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𝖣𝖤𝖫𝖥𝖨𝖭𝖠

Leandro me guió hacia mí habitación mientras nos besábamos salvajemente. Al fin ambos habiamos dado el brazo a torcer y nos habíamos rendido ante el otro. Si bien habiamos tenido nuestros roces y coqueteos no habiamos llegado a este punto

sonreí entre el beso y lo empujé suavemente hacia la cama, se apoyó en sus codos admirandome y me coloqué sobre él

besé sus labios y bajé hasta su cuello dejando besos húmedos en el camino. Un suspiró salió de sus labios y colé una de mis manos por su remera acariciando sus abdominales. Una de sus manos golpeó suavemente mi culo para luego apretarlo

le retiré la remera rápidamente y continúe bajando con besos topandome con el elástico de su pantalón deportivo, relamí mis labios y elevé mi vista

sus ojos conectaron con los mios y asintió dándome permiso. Bajé su pantalón y su miembro instantáneamente salió disparado y golpeó una de mis mejillas

pasé mi lengua por la longitud y repartí algunos besos por la zona. Sentí su mano apoyarse en mi cabeza y tirar un poco de mi cabello

— dale, deja de boludear —habló gravemente

metí la punta a mi boca jugando con mi lengua y provocándole un largo suspiro a Lean. Repentinamente su mano me empujó con brusquedad hacía abajo, aquello me hizo tener una arcada y alejarme con los ojos llorosos

— uh salió delicada la nena —se burló

lo golpeé suavemente y volvi a meterme su miembro a la boca usando mi mano para estimular lo que no me entraba

a medida que aumentaba la velocidad escuchaba algunos gemidos escapar de sus labios junto con algunas puteadas

me ayudó colocando una mano en mi nuca y acompañando la velocidad de mis movimientos. Sentía mi ropa interior mojarse debido a la forma en que me hablaba acompañada con su placer

tiró de mi cabello impidiendome que continúe y lo miré extrañada

— tantas ganas de pija tenias? —sonrió— date vuelta que te ayudo si tan necesitada estas —me soltó

acaté su pedido instantáneamente poniéndome en cuatro y lista para él. Escuché el sonido de la bolsita del preservativo y, unos segundos después, pasó la punta de su miembro por mi entrada. Llevé mi cuerpo hacia atrás buscando que entre, y ante eso recibí una fuerte nalgada de su parte

— no, mi amor. Quédate tranquilita y quietita —sujetó mi cintura con una mano

lo sentí adentrandose lenta y tortuosamente dentro de mi, y cuando estuvo completamente hundido solté de mis labios se escapó un gemido

sus movimientos comenzaron lentos y fueron subiendo cada vez más terminando en estocadas bruscas, nalgadas fuertes y tirones de cabello

yo era un lío de gemidos, a duras penas podia conectar dos palabras de una oración. Mi cabeza y mi cuerpo estaban hundidos en el placer que me estaba provocando Leandro

— así te gusta, no? que te trate mal y te hable como la trola que sos —empujó mi cabeza hacía abajo obligandome a dejar mi mejilla apoyada sobre el colchón

si creía que no se podía sentir aún más estaba totalmente equivocada, justamente en esta posición lo disfrutaba aún más

asentí como pude y se empujó bruscamente hacia mi, robándome un gemido. Sentía mis piernas aflojarse y sus estocadas se volvían imprecisas dando paso a que se acerque nuestro orgasmo

— Lean, seguí por favor —rogué

sin verlo sabía que estaba sonriendo egocéntricamente y continuó embistiendome bruscamente hasta que ambos llegamos a nuestro fin. El nudo en mi vientre bajo se desató y el acabó dentro del preservativo soltando un gemido

𝖮𝖼𝖾𝖺𝗇 𝖤𝗒𝖾𝗌 ━━ Leandro Paredes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora