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El emperador Jungkook no poseía aroma.

Lo noté con rapidez. No había ningún aroma emanando de él y me pregunté cómo podía ser aquello posible. Sin embargo, no era algo de mi incumbencia. Me había hecho una pregunta y no sabía qué responderle. ¿Debía mencionarle de la aparición de mi visitante nocturno?

— Ha sido agradable —respondí, al final.

— Me alegra escuchar eso.

El silencio nos rodeó, su mirada fija en mí y me pregunté si sabía sobre la visita y ya tenía al payaso encarcelado, solo esperando que yo le fuera honesto.

— No me gusta que estés involucrado en este caso, Taehyung —fue su comentario—. No quisiera que sigas involucrado en ello, pero ahora eres una valiosa fuente de información para mí. Necesito que confíes en mí.

Asentí suavemente.

— ¿Por dónde empiezo? —pregunté.

— ¿Cómo llegaste hasta sus manos?

— Desperté en la residencia. Ellos dijeron que quizá me di un golpe muy fuerte, porque no recuerdo nada antes de despertar.

— ¿Nada?

— No recuerdo a mi familia —mentí—. De dónde vengo y a dónde iba.

— Espero que podamos resolver esto pronto —dijo el emperador—. Estamos investigando quién y dónde se encuentra tu familia, para que puedas regresar con ellos.

— Gracias.

Y lo dije con honestidad: apreciaba el esfuerzo, aunque iba a ser en vano. Yo no pertenecía a ese lugar, pero tampoco lo hacía en mi realidad.

— Solo recordaba mi nombre —continué, mirando las decoraciones en la mesa—. La señora P'i se mostró muy amable y comprensiva; le creí todo. Le creí acerca de la supuesta ayuda que les brindaba a los omegas perdidos que encontraba. Había cinco más, aparte de mí, cuando llegué.

— Los otros omegas, ¿tenían la memoria atrofiada también?

— No. Pero ahora estoy seguro que la señora P'i solo les mentía cuando aseguraba que estaba buscando a sus familias.

Entonces le describí a cada omega, sus historias y le mencioné sus nombres y sus edades. No le expliqué los sueños de cada uno, ni cómo o cuánto lo admiraban. Pero pensé de forma profunda en ellos, en cómo sus ojos se iluminaban al pensar en su futuro. En cómo se alegraban y suspiraban al pensar en el futuro matrimonio entre el príncipe Kunwoo y el emperador Jungkook.

Le hablé sobre los trabajadores en la residencial, que no eran muchos y casi no rondaban la casa. Mencioné las personas que yo vi entrar y salir, aún si no sabía sus nombres, describí sus características físicas y sus aromas lo mejor que pude.

Detallé la casa de forma meticulosa: cada habitación, cada decoración, cada mueble y cada alfombra que pisé. Le confesé que se encontraba en Pettcus, en Humham. Y luego...

— Hyonu.

— ¿Quién es?

Era complicado responder esa pregunta. Había estado pensando demasiado en Hyonu cada vez que tenía un momento de paz y silencio. Tenía sentimientos encontrados por él.

Estaba claro que Hyonu sabía toda la situación de la señora P'i. Sin embargo, mientras más lo pensaba y mientras más lo analizaba, no creía que él estuviera a favor de sus acciones. Y por ello también mantenía esa personalidad distante y fría con cada omega que entraba en ese lugar.

Al mismo tiempo, ¿qué era lo que lo detenía de, al menos, huir de esa casa? Quizá él no tenía los recursos ni el poder para enfrentarse a la señora P'i. Pero estoy bastante seguro que podría haber denunciado de forma anónima la situación. ¿Qué era tan poderoso para asegurar su silencio y su voluntad?

It starts with love and it ends with you ❤ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora