Capítulo 5

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No se sorprendió cuando esa misma tarde le avisaron que Lily Potter estaba en la sala esperándolo.

Desde que volvió en la mañana había estado buscando otra forma de expandir su fábrica, ahora que Harry se reusaba a venderle el terreno. Además, le había pedido a Pansy que también revisara las cuentas de la fábrica, para estar seguro de que todo estuviese en orden.

Dejo su despacho en orden y se dirigió hacia la sala, donde la señora Potter ya lo esperaba.

- Buenos días – saludo él por cortesía.

- Buenos días – devolvió ella –. Quería venir a verte, ¿me podrías explicar cómo es que eres hijo de Lucius y su único heredero? Jamás te había visto.

- Esos, señora, son asuntos privados – él le sonrió – ¿O acaso usted me va a explicar cómo es que, siendo una mujer casada, esposa del Almirante Potter, fue amante por tantos años de mi padre?

- Sabía que te habías esterado de mi – confirmo ella –, apuesto a que fue Severus quien no pudo mantener su boca cerrada. Pero quiero pedirte que no comentes nada de eso. Tú no estuviste por aquí, acabas de llegar y no sabes cómo son las cosas...

- Mire, señora – la interrumpió –. No me interesa su vida, ni tampoco tengo intenciones de divulgar su oscuro pasado con mi padre.

Lily le agradeció de manera ácida, aunque él no hubiera esperado amabilidad de esa señora. La primera impresión que le había dado el almirante Potter era buena, detonaba ser un hombre bueno, al igual que su hijo, pero su esposa era sin duda una persona detestable.

Para el día siguiente, tanto él como Pansy habían revisado el libro de cuentas de la fábrica, y ambos notaron el enorme hueco que había en ellas, el robo estaba a simple vista. En cuanto termino de ver eso, se dirigió de inmediato a la fábrica, donde Murphy lo recibió como si no hubiera robado miles a su familia.

- Seguro vino para firmar - dijo sacando una carpeta con papeles dentro - el pedido de la compra de la nueva maquinaria para la fábrica.

- No – lo miro con seriedad, ni siquiera había tomado asiento, lo que haría era rápido –. Estuve revisando los libros contables.

- Ya le había dicho que no estaban al día – lo interrumpió.

- Eso no tiene importancia. No es necesario ser un experto para saber que usted ha estado robando a mi padre durante muchos años – Murphy lo negó, alegando que había cometido una equivocación –. No estoy equivocado. La manera que tiene para engañar y retirar el dinero ha sido muy estúpida y se nota que no se esforzó por cubrirlo.

- Deje que le explique...- trato de excusarse.

- Yo no he venido hasta aquí para discutir, sólo a decirle dos cosas - lo interrumpió –. Primero que nada, usted ya no es el administrador de mi empresa, y segundo; o me devuelve lo que ha robado o lo meto a la cárcel.

- Señor Malfoy, no me tomo muy bien las amenazas – trato de sonar intimidante, pero fallo inmediatamente.

- Descuide, que yo no mando golpear a las personas, como usted a quienes les presta el dinero. Simplemente haré que se pudra en la cárcel.

Y para reafirmar lo que había dicho, tomo el teléfono.

- ¡No, señor Malfoy, por favor! - rogó él - ¡Es que yo no tengo dinero en este momento!

Al ver que Draco comenzaba a marcar los dígitos, Murphy le quito el teléfono de las manos y rápidamente comenzó a rebuscar en uno de sus cajones, de donde saco un sobre y se los mostró a Draco.

Lo que la vida me robo (Drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora