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𝖣𝖤𝖫𝖥𝖨𝖭𝖠

hoy llevé a Oriana al aeropuerto, tenía que viajar por temas de su trabajo y Paulo iba a estar entrenando

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hoy llevé a Oriana al aeropuerto, tenía que viajar por temas de su trabajo y Paulo iba a estar entrenando. Quiso faltar, de hecho habló con el equipo, pero no le dieron el día, por ende se fue de muy malhumor a entrenar

me despedí de ella con un fuerte abrazo y le aseguré de que ambos la ibamos a estar esperando. Con una gran sonrisa se despidió y me dió la espalda para alejarse

una vez que abordó su avión volví a mi auto para ir en dirección al estadio del Roma para buscar a mi hermano, había tiempo aún por lo que maneje bastante tranquila mientras escuchaba mi playlist favorita todo el camino

al estacionarme fuera, bajé y me adentré al estadio para presenciar la práctica. La seguridad ya me reconocía como la hermana de Dybala, por ende no tuve problema para ingresar. Caminé hasta las sillas cercanas a la cancha y me senté a verlos correr, jugar con la pelota y reirse un poco

unos minutos después vi como Leandro se acercaba a mi hermano para decirle algo y ambos miraban en mí dirección. Paulo me saludó animadamente y se acercó trotando

— qué haces acá? ya la llevaste? —me sonrió aunque se notaba que lo ponía mal que ella se vaya

— si, vine a buscarte a vos. Cuando termines vamos a comer algo juntos. Es un aviso —advertí cuando noté que quería negarse

suspiró y pasó una mano por su cabello cansado, Leandro lo abrazo por los hombros uniéndose a la conversación sin ninguna invitación

— qué pasa con esa carita? —lo jodió a mi hermano

— nada, Delfi quiere que salgamos a comer —habló— Vos querés venir con nosotros?

sonrió levemente y se pasó una mano por el cabello, al igual que mi hermano. Sin embargo, a él lo vi con otros ojos, es decir, cómo no?

tenía a un hombre hermoso en frente, todo transpirado por haber estado haciendo ejercicio, con los musculos de los brazos tensos, el pelo desacomodado y la respiración agitada

mordí el interior de mi mejilla inconscientemente y volví a la realidad cuando ambos hombres fueron llamados a volver a entrenar. Entre empujones y risas volvieron a la ronda con sus compañeros, ya estaba por culminar por eso me levanté y me fui a esperarlos en la entrada

al tiempo vi a algunos jugadores del roma salir, quienes se despidieron educadamente. Pero hubo uno en específico, que se quedó charlando conmigo. El mismismo Nicola Zalewski, el centrocampista polaco

la verdad me pareció bastante simpático y alegre, el acento polaco se marcaba constantemente en su forma de hablar lo cual me causaba cierta gracia

— Delfi, ya estamos —avisó Lean apareciendo en mi campo de vista

me despedí del veintiuno del roma y me acerqué a Leandro, quien miraba en dirección al otro jugador. A los segundos sus ojos conectaron con los míos y una sonrisa se formó en su rostro

— cómo estas ojitos? divertida con el Roma?

— bien, muy, pero muy, divertida con el equipo. Y vos? —acomodé mi cabello

me abrazó por los hombros para comenzar a caminar hacia el estacionamiento

— bien, un poco cansado —bostezó

a lo lejos vi a mi hermano esperarnos junto al auto muy concentrado en su celular, supongo que hablando con Oriana

— que lindos ojitos que me pusiste cuando me viste adentro de la cancha —susurró cerca de mí oído— la cantidad de cosas lindas que me imaginé tuyas no tienen nombre

al estar cerca de mi hermano, y que sus palabras me hayan tomado con la guardia baja, lo empujé para alejarlo de mi sintiendo el calor expandirse por mi cuerpo

— ay, conchuda —se quejó, ya que casi se choca un auto

— la boquita —lo retó mi hermano guardando el celular

le di las llaves del auto con una sonrisa y me puse a su lado de brazos cruzados

— a dónde vamos a ir a comer? —preguntó el ojiazul

— hay un restaurante re lindo cerca de mi casa, es nuevo y no suele ir mucha gente. Podemos ir, no? —sugerí

— me gusta la idea —asintió mi hermano

— a ese lugar será, los sigo porque no tengo ni idea de dónde es —abrió su auto

mentiroso, él mismo me había hablado del lugar ese día que fue a tomar mates a casa. Sugiriendo que algún día podíamos ir

blanquee mis ojos cuando Paulo no nos veía y module un "mentiroso" para atacarlo. Como respuesta recibí un guiño de ojo y un "te como toda" de su parte junto con una risa

nos subimos a los autos y mí hermano arrancó en dirección al restaurante donde íbamos a almorzar

nos subimos a los autos y mí hermano arrancó en dirección al restaurante donde íbamos a almorzar

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con amor
L—

𝖮𝖼𝖾𝖺𝗇 𝖤𝗒𝖾𝗌 ━━ Leandro Paredes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora