Amor Y Negocios Con Algo De Drama

4. Naom.

Pov Freen.

Paso la noche totalmente despierta, debíamos empezar a hacer unos preparativos para que sea algo lindo para ella.

La vi moverse sobre mi pecho, ¿como paso esto?

Finalmente despertó luciendo una bella sonrisa.

—Buenos días amor —saludó colocando aquel adorno al final.

—Buenos días, Bec, ¿como dormiste? —pregunté.

—Muy bien, ¿y tú? —contestó.

—Lo normal —respondí.

—Sabes, soñé algo hermoso —dijo aferrándose más a mi cuerpo —, soñé que tú, yo y una niña estábamos nadando en la playa —hizo una pausa —, esa niña era nuestra hija.

Yo no pude pegar el ojo en toda la noche y ella soñaba con nuestra vida juntas.

—Quizás algún día se cumpla —respondí con una tenue sonrisa en mis labios.

Escuche la puerta de la sala ser abierta y saber quien era me arranco una sonrisa.

Necesitaba hablar con alguien.

Salí de la cama rápidamente para correr por la habitación por mis zapatos y seguir corriendo hacia la sala.

Pata cuando pude ver, era ella, entrando temprano como todos los días.

Salte y corrí hasta llegar a ella, ella lucio asustada al verme.

—¿Estás bien? —preguntó poniendo una mano en mi frente para sentir mi temperatura.

—Sí, solo quiero hablar contigo. —Sentí mi corazón ser estrujado lentamente al recordar cada cosa dicha y hecha desde ayer.

Me acerque a ella hasta poder dejar caer mi cabeza en su hombro, ella aún estando sorprendida acaricio la misma.

—Amor —llamo la voz tan conocida.

Rápidamente me despegue de Nam para voltear y verla, se veía confundida y hasta podría decir que molesta.

—¿Amor? —preguntó Nam en un hilo de voz.

En mi mente sonaba "no lo digas".

—Quiero hablar contigo Nam —pedí, ella no muy convencida solo asintió levemente.

—Rebecca, regresamos en un rato —avisé tomando la mano de Nam para salir de la casa e ir hacia su casa.

Cuando entramos note lo limpia que mantiene su casa a pesar de su poca disponibilidad de tiempo.

—Dijiste que no era lo que pensaba —dijo ella.

—No lo era —Contesté dejando salir una lagrima de enojo y frustración en su esencia.

—¿Son novias ahora? —preguntó en un suspiro, que sabía que ocultaba algo más.

—Prometidas —aclaré, fue claro cuando cerró los ojos fuertemente y las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.

Agacho la cabeza y golpeo su propio sillón fuertemente.

—¿¡Por qué!? —grito golpeado más fuerte con los puños —, creí que me esperarías un poco.

Removió todo dentro de mí al escucharla, no pude decir nada, no podía moverme, todo en mí estaba paralizado.

—No lo hagas Freen, te lo suplico —pidió queriéndose poner de rodillas y logre detenerla.

No pude aguantar más y lo solté.

—No la amo. —ella me vio sorprendida —, ¿Recuerdas a la mujer que me dejo sin decirme nada? —pregunté, ella asintió.