Surcando olas tranquilas y azules, el majestuoso navío, el Alba Calypso, retorna al Reino de Selili tras intensas negociaciones comerciales con el distante reino de Huaxia.
El barco, un navío de línea de 3 cubiertas; se acercó al muelle tal murmullo entre las ondas del mar, guiado por las expertas manos de los marinos. A bordo, el Rey y sus valientes caballeros, listos para desembarcar y adentrarse en tierra firme, no tenían tiempo de distracciones pues un barco no es juego de niños, menos si se trata de guardar la vida del soberano. A medida que la embarcación se acercaba, el cimbrar de la música y las voces jubilosas de la multitud se hicieron cada vez más fuertes.
El reino de Selili brillaba con una belleza etérea, un mundo donde el mar y la tierra se entrelazaban en una danza eterna. Las casas blancas de la capital, Yar Yaffa, se aferraban a los acantilados, con sus techos de tejas azules reflejando la luz del sol como si las olas mismas las hubieran acariciado en su ascenso. Las calles empedradas, bordadas con azulejos de colores vibrantes, serpenteaban hacia el puerto, donde barcos de madera con velas ondeantes danzaban al compás de las olas.
El aire estaba impregnado de la sal marina y el aroma de flores silvestres que crecían en los jardines, con sus pétalos brillantes en contraste con el blanco radiante de las edificaciones. En la plaza central, una fuente de mármol emanaba agua fresca, creando un suave murmullo que armonizaba con las risas de los niños que jugaban en sus alrededores. La vida en Selili transcurría al ritmo del mar, y su cultura estaba impregnada de una conexión profunda con la naturaleza.
La emoción y la expectación en el aire se apegaban a la piel y los vítores de los ansiosos pueblerinos alegraban el corazón de los admirados marinos, dichosos de hallarse por fin en casa.
El barco atracó en el muelle principal de la isla más grande del Reino de Selili y el Rey, acompañado de singular mujer extranjera, la Embajadora de Huaxia; pisó tierra firme con rigor, seguido de cerca por sus Caballeros de vibrante turquesa, tono reservado para los de más alta alcurnia, solamente.
El Rey y sus Caballeros fueron acogidos con grande ovación y vítores de admiradores quienes se arremolinaron alrededor de ellos para darles la bienvenida, con collares de flores y regalos.
Los ojos del Rey Tir-Hadad II se iluminaron ante la calurosa bienvenida y la muestra de aprecio de su pueblo. Sonreía plácido entre aplausos cuando divisó a su noble reina esperándole en el palco del torreón en la plaza del muelle. Y aunque la reina tuviese su mirada ciertamente apagada, su suave sonrisa dio dicha al corazón del Rey.
Tir-Hadad y sus Caballeros prosiguieron el desfile por el muelle de camino a la plaza principal, recibidos por nobles y señores de la corte, así también por plebeyos expresando gratitud y respeto por estos hombres que luchan por proteger el reino.
La celebración continuó en las calles y plazas, con comida y bebida groseramente abundante, con juegos y espectáculos para entretener, si fuere posible, hasta las ratas.
Y mientras el soberano se despegaba por un momento del séquito y las formalidades para charlar con algunos de los cercanos a su corona, los Caballeros rompieron fila, no por diversión, sino para vigilar que nadie se acercara al Monarca o a la Embajadora con mala intención. Entre los Caballeros se veía coordinación, salvo en un jovencito quien se agarraba la cabeza tratando de encontrar el equilibrio. El pequeño era Orel, un aventajado alumno de once años; angustiado por no encontrar centro, se afirmó en el brazo de quien estaba a su diestra.
—¿Qué pasa?
—Es que estoy mareado... porqué está tan fijo el piso...
—Llevamos bastante sin pisar tierra—Sonriendo, Elya despeinó cariñosamente la coronilla del chiquillo con los ojos entrecerrados—Haz lo mismo de siempre, ya se te va a pasar.
ESTÁS LEYENDO
Cuentos de Cielo y Mar: Shipwrecked 🌊
Teen FictionEn un mundo marcado por la traición y el destino, Elya y Orel, dos jóvenes ligados por la sangre pero separados por secretos, arriban al reino de Selili, a bordo del Alba Calypso. Con Elya como protector y mentor de Orel, los dos deben enfrentarse...