iii. crisis

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Siendo el último año de la escuela y los últimos meses antes de acabarla, todo se ha vuelto algo sombrío.

Solo falté una semana, y sé que mi apariencia no es la mejor, pues mis ojeras no se van, pero me siento tan ajena a todo lo que me rodea.

Lydia llegó a mi lado y pasó su brazo debajo del mío; me sentí fortalecida.

—Debemos encontrarlos —dijo; asentí.

Nos separamos en clases y cuando me tocó biología vi a Scott; se veía bien, la verdad, estaba escribiendo los apuntes en su cuaderno y se le veía concentrado.

Cuando el timbre sonó lo llamé; me miró mientras guardaba sus cosas en su mochila. Todos se fueron y él sonrió leve.

—Hola, ¿qué sucede? —me dice al poner su mochila en su espalda.

—Hola, ha pasado un tiempo, no te veía desde... el funeral —ambos desviamos la mirada—. Lydia y yo descubri-

—Oye, Scott —nos interrumpieron; un chico del equipo de lacrosse estaba en la puerta de la sala—. Hoy, entrenamiento —le hizo una seña y Scott sonrió asintiendo.

—¿Un partido?

—Sí, pronto jugaremos contra la escuela del sur, es una de las pocas que cuesta vencer —me mira esperando que lo deje ir.

—¿No estás sufriendo? —le pregunté finalmente al verlo a los ojos.

Su mirada se perdió.

—Él no ha desaparecido —dijo al fin—. Cada vez que duermo y despierto, cada vez que estudio o juego lacrosse, cada vez que pienso en mi futuro, él es parte de todo, porque si no lo olvido, él no desaparecerá nunca —sus ojos brillaron. Scott se culpó estos tres meses por haber olvidado a Stiles debido a los jinetes fantasmas.

—Yo tampoco lo he olvidado —dije, pero Scott solo forzó una sonrisa, asintió y se fue.

Después de eso salí al pasillo y vi a Lydia. Ella se acercó a mí.

—¿Y?

—No pude hacerlo —la miré—; él no puede saber lo que sucede, porque si le doy esperanza, él se romperá si fracaso. —Mis ojos se cristalizaron; esta semana me sumergí en mi dolor, pero la realidad es que todos están sufriendo.

—Pensé lo mismo cuando vi a Malia; ella está con mucha ira de hecho —ambas nos miramos y ella me tomó de la mano—. Podemos hacer esto, ambas.

—Lo haremos.



—¿Qué tal esta? —me muestra una fotografía del edificio de Derek.

—La verdad es que no se me viene algún recuerdo que viví ahí —le dije, y ella resopló, entonces se quedó mirando una fotografía.

—Cierra los ojos unos instantes —me indicó; lo hice—. Respira profundamente. Es de noche, hay una temperatura algo baja, la música es fuerte, pero no como para molestarte, te rodean varias personas bailando, las luces son violetas, azules y rosadas, entonces recuerdas que estás...

—En el baile de mi primer año en Beacon Hills —abrí los ojos y vi la fotografía; era el gimnasio de la escuela. Sentí un mareo y todo a mi alrededor desapareció; pestañeé un par de veces para concentrarme y lo busqué.

Sonreí, porque aquí tenía su cabello corto.

Estaba pelón.

Me acerqué a él y se encontraba en la pista de baile; él veía como Lydia iba por algo.

Stiles —lo llamé en medio de la multitud. Me miró.

—Oh, hola, Ruby. No he visto a Allison —dijo de inmediato al mirar a su alrededor.

—No, eso no importa. Quiero que bailemos esta canción —dije al tomar su mano y jalarlo. Lo acerqué a mí y la música se puso lenta; acomodé sus manos en mi cintura y se veía nervioso. Reí.

Puse mis manos alrededor de su cuello y nuestros ojos se encontraron.

Empezamos a salir después del desastroso cumpleaños de Lydia y la insuperable situación de Jackson como Kanima, pero fue bueno, porque ese momento nos ayudó a entender nuestros sentimientos.

—Yo vine con Lydia —dijo titubeando. Le acaricié la mejilla.

—Lamento decirte que el amor de tu vida está bailando contigo —me miró algo confuso.

—Yo-

—Has estado enamorado de Lydia desde 3ro, pero eso no significa que otros no te amen.

—Ay Dios mío, espera. Tú no estarás ¿borracha? —susurró lo último.

Miecyzlaw Stilinski —se sorprendió más—. Eres mi futuro, mi pasado y definitivamente siempre serás mi presente —sentí las lágrimas caer por mis mejillas—. Realmente deseo salvarte, porque no hay un mundo en el que pueda ser feliz si tú no estás —mi voz se quebró, la música cambió a una más alegre y mientras todos bailaban lo solté—. Busca a Lydia. Creo que salió al campus de lacrosse.

Retrocedí varios pasos y aunque su mirada no se apartaba de mí, se fue tras de Lydia. Cerré los ojos con fuerza y los abrí en la habitación de Lydia. Estaba acostada en el suelo y sentía como mis lágrimas caían más fáciles en esta posición.

—¿Estás bien? —me limpió mis lágrimas, me senté y asentí.

—¿Cómo lo hiciste?

—Cuando quiero conectar con mi lado banshee, normalmente la hipnosis y la relajación funcionan, y eso te funcionó. —Lydia sacó unas hojas y empezó a anotar algo; cuando lo vi eran eventos que ella recuerda y en los que yo estuve según su memoria.

—¿Crees que podremos hacerlo? —la miré.

—Averigüémoslo —asentí—. Era de noche, hacía frío, el lugar era oscuro y la brisa era escalofriante. Corríamos por un túnel cuando Stiles se desmayó —me muestra la fotografía del edificio donde el nogitsune mató a Allison.

Cerré los ojos; el mareo se me hizo leve.

—No debieron venir —abrí mis ojos y vi a Lydia sosteniendo a Stiles; se veía muy débil y necesitado de ayuda, pero mientras Scott preguntaba a Lydia sobre lo que sucedía, yo solo miré el túnel y comencé a correr.

Llegué a una reja que se encontraba cerrada, forcejé y no podía abrirla; vi entonces a Allison a punto de disparar su última flecha.

¡Lydia, ayúdame!

"Respira, eres una bruja, la magia es parte de ti, solo cree en tus palabras y repite: confractus".

Respiré profundo, cerré los ojos levemente y dije: —¡Confractus! —oí la reja rechinar y abrirse de golpe, no me di tiempo de sorprenderme, avancé veloz y cuando Allison lanzó la flecha salté sobre ella, ambas caímos al suelo y vimos al oni desaparecer por su flecha. Entonces el otro oni que debía de apuñalar a Allison apareció frente a nosotras, un rugido resonó y Scott se apresuró en pelear contra el oni.

Me sentí mareada; miré a Allison de inmediato.

—Es la plata, diles que es la plata —dije. Ella asintió con el ceño fruncido y cerré los ojos con fuerza. Los volví a abrir sintiéndome ahogada.

—Oye, tranquila. Respiré —tosí, vi a Lydia frente a mí mirándome, pero quien me tocaba era otra persona; giré la cabeza y Allison estaba ahí, con su cabello más largo y sus ojos brillantes. Volví mi mirada a Lydia y tras pestañear un par de veces se levantó.

Ella y yo abrazamos a Allison y lloramos.

𝐀 𝐓𝐑𝐀𝐕𝐄́𝐒 𝐃𝐄𝐋 𝐓𝐈𝐄𝐌𝐏𝐎 - Stiles StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora