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Ya casi amanecía en cuánto volvimos a la fortaleza. Mi ropa estaba de nuevo mojada porque así como salimos, entramos. Por suerte, Payasín me ayudó a subir por las cornisas hasta estar de nuevo en mi habitación. Él se despidió de mí, recordándome que debía apresurarme a contarle las cosas al emperador porque los hombres de Ro no tardarían en darse cuenta de la sangre en el piso o del cuerpo escondido.

Me cambié de ropa a la velocidad de la luz, ni siquiera sequé mi cabello y tomé la mochila antes de abrir la puerta de mi habitación. Sin embargo, me encontré cara a cara con nada más y nada menos que con el príncipe Hoseok.

— ¡Taehyung! —él exclamó.

— Su Alteza —saludé, dando una larga reverencia—. Me preguntaba si podía hablar con usted y el emperador.

— Venía a buscarte para ver cómo te encuentras. Luego podríamos hablar con mi hermano.

— No, su Alteza, no lo entiende —solté—. Es urgente lo que debo decirles.

Hoseok me miró de arriba abajo y luego mi cabello húmedo.

— Me siento bien. Se lo aseguro.

— Eres un... muy extraño omega.

Sin embargo, él miró a sus sirvientes y les ordenó que nos dirigiéramos hacia el edificio Tierra. Momo se unió detrás de mí en cuanto nos la encontramos bajando las escaleras. Ella llevaba mi bandeja de desayuno, pero al negar con la cabeza se la entregó a un guardia apostado cerca de ahí y nos siguió.

Nos subimos a los botes y llegamos al edificio Tierra en un parpadeo. Me dolía un poco el estómago porque iba a enredar a Jimin en todo este asunto, esperaba que no se enojara conmigo y que el emperador no se enojara con él por "ayudarme" a salir de la fortaleza.

Cuando llegamos, Yubin se veía sorprendida ante nuestra llegada. Sin embargo, Hoseok estaba por encima de ella, así que permitió la reunión, dejándonos pasar al enorme salón en el que Jungkook y yo hablamos. Creo que era el salón del trono, por el... pues, por el trono. No lo sé, no sé nada de realeza.

En cuanto el emperador se giró, miró de forma interrogante a Hoseok.

— Taehyung dice que quiere hablar con nosotros.

Entonces su mirada recayó en mí.

Recordé lo que Payasín me había dicho de hablarle con respeto así que me incliné e hice una profunda reverencia ante él.

— Buenos días, su Majestad.

— Buenos días, Taehyung, ¿cuál es la razón para tan temprana reunión?

Tomé una fuerte bocanada. Mejor pedir perdón que permiso, ¿no?

— Antes que nada, quisiera pedir disculpas por mi atrevimiento —comencé—. Pero era urgente, así que... Yo conseguí esto.

Tomé mi mochila y dejé caer todos los documentos sobre la mesa. Hoseok ladeó el rostro con curiosidad, mirando sin tocar las carpetas.

— ¿Qué es? —preguntó.

— Son carpetas del señor Ro...

Ambos me miraron. De hecho, toda la sala me miró.

— Yo... Fui anoche a la residencia del señor Ro, ahí hay mucha información; por eso quería hablar con ustedes. Creo que es importante que se investigue hasta a las personas que ahí trabajan.

— ¿Saliste de la fortaleza? —Yubin me preguntó de forma directa—. ¿Cómo?

— ¿La residencia del señor Ro? —cuestionó Hoseok—. Taehyung... ¿Cómo?

It starts with love and it ends with you ❤ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora