La emoción no me duró tanto en cuanto Payasín me soltó para abrir el ventanal y sacar una pierna.
Luego él sacó la otra, se agarró de la parte superior del ventanal y se empujó con los brazos hacia fuera. Lo vi desaparecer y me acerqué a paso lento mientras me colocaba las botas que me había traído. Asomé mi cabeza y lo vi de pie en una de las cornisas, mirándome con atención.
— Sí, bueno... —susurré—. Usaré las escaleras.
Él negó y extendió un brazo, invitándome a seguirle.
Miré afuera, lejos de él y se me contrajo el estómago: no iba a sobrevivir a esa caída. Sin embargo, no tenía lógica lo que yo había dicho porque había guardias apostados en el pasillo fuera de mi habitación, si me veía con estas ropas bien podrían pensar que yo era un intruso.
Y si no me mataban, con seguridad me llevarían frente al emperador y ¿cómo iba a explicarme?
Así que tomé una bocanada de aire y, en lugar de sentarme, decidí sacar mis piernas de espaldas, agarrándome de la parte inferior del ventanal. Me deslicé contra el muro sin soltarme, poco a poco hasta que mis pies sintieron la cornisa y la mano de Payasín sujetó mi muñeca. Solté el ventanal, y traté de mantener el equilibrio.
— Vamos —susurró antes de caminar por la cornisa con agilidad y, lo más importante, equilibrio.
Lo seguí lo mejor que pude hasta que me hizo bajar por otras cornisas hasta que tocamos el pasto. En cada bajada, él sujetó mis piernas para evitar todo el ruido posible. Tendría que practicar esto más a menudo si quería ser de utilidad. Nos agachamos cerca de los arbustos y me miró.
— No es fácil salir de la fortaleza. La mejor forma es por el agua.
— Pero nos vamos a mojar.
— Solo un poco.
Iba a replicar, pero él volvió a sujetar mi muñeca y fuimos en cuclillas hasta que nos encontramos detrás del edificio Fuego, donde la oscuridad se volvía nuestra completa aliada. Debajo de nosotros, vaya sorpresa, se encontraba un cuerpo de agua y Payasín me dijo que debía aguantar la respiración hasta encontrar una trampilla.
Lo vi entrar al agua con cuidado y luego hundirse poco a poco. Miré a todas partes en pánico mientras me cuestionaba estas decisiones antes de hacer lo mismo que él. Casi no podía ver nada en lo oscuro, y las aguas eran un poco turbulentas, pero traté de mantener la calma buscando la dichosa trampilla. La encontré abierta gracia a él, así que con mis pies me impulsé hacia adelante y abajo, para entrar en ella.
Casi me genera claustrofobia: era un túnel oscuro y pequeño, pero podía ver un rayo de luz al final, y la mano de Payasín extendida para mí. Nadé hasta él y extendí mi mano para tomar la suya. Me arrastró con fuerza sin lastimarme y, extrañamente, hacia abajo.
Él sujetó mi cintura y yo me agarré como pude de sus hombros hasta que mis piernas salieron del túnel y las balanceé con cuidado hacia el suelo, dónde él me bajó con cuidado.
Mis botas nuevas cayeron sobre un líquido y miré velozmente hacia abajo: había agua en el suelo. Pero lo más extraño era que el suelo no era tierra, era cerámica. Alcé la mirada hacia Payasín.
— ¿Qué es esto? —pregunté en voz baja.
No esperé respuesta, soltando sus hombros y mirando a nuestro alrededor: estábamos en una recámara sostenida por pilares gruesos y antiguos, arriba de nosotros había unos candelabros con muchas telarañas y velas desgastadas y sucias. Por el agua, la recámara mantenía un tono azul espectral y se escuchaba el eco del agua que caía al suelo proveniente del túnel por el que habíamos entrado.

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It starts with love and it ends with you ❤ KookTae
AventuraEn una sociedad tan homofóbica como es la de Corea del Sur, a Taehyung le cuesta demasiado encontrar el amor siendo un chico homosexual. Por ello, y por tener que esconder su verdadera sexualidad, Taehyung tiene una vida realmente monótona, y trata...