Capítulo 31

126 17 0
                                    

HP

Ese día despertó temprano. Se había acostumbrado tanto a despertarse en el campo, que despertar allí, en esa habitación que ya había dejado atrás, lo deprimía mucho más.

Se levantó y se dio una rápida ducha, bajo en silencio hacia la cocina, suponiendo que todos estaban durmiendo. Casi dio un grito de susto al encender las luces y ver a su padre ahí, sentado con una taza de café.

- Papá – saludó sorprendido – ¿Qué hacías aquí, en la oscuridad?

James le sonrió apenas y le señalo un asiento a su lado. Harry entendió y se acomodó a su lado.

- Estaba pensando – respondió, sirviéndole un poco de jugo que tenía a su lado –. Anoche escuche a tu madre y a Sirius hablar sobre tus problemas con Draco.

- Ay no – se cubrió el rostro con las manos, siendo incapaz de ver a su padre a la cara.

- Lily tiene una manía que me molesta – contó James –, siempre me oculta las cosas y soy el último en enterarse de todo. Por favor, Harry, no me hagas eso tú también.

- Draco y yo discutimos – al decirlo en voz alta un nudo se formó en su garganta y miro a su padre, dispuesto a contarle la verdad –, él piensa que lo engañé.

- ¿Qué?

Harry se asustó al ver que su padre se ponía pálido de repente.

- Escucha y no te alteres – pidió preocupado, pero eso no pareció tranquilizar a James.

- Pero ¿por qué pensaría algo así?

- Yo... Draco es muy celoso, papá – suspiró y trato de calmar a su padre –, pasaron cosas que nos hacían discutir mucho, y yo lo amo, pero él no entiende. Se siente traicionado y engañado, trate de explicarle las cosas, pero al final solo decidimos darnos un tiempo para pensar.

- Sirius confía en el amor entre ustedes – James parecía haber recuperado el color –, y yo también. Draco es un buen muchacho, estoy seguro de que todo se va a arreglar.

- Eso espero.

Harry suspiró y permitió que su padre lo abrace, aunque no le dijo toda la verdad, se sintió aliviado al ver que James no preguntaba más.


..


No preguntó, pero no por eso se quedaba más tranquilo.

Le dolía ver a Harry tan triste, y todo por un malentendido. El matrimonio de Draco y Harry era muy joven, y siempre habrá discusiones, pero no por eso debían de separarse.

Ya sabía lo que le diría Lily. Estaba seguro de que ella le pediría no intervenir y dejar que las cosas se solucionen, pero no podía dejar a su hijo así en la nada.

Iría a la hacienda Malfoy a hablar con Draco, era su deber como padre. Estaba seguro de que podría arreglar las cosas y volver para el almuerzo.

Decidió que ese día tenía ganas de manejar, y como sería un viaje de un par de horas debía de llevarse a alguien. De inmediato recordó que últimamente no pasaba mucho tiempo con Tom, desde que le había alquilado algunas tierras que tenía abandonadas la comunicación fue decayendo.

No lo pensó dos veces y fue a buscarlo. Al verlo pensó que Tom no aceptaría acompañarlo, pero sonrió en grande al ver que estaba equivocado. El de ojos azules tomo el lugar de copiloto y acepto dejar de lado el trabajo por un par de horas.

Fueron los noventa minutos más divertidos que pudo tener en un viaje. Al llegar los recibió un hombre mayor llamado Ted, quien les ofreció un café o algo de tomar. Tom pidió un jugo de naranja y él un vaso con agua, recordando que pronto seria hora de su medicamento.

Lo que la vida me robo (Drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora