donde una cabellera rubia
y unos ojos verdes dejan
loco a Paredes
donde la hermana más
chica de Dybala cumple
su sueño de tener a alguien
que le regale flores
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
hoy Paulo y Ori me habían invitado a comer, extrañamente también invitaron a Leandro. Debía admitir que un poco de miedo me daba, no quería que terminen en una pelea pero confiaba en que eran hombres civilizados y podían hablar las cosas
después de cruzar la puerta que daba al patio de mi hermano y verlos mirarse de frente, la tensión se hizo presente en mi cuerpo
Lean le estiró la mano levemente y Paulo sonrió, aceptandola y abrazándolo como los amigos que siempre fueron
- hermosa! -me saludó Ori- Te re extrañé -hizo un pequeño puchero- tu hermano no me ayudó a elegir nada del casamiento
reí divertida
- pero es que, confío en tus gustos -se excusó
- varones -le hice burla y ella asintió apoyando mi opinión
Lean elevó su ceja levemente, mostrandose bastante ofendido. Le sonreí inocentemente y me abrazó por los hombros delicadamente. Cerca de su cuerpo pude sentir aquel perfume tan rico y característico de él, el mismo que sentía por las mañanas luego de dormir juntos
- mi regalo ya lo saben, cuando quieran se pasan y lo prueban -les sonrío a la pareja
a mi no me había contado nada, qué era el regalo?
- mirá, por segunda vez, voy a confiar en vos -advirtió mi hermano- Mas te vale que ese vino sea rico
- desconfias de mis gustos? me siento herido, sabias? -se ofendió en joda
- y bueno... te gusta mi hermana. Estoy en mi derecho de desconfiar de tus gustos -se encogió de hombros
Ori golpeó suavemente su brazo riéndose
- dejen de pelearla, Delfi es hermosa y es re buena. -me defendió. Ella me defendería a muerte si lo necesitaba, y viceversa- Vení, ayudame a traer las cosas para la mesa mientras terminan de hacer el asado
me fui detrás de Oriana dejando a ambos hombres solos esperando que no se maten ni nada parecido. Mientras le ayudaba a juntar las cosas para poner en la mesa me iba contando un poco de lo que había pasado en el corto tiempo y sobre cuan emocionada estaba de por fin cumplir su sueño
si bien definir como sueño al casamiento es exagerado y suena muy antíguo, de cuando las mujeres eramos claramente esclavizadas por hombres, lo de Ori va más allá de eso y le da un nuevo significado. Casarse, para ella, significaba haber encontrado al hombre indicado, a ese alguien tan especial que no podría encontrarse en nadie más, y que querrías encontrar en todas tus vidas y universos. Y para mi, era de la misma forma que ella
ser amada también era mi sueño
aproveché para contarle lo que había pasado en el viaje, en los tiempos libres fuera de la cancha con los chicos y a solas con Lean. Ella me sonrió dulcemente y luego dejó salir una risa cuando llegué a la parte de Otamendi
- poco se habla de lo fatal que sos, Delfi -caminamos nuevamente hacia el patio- Ojalá a vos también encontrarte en otra vida, no se qué haría sin una mejor amiga como vos!
aquello provocó que mi corazón se estruje, acaso ella podía ser más buena? No podía imaginarmela haciéndole algo malo a mi hermano, y mucho menos viceversa
a veces, el amor triunfaba
- te quiero mucho, Ori. -me animé a decirlo- Mi hermano no podría haber encontrado a alguien mejor. Estoy segura de que les va a ir muy bien -halagué
sus ojos brillaron de alegría y dejó las cosas sobre la mesa para acercarse a brindarme un tierno abrazo. Y de repente, me sentí protegida, apreciada... querida?
- yo también te quiero mucho, Fifi. Yo creo que vos también vas a encontrar a alguien para vos, si es que no lo encontraste ya -habló al separarse y guiñó su ojo derecho
reí suavemente y asentí
- ojalá -sentencié
terminamos de poner la mesa en silencio hasta que ambos se aparecieron entre estruendosas risas manotazos brutos pero jugando, o eso creía
- para las hambreadas -Paulo puso la tabla de madera sobre la mesa con asado y algunas verduras hechas a la parrilla, las cuales debia de admitir que tenían una pinta increíble
- estás bien, Ojitos? -curioseó en voz baja Lean luego de pararse a mi lado
- si, estaba hablando cosas de chicas con Ori y me emocioné -me encogí de hombros
plantó un suave beso en mi sien
- bueno, comamos -juntó sus manos en un repentino aplauso
me alivió saber que volvieron a ser los mismos amigos de antes, aunque trataba que no fuese así, la consciencia me pesaba tanto de saber que habían discutido por algo mio
- qué te sirvo, amor? -preguntó
Paulo lo miró haciéndole burla desde la espalda y solté una risa nasal. Lean frunció el ceño confundido y se giró, rápidamente mi hermano cambio la cara y se hizo el boludo sentandose en su lugar
solía quejarme pero había extrañado verlos juntos y peleandose por cualquier cosa
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
