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𝖣𝖤𝖫𝖥𝖨𝖭𝖠

después de unas largas horas de viaje, llegamos a nuestra bella Roma

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después de unas largas horas de viaje, llegamos a nuestra bella Roma. Decidimos que primero vendríamos acá y, en cuanto le den vacaciones, iriamos a Argentina a visitar a nuestros familiares

incluso él había prometido presentarme a su familia, lo que me mantenía bastante nerviosa, pero contenta

cuando llegamos, insistió en que vayamos a su casa primero y que después me dejaría en la mía. Tenía ganas de estar un rato más con él asi que acepté

Leandro tiró de mi mano suavemente acercándome y plantó cortos besos en mis labios, los cuales fueron subiendo la intensidad rápidamente. Sus manos recorrieron mi cuerpo gustosamente, hasta que se frenaron en mi culo y, ejerciendo algo de fuerza, me levantó obligandome a enredar mis piernas en su torso

bajé los besos hasta su cuello dejando algunas marcas a propósito mientras se dirigía a la habitación, donde me recostó en la cama y él se colocó sobre mi, sin aplastarme

— te bancas uno de bienvenida? —susurró contra la piel de mi cuello y colando sus manos por debajo de mi remera

su barba de pocos días me pinchaba la zona pero rápidamente se veía reemplazado por los besos húmedos que dejaba

— si, obvio que me lo banco —acaricié su nuca

me quito rápidamente la remera y el pantalón, dejándome únicamente en ropa interior. Yo no queria perder tiempo, asi que también ayudé a que se quite la remera

— a ver cuánto se banca la nena —se acomodó entre mis piernas

su cuerpo se inclinó sobre el mío y sentí su pesada respiración por debajo de mi ombligo haciendome estremecer. Arrastró su lengua subiendo hasta el comienzo de mi corpiño y me miró con una sonrisa

— abrí —ordenó y acercó dos dedos a mi boca, el índice y el corazón

acaté su orden y chupe los dedos lentamente, noté su mirada fija sobre mi y soltó un suspiro entrecortado. Con su mano libre, y despegando levemente mi espalda del colchón, desprendió mi corpiño negro y lo tiró por alguna parte de la habitación

plantó un beso en ambos pezones, para luego pasarle la lengua a uno y llevarselo a la boca. En ese momento retiro sus dedos de mi cavidad bucal y lo llevó directo a mi entrepierna, dentro de mi tanga. Apenas sus dedos comenzaron un vaivén a lo largo de mi vagina un pequeño grito se escapó de mi boca

mordió suavemente mi pezón y mi mano viajó al rapado en su nuca. Sus dedos tocaron mi clítoris y me removí en mi lugar, noté sus comisuras elevarse y volvió a poner sus dedos en ese punto tan sensible

comenzó un movimiento seguido y suave sobre ese punto sin ningún tipo de piedad. El placer rápidamente se extendió por mi cuerpo y ahogué algunos gemidos en mi garganta

𝖮𝖼𝖾𝖺𝗇 𝖤𝗒𝖾𝗌 ━━ Leandro Paredes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora