar de forma más detallada acerca de nuestra futura asociación.
Era un alfa muy alto. Soy un chico alto, así que me sorprendió bastante tener que alzar la cabeza para poder mirarlo a los ojos mientras hablaba, hasta que tomamos asiento. Olía a menta y tenía una sonrisa muy marcada por sus colmillos un poco torcidos. A excepción de eso, todo en él era impecable y perfecto: su forma de hablar, la elegancia de sus gestos y ademanes, su porte, y su vestimenta.
La señora P'i parecía muy orgullosa de verme interactuar sin titubear contra él.
Su aroma era bastante fuerte, pero supuse que era porque estoy rodeado de omegas la mayoría del tiempo. Luego estrechamos nuestras manos y dijo:
— Te veré en cuatro días, hijo.
— Será un placer trabajar con usted — dije, sonriendo.
Luego se despidió de la señora P'i y se retiró. Ella me abrazó en cuanto él se fue y me dio palmadas en la espalda.
— Te compré un bonito traje para cuando vayas a iniciar tu camino al éxito.
Ella me llevó hacia mi habitación donde un traje rojo me esperaba: poseía mangas largas con detalles dorados, un corset en el centro y unos pantalones entallados, pero que parecían cómodos. Acaricié la suave tela con los dedos y observé que había una cápsula colgando del corset.
— Son unos aretes —ella explicó.
— Oh —la miré, apenado—. No tengo perforaciones, señora P'i, así que será mejor que los deje aquí.
— Oh —ella se veía un tanto triste, pero parecía no querer obligarme a nada, así que lo dejó de esa forma.
Despedirme del resto no fue fácil. Había convivido con ellos casi tres semanas y todos me habían recibido con los brazos abiertos. Sin embargo, traté de reconfortarme con que vendría a visitarlos cada que pudiera.
Chunja me acompañó a comprar un par de maletas. Paseamos por la plaza un poco y comimos algunos dulces típicos del pueblo antes de regresar a casa. Luego de la cena, comencé a guardar una gran parte de la ropa que la señora P'i había mandado a confeccionar para mí. También guardé la joyería que me había dado, al menos las pulseras y los anillos. Dejé todos los aretes.
El resto de los días, lo pasé con los omegas paseando por los jardínes de la residencia y la tarde antes de irme, la señora P'i se acercó a mí con un par de libros en mano.
— Quiero que te los quedes: este ni siquiera terminaste de leerlo.
Ella me mostró el libro de la historia de los gobernadores de Yathor y uno de historia que tenía planeado leer más adelante.
— Pero son suyos...
— Casi nadie los lee —ella sonrió, extendiéndolos hacia mí—; eres el único muy fascinado con nuestra historia.
Tenía las maletas detrás de mí y estaba esperando a que los carruajes del señor Ro llegaran por mí, como habíamos planeado. Ella me vio titubear así que se acercó a las maletas para guardar los libros por sí misma y estaba a punto de decir algo cuando Hyonu entró a la habitación.
— Los carruajes del señor Ro ya están aquí.
La señora P'i le sonrió y luego me miró, su sonrisa tambaleando un poco.
— Así que... Es hora — solté.
Ella asintió rápidamente y miré sus ojos cristalizarse.
— Sí, es tiempo que extiendas tus bellas alas, querido.
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It starts with love and it ends with you ❤ KookTae
FanfictionEn una sociedad tan homofóbica como es la de Corea del Sur, a Taehyung le cuesta demasiado encontrar el amor siendo un chico homosexual. Por ello, y por tener que esconder su verdadera sexualidad, Taehyung tiene una vida realmente monótona, y trata...