Capítulo 8

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Ya llegada la noche, Sirius y Remus llegaron para acompañarlos, sobre todo porque James, terco como solo él, no quiso permanecer más tiempo en la cama y se levantó para cenar con ellos. Solo por eso Harry no se pudo negar a participar, no quería que nadie notara lo triste que estaba.

En cuanto termino la cena, y todos se acomodaron en la sala, Harry se sintió sofocado. Se levantó y se dirigió hacia la puerta, necesitaba arie fresco.

- ¿A dónde vas, Harry? – preguntó Remus en cuanto lo vio alejarse.

- Al jardín Monny – dijo, tratando de sonar bien.

- ¿A estas horas? Mejor quédate aquí con nosotros.

- Déjalo que respire Monny. – dijo Sirius tranquilo, y Remus lo miro con molestia por tener nuevamente una copa de whisky en su mano.

- Sirius tiene razón, Remus - dijo Lily, sorprendiendo a ambos hombres -, deja que respire un poco de aire fresco.

Harry no espero más y salió al jardín, donde se la paso paseando, disfrutando del silencio que se apreciaba. Y esperando a Cedric. Le había dicho, habían quedado en verse todos los días en el jardín. Pero los minutos pasaron y nadie aparecía. Se decidió por ir a buscarlo, porque sabía que, si no aclaraban esa situación hoy, no dormiría nada.

Caminó hasta la base naval, donde entró con cuidado, y trato de orientarse hasta los dormitorios. Le llevo unos minutos, pero al final se encontró con un cabo, que supuso conocía a Cedric. Estaba dispuesto a preguntar por él, pero el capitán Longbottom apareció y despidió al cabo antes de poder formular su pregunta.

- Harry – saludo Frank en cuanto lo vio –. ¿Qué te trae por aquí?

- Capitán – saludo de vuelta –. Qué pena molestarlo, pero quería pedirle un favor – dijo apenado –. Si pudiera dejarme hablar con el cabo Diggory un par de minutos, se lo agradecería. Es un asunto urgente.

- Lo siento Harry, pero el cabo Diggory pidió hace unos días que lo trasladáramos a otra base naval - dijo seguro, pareciendo extrañado de que pregunte por él -, y hoy a la tarde se fue de aquí definitivamente.

- No lo puedo creer - murmuró Harry, que horrible sentimiento que lo inundo -. Pero a dónde lo trasladaron, de verdad necesito hablar con él.

- No tengo ese dato en este momento – dijo y le dedico una de esas miradas que James casi siempre le daba –. Harry, yo te conozco desde que eras un niño, y voy a hablar contigo como estoy seguro lo haría tu padre. Tu lugar está con tu familia, junto a tu padre que está enfermo, no puedes irte tras una persona que evidentemente no tiene interés en ti.

Harry desvió la mirada. Tenía ganas de correr y llorar, le dolía todo lo que estaba escuchando.

- ¿Tú sabes la angustia que causarías a tu padre? – siguió el capitán en tono paternal, después de todo tenía un hijo de la misma edad que Harry – Su corazón está muy débil, Harry, y perder a su hijo es algo que no soportaría. Vamos, te acompaño a tu casa.

Harry volvió en silencio, sentía su corazón roto, jamás creyó que Cedric sería capaz de hacer algo como eso. Incluso su alma parecía deprimida. Se sentía miserable, y de pronto sintió todos sus músculos casados.

Solo Frank Longbottom sabía que habían encontrado un maletín con dinero y el arma homicida en posesión del Cabo Diggory en su dormitorio, pero no se lo diría a Harry, creía que lo mejor sería una desilusión por abandono, que saber que de quien te habías enamorado era un asesino.

En cuanto llegaron a su casa, se encontraron con su madre y Charlus esperándolo. No quiso hablar con nadie, así que se despidió y subió a su habitación con rapidez. Sentía su corazón en mil pedazos, ese era un dolor que no quería sentir jamás, pero lo estaba haciendo.

Lo que la vida me robo (Drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora