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Sentí que el tiempo transcurría como una oruga por la mañana. Nadie me había llamado, tampoco había recibido noticias y lo único que podía pensar era en la documentación que se debió conseguir de la mansión de Ro. Sin embargo, yo seguía aquí encerrado, dando vueltas como un león enjaulado.

Leí algunas anécdotas de Jeon Jungwoo, porque no pude seguir leyendo más acerca de Jungkook. Sentía que un frío sin origen se aferraba a mi cuerpo cada que pensaba en las trece muertes que el emperador había ejecutado en contra de su propia sangre. Y me sorprendía bastante como el reino y sus hermanos ahora confiaran en él.

Recordé lo que Payasín me dijo alguna vez: que no podía dormir tranquilo por las noches. ¿Acaso temía una traición? ¿De su gente? ¿De su familia? Con seguridad, su obsesión con el control debía estar relacionado con la culpabilidad de sus crímenes.

Porque no tenía nombre para ello que crímen.

Su padre, por otra parte, era un hombre fuerte y valiente, y su historia para tomar el reino había sido muy interesante. Resulta que él no era nada más y nada menos que un simple plebeyo, nacido en una familia pobre que sobrevivía, y no vivía.

La ambición, la avaricia o el deseo de superarse no fue lo que llevó a este pobre alfa a tomar un reino, si no el deseo de venganza. Su madre trabajaba como mesera en un burdel: la marca en su cuello era una clara señal para el resto de personas que ella no se acostaría voluntariamente o con deseo con nadie más que su alfa, el padre de Jungwoo.

Su madre era una mujer muy hermosa, los alfas libres soñaban con tenerla, pero por el fuerte aroma que la rodeaba (perteneciente a su compañero de vida) los mantenía a raya, golpeando sus egos.

Sin embargo, aquello no detuvo a un joven insolente, quien era el príncipe heredero de la familia que gobernaba Yathor en ese momento: la familia T'ak. Fue este príncipe T'ak Ilsun que, movido por la belleza de la madre de Jungwoo, forzó a la pobre mujer con su voz de mando y abusó de ella.

Inevitablemente, su semilla dio fruto.

Como mantenía la marca con su alfa, su lobo rechazó al bebé y le provocó un aborto espontáneo. No conforme con herir su dignidad, su integridad, su honor y dejarla embarazada, el príncipe Ilsung temió que sus padres y el pueblo descubrieran su pecado, así que acusó al padre de Jungwoo de traición y lo arrojó al mar con brazos y pies atados a piedras. A su madre, como esposa del traidor, la desnudó y la colgó desde una de las entradas de la fortaleza y ahí la dejó hasta pudrirse.

Jeon Jungwoo observó impotente cómo su familia era ultrajada y solo se había salvado porque su madre lo había empujado a huir en cuanto se llevaron a su padre. Jungwoo escapó hacia Bustoles, un país un poco más pequeño que Otristán y grande fue su suerte al caer en las manos de la princesa del reino Heebon.

Como era su amada, le habló acerca de su tragedia, y Heebon le prometió que ella le daría las armas para obtener su venganza. Heebon era la primera hija, pero al ser una omega no podía reclamar su derecho al trono. Sin embargo, cuando los reyes murieron de formas misteriosas después de un viaje, Heebon tomó a Jungwoo como esposo y le aseguró a su hermana Sunah, la heredera al trono, que si su esposo era aceptado en la familia, se les entregaría un ejército maravilloso a Bustoles.

Y así fue, el ejército entrenó durante diez años en manos de Jungwoo y luego partieron a Yathor, con el único objetivo de tomar la corona. La fortaleza Elden, después de tres años, y la corona cayó en manos de Jeon Jungwoo.

Lo único que pude pensar es que a la familia Jeon los movía la venganza y, posiblemente, el amor.

Pero Jungkook me asustaba más: una cosa es tomar un reino porque ultrajaron y difamaron a tu familia, otra asesinar a tus trece hermanos para tomar un puesto que no te corresponde.

It starts with love and it ends with you ❤ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora