011

928 209 31
                                    

Y luego él abrió la ventana y saltó por ella.

No me moví. No corrí a verificar que estuviera bien; porque sí saltó sin pensarlo, es porque confía en sí mismo y en que sus piernas pueden soportar una caída de tres pisos. ¿Por qué no iba a confiar yo? Además, no quería que él sintiera que me importaba. Porque no me importaba.

No me importaba. Me preocupaba.

¿Qué iba a hacer con él viniendo a verme de forma clandestina?

Y además, ¿qué tan seguro era para mí que él estuviera viniendo? El sujeto mató al señor Ro a sangre fría, ¿y si yo hacía algo para molestarlo hasta tener el mismo final que el señor Ro? ¿Debía decírselo al emperador Jungkook?

¿En qué diablos estoy metido?

Llevé las manos a mi cabello y tironeé de él por un momento antes de decidir que en realidad no tenía sentido preocuparme: si me mataba, no habría nadie quién me llorara. Así que, caminé hacia la cama y cerré la ventana luego de lanzar una pequeña mirada hacia afuera, solo por curiosidad.

Y me dormí.

La mañana siguiente me recibió con una sirvienta despertándome con su suave voz. Abrí los ojos y me senté mientras ella decía cosas sobre el desayuno y que luego el príncipe Hoseok tenía que verme en el edificio Médico para hacerme unos exámenes.

La vi moverse por la habitación abriendo cortinas para que la luz del sol entrara e iluminara la habitación. Ella era delgada y alta, su rostro era dulce y parecía muy joven. Su cabello negro y lacio estaba atado en una cola baja, su rostro libre de cualquier maquillaje.

— Soy Momo, por cierto. Estaré aquí para cualquier cosa que necesite.

Le sonreí antes de desperezarme y me puse de pie para ir a la otra sala donde encontré el desayuno ya servido. Momo dio una reverencia y dijo que volvería en cuanto yo hubiese terminado. Asentí ante ello y disfruté de mi desayuno. La noche anterior volvió a repetirse en mi cabeza y mis mejillas se sonrojaron cuando recordé que el payaso había dicho algo sobre yo montarlo.

Sí, su máscara definitivamente tenía que ser la de un payaso. Justo en el blanco.

Como sea.

Terminé mi desayuno, me puse otra ropa y cuando salí de la habitación Momo me estaba esperando. Ella dio una reverencia y yo respondí a ella.

— ¡Oh, no! Usted no tiene que responder a ella —dijo mirando a todas partes.

— ¿Por qué no? No soy de la realeza —argumenté—. De hecho, estoy seguro que en esta jerarquía, soy inferior a ti.

— Usted es el protegido del emperador Jeon. Usted no está encima de mí, joven —ella explicó.

Tenía sentido, supongo.

Tomamos de nuevo la balsa hasta llegar al edificio en el que desperté. Entonces, el edificio Médico. Momo iba detrás de mí, pero se adelantaba para abrir las puertas en cuanto nos acercabamos a una. Me sentía incómodo con una sirvienta al lado, pero este era el mundo en el que me encontraba ahorita, así que debía adaptarme.

Momo me llevó hacia una habitación diferente a la que yo desperté. Había un par de guardias frente a la puerta y se apartaron cuando Momo anunció a qué veníamos. Luego, ella abrió la puerta y me dejó pasar. Parecía un laboratorio, uno extraño que parecía de fantasía. Una mezcla rara entre cuento de hadas y futurismo.

Hoseok se encontraba sentado en un banco alto leyendo unos papeles y apartó la vista de ellos en cuanto Momo me anunció.

— Hola, Taehyung, ¿cómo has dormido? —miró a Momo—. Puedes retirarte, te llamaré en cuanto terminemos.

It starts with love and it ends with you ❤ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora