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𝖣𝖤𝖫𝖥𝖨𝖭𝖠

luego de la clara victoria de Argentina, entre los festejos, me dediqué a admirarlos divertida con una pequeña sonrisa en el rostro. Me daba tanto no-se-qué en el pecho verlos tan emocionados de un triunfo con la albiceleste

sentí unos brazos rodearme de repente y supe que ese no era Leandro. Fue un abrazo tan repentino y fugaz que me tomó por sorpresa

— ganamos eu, ponele onda —me cargó Nicolas

ay dios, Otamendi. En qué lío me estás metiendo

— tanto tiempo —me limité a responderle con una sonrisa amable

— bastante diría yo. Cómo has estado? —canchereó

— bien, vos? muy ocupada en el trabajo

— bien. Entretenido con los partidos... —respondió con simpleza

— y tu mujer, no? —ataqué

— pensé que ya nos habíamos olvidado de eso, Fi —se cruzó de brazos divertido— O no te lo sacaste de la cabecita todavía? —jodió

— yo? no serás vos el que no me saca de su cabeza?

cuando su sonrisa se ensanchó supe que había acertado

Nicolas Otamendi, jugador de la selección argentina y del Benfica. Gato, chamuyero e infiel, a veces, depende cómo esten las cosas con la mujer

lo conocí hace bastante y tuvimos unos cruces de miradas en un evento organizado por la AFA. Poco fue lo que charlamos antes de escaparnos a un lugar más privado y hacer de las nuestras de callados

al principio había creído que se separó de la mujer, pero me enteré más tarde que no habia sido así. Hablé tranquilamente con él y quedamos en que ninguno decía nada, nos eliminabamos el recuerdo

aunque hubo ciertos roces cumplimos con lo que acordamos y no volvimos a tener nada. Claro que nos fue difícil ignorar la tensión pero lo pudimos hacer con mucho esfuerzo

— contame, a cuál de los bichos te estas comiendo? porque no lo estoy viendo a tu hermanito por acá —curioseó

— te interesa mucho? —arrugué mi nariz peleandolo— Me guardas el secreto?

asintió al instante y estiró su meñique hacia mi. Él aún recordaba mi forma de hacer promesas. Lo enlace con el mío cerrando el pacto

— a Paredes —admití

— con razón la historia del otro día —asintió— La verdad te felicito, comes muy bien

— gracias, gracias —dije con egocentrismo

— Delfi! —saludó Cristián— uh, estaban ocupados? no sabía que se conocían, desde cuándo son amigos?

— no sabe no responde —se encogió de hombros

Cuti elevó una de sus cejas intrigado pero copié la acción de Nicolás, restándole importancia al tema

una mano rodeó suavemente mi muñeca obligándome a girarme y encontrarme a Leandro sonriéndome con los ojos achinados

me lo morfo acá nomás

lo abracé por el torso y él me envolvió en sus brazos al segundo. Dejó un beso suave en mi frente y aprovechó el momento

— te estoy viendo, hija de puta. Dejá de sonreirle al boludo este —susurró— Esperame en la oficina al lado de los vestidores, necesito que me ayudes con algo

— muy urgente? Nico me invitó a tomar mates —murmuré y elevé levemente mi cara para verlo

— si, si. Vas a tomar mate pero después de chuparme esta

le pegué en el pecho y rió divertido

— dale, Ojitos. Por favor, te necesito —en sus ojos noté aquel brillo que tanto los caracterizaba y terminó provocándome una sonrisita

— no tardes —avisé

— después te la pongo toda, como recompensa —se defendió antes que le pegara

dios, qué iba a hacer con este chico!

aunque mentía si decía que no me gustaba que fuese así. A mi parecer, lo hacía aún más atractivo y me gustaban esos chamuyos guarangos que solo a él se le podían ocurrir a la hora de cojer. Y ni hablar de la forma en cómo me habla

resumidamente, mí útero lo pide a gritos y, teniendo la oportunidad, no se lo voy a negar

me senté sobre el escritorio esperándolo pacientemente. Aproveché para ojear un poco la decoración y las cosas que había en el cajón

sabia que el hecho de que le haya hablado al que, según él, solo me tira "me gusta" en las historias no le habia gustado en lo absoluto

asi como también sabía que iba a terminar con un dolor de mandíbula increíble porque iba a querer desquitarse conmigo

𝖮𝖼𝖾𝖺𝗇 𝖤𝗒𝖾𝗌 ━━ Leandro Paredes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora