𝖮𝖼𝖾𝖺𝗇 𝖤𝗒𝖾𝗌 ━━ Leandro Paredes

O8

𝖣𝖤𝖫𝖥𝖨𝖭𝖠

al terminar de subir una foto de mi comida escuché el timbre resonar por todo mi hogar, algo intrigada fui a ver quién era porque no esperaba a nadie, quizás solo sea Paulo viniendo a joder

sin embargo, al abrir la puerta y encontrarme unos ojos azulados me sorprendí. Él no era de aparecerse de la nada así que me sentí un poco perdida por su repentina aparición

— hola Del, cómo estas? —saludó con un beso en mi mejilla

— hola Lean, bien, y vos? qué andas haciendo por acá? —le sonreí amablemente

— bien, bien. Pasé por un lugar que seguro te hubiese gustado mucho y te traje algo

fruncí el ceño intrigada y miré atenta como sacaba un ramo de flores desde detras de su espalda. Una sonrisa sincera se formó en mi rostro y cubrí mi boca sorprendida

— Lean... son muy hermosas. —las agarré— Gracias

— de nada. Me alegro que te hayan gustado Ojitos. Estás ocupada? —se apoyó en el marco de la puerta y se inclinó levemente hacia mi

— no, estaba por comer. Por qué? —aprovechando la pequeña cercanía examine su rostro detenidamente

— no me querés invitar a comer? —sujetó mi mentón con su mano libre— estoy cagado de hambre

— hay fideos con crema y pollito, te gusta? —me sentía atontada ante su toque

— si, obvio

me alejé de él dándole espacio para que entre y fui a dejar las flores en agua siendo seguida por él. Luego agarre un plato y le serví la comida para entregarselo y guiarlo hacia la mesa para comer juntos

mientras comiamos, me contaba cosas que le estaban gustando del club y de la bella ciudad de Roma. Lo entendía totalmente, al llegar acá me sentía fascinada por todo pero lentamente fui encontrando cosas que me gustaban más

después me ayudó a lavar y nos quedamos charlando otro rato más en la cocina. Yo sentada sobre la mesada y él frente a mi de brazos cruzados

de un momento a otro sus manos viajaron a mis piernas pero solo las dejó quietas. Relamí mis labios tratando de concentrarme en lo que decía pero se me hacía un poco difícil por sus manos y su cercanía

— que carita. —sonrió— En qué andas pensando?

— en mi ex —solté en joda

— imposible —chasqueó la lengua— como te gusta joderme Delfina

— y si te digo la verdad? —cuestioné acercándome peligrosamente a su rostro

— porque ni en pedo pensas en el boludo ese estando conmigo —acomodó un mechón de pelo detrás de mi oreja— asi que te podes dejar de hacer la mala conmigo

su dedo pulgar acarició mi labio inferior

— en qué estas pensando vos? —murmuré

— te quiero partir la boca de un beso, rubia hermosa —admitió

— qué esperas? —desafié

se acercó y unió sus labios con los mios formando un beso lento y deseado. Su mano se aferró a mi cuello, sin ahorcarme, y su otra mano apretó mi muslo

cuando nos separamos mordí su labio inferior suavemente jugando con su paciencia y soltó una risita ronca

— te haces la buenita pero sos media atrevida, no? —volvió a dejar un corto beso en mis labios

— ah no se, querés saber? —coloqué mis manos en su pecho

— que hija de puta... —susurró— No puedo, tengo que ir al Roma en un toque —suspiró

lo alejé suavemente pero volvió a acercarse con su tipica sonrisa canchera y se encogió de hombros como si no hubiese nada para hacerle

— te prometo que otro día lo corroboro, cuando tengamos tiempito a solas —me sujetó del mentón— si?

— me parece bien —le hice ojitos y con su mano cubrió mi vista

— basta, no me mires así. Ahora entendes por qué te digo así?

— mhm... si —contesté

plantó un suave beso en mi cuello que me produjo muchos escalofríos por todo el cuerpo, luego de aquella acción me destapó la vista y lo admiré con una sonrisita

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con amor
L—