La relación entre Malachi y Madelaine continuaba creciendo, llena de momentos especiales y risas compartidas. Una tarde, mientras charlaban en un café, Malachi tuvo una idea que no pudo quitarse de la cabeza. Quería invitar a Madelaine al Homecoming de su antigua escuela, un evento que siempre había significado mucho para él.-Madelaine, ¿qué harías este fin de semana?-preguntó Malachi, tratando de sonar casual.
Ella lo miró, curiosa. -No tengo planes específicos. ¿Por qué lo preguntas?-
Malachi respiró hondo, sintiendo un ligero nerviosismo. -Estaba pensando en invitarte al Homecoming de mi antigua escuela. Sé que puede sonar un poco tonto, pero siempre me ha gustado ese evento y me encantaría que fueras conmigo-
Madelaine sonrió, visiblemente emocionada. -¡Eso suena genial, Malachi! Me encantaría ir contigo-
Con la respuesta afirmativa de Madelaine, Malachi pasó los días siguientes haciendo los arreglos necesarios. Quería que todo fuera perfecto para ella. El sábado por la tarde, se preparó con esmero, eligiendo un traje clásico que sabía que le gustaría.
Cuando llegó la hora, condujo hasta la casa de Madelaine, sintiendo una mezcla de emoción y nervios. Al llegar, fue recibido por los padres de Madelaine, quienes lo invitaron a pasar mientras ella terminaba de arreglarse.
-Hola, Malachi- lo saludó la madre de Madelaine con una cálida sonrisa. -Madelaine estará lista en unos minutos. ¿Te gustaría esperar adentro?-
-Claro, muchas gracias- respondió Malachi, sintiéndose bienvenido.
Se acomodó en la sala, observando los detalles de la casa mientras los padres de Madelaine preparaban una cámara para grabar el momento. Pronto escuchó el sonido de pasos en la escalera, y su corazón comenzó a latir con más fuerza.
Madelaine apareció en lo alto de las escaleras, luciendo un largo vestido negro que la hacía ver espectacular. Malachi quedó sin palabras, su belleza lo dejó deslumbrado. A medida que ella bajaba los escalones, él se colocó al pie de la escalera, esperando con una mezcla de anticipación y admiración.
Los padres de Madelaine, con la cámara en mano, capturaban cada momento. -Oh, Madelaine, te ves hermosa- dijo su madre, emocionada.
-Sí, realmente lo estás- añadió su padre, sonriendo mientras grababa.
Madelaine llegó al pie de la escalera y Malachi la tomó de la mano, sus ojos fijos en los de ella. -Te ves increíble, Mads- dijo con sinceridad.
Ella sonrió, sus mejillas sonrojándose levemente. -Gracias, Malachi. Tú también te ves muy bien-
Después de un breve intercambio con los padres de Madelaine y de tomarse algunas fotos, la pareja se dirigió al auto de Malachi. El trayecto hacia la escuela estuvo lleno de risas y conversaciones animadas, ambos emocionados por la noche que les esperaba.
Al llegar, el gimnasio de la escuela estaba decorado con luces y adornos temáticos. La música llenaba el aire y los estudiantes bailaban y se divertían. Malachi y Madelaine entraron tomados de la mano, sintiendo la magia del momento.
La noche transcurrió con una mezcla de baile, charlas y risas. Malachi no podía apartar la vista de Madelaine, maravillado por la conexión que sentían. Mientras bailaban una canción lenta, él la acercó más, disfrutando de la cercanía y del ritmo de la música.
-Gracias por venir conmigo, linda- dijo en un susurro, mirándola a los ojos.
-Gracias por invitarme, Malachi. Esto es increíble- respondió ella, apoyando su cabeza en el hombro de él.
El Homecoming fue una noche inolvidable para ambos. A medida que las horas pasaban, se dieron cuenta de lo especial que era su relación y de cuánto significaban el uno para el otro.
Al final de la noche, después de despedirse de sus amigos y de disfrutar de los últimos momentos del baile, Malachi condujo de regreso a casa de Madelaine. Al llegar, se detuvo frente a su casa y apagó el motor, quedándose un momento en silencio.
-Me alegra que hayas disfrutado de esta noche, Mads- dijo finalmente, girándose hacia ella.
-Fue maravilloso, Malachi. Gracias por hacerlo tan especial- respondió ella, sonriendo con ternura.
Se despidieron con un abrazo, y justo cuando Madelaine iba a salir del auto, Malachi la detuvo suavemente. -Madelaine, quiero que sepas que esta noche ha significado mucho para mí. Eres increíble y estoy agradecido por cada momento que compartimos-
Ella sonrió y, sin pensarlo dos veces, se inclinó hacia él y lo besó suavemente. Fue un beso lleno de promesas y emociones, una muestra del futuro que ambos querían construir juntos.
-Buenas noches, Malachi- dijo ella suavemente después del beso, bajando del auto.
-Buenas noches, Madelaine- respondió él, viendo cómo entraba en su casa con una sonrisa.
Mientras Malachi conducía de regreso a casa, su mente estaba llena de recuerdos de la noche. Sabía que lo que tenían era especial y estaba dispuesto a hacer todo lo posible para que esa conexión siguiera creciendo. El Homecoming había dado paso hacía el comienzo de algo hermoso, y Malachi no podía esperar para estar con Madelaine.
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