x. emoción

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He estado viajando mucho, retrocediendo en el tiempo, cambiando cosas que parecen pequeñas, pero según Lydia harían un efecto "mariposa", sin embargo, nada. Vuelvo al presente y como dijo Stiles, lo que tenía que suceder pasó de una u otra manera.

No hay forma de burlar al destino y eso me estresa mucho, me dan ataques de ansiedad y no puedo dejar de llorar en silencio en las noches, porque no quiero que me vean decaer, no de nuevo.

Viajo al pasado, comparto momentos hermosos con Stiles y siento que puedo vivir así siempre, pero mi mente me dice que en algún momento tendré que dejarlo ir, y no puedo.

Si él se va, yo no vivo.

Queda muy poco para que se cumplan los dos meses y estoy tan angustiada, ¿por qué el tiempo pasa tan rápido?

Me encontraba en la escuela; mi mente vagaba por todos lados menos donde debería estar; extrañaba hablar con Stiles y no podía decírselo ni siquiera a Allison o Lydia; No podía seguir insistiéndoles en que me ayudaran, porque sé que se están preparando para los exámenes finales.

Cuando salí de clases, iba caminando por los pasillos de la escuela y cuando vi de reojo una imagen en una pared, me detuve y retrocedí para ver bien aquellas imágenes, mensajes y más. Había una foto del equipo de lacrosse y recordaba ese momento. Estaba en las gradas viendo todo; empecé a sentir un bullicio en mis oídos y cuando pestañeé me encontraba en las gradas viendo el final del partido de lacrosse.

Los jugadores se fueron al camerino y yo me dispuse a seguirlos.

—¿Adónde vas?

Me giro y veo a mi padre con Allison. Niego con la cabeza.

—Al baño, vuelvo en un rato —dije al seguir avanzando, me adentré al pasillo y después de unos minutos Scott salió del camerino.

—Hola, Ruby, Stiles está dentro —dijo algo asombrado por mi presencia.

—¿Hay más gente? —pregunté y él negó, asentí e ingresé.

—Oye, no me dejes atrás —dijo Stiles al poner su bolso sobre su hombro; cuando se giró me miró y observó a su alrededor buscando a Scott.

—Huyó —comenté; Stiles suspiró y sonreí; tenía el cabello mojado y la piel brillante por las gotas que recorrían su piel—. ¿Huirás tú? —dije finalmente al ir avanzando donde él. Stiles negó con la cabeza y se acercó a mí. Me acorraló contra un casillero y tras apoyar una mano ahí, con la otra levantaba mi rostro y me acercaba a su boca; un beso pasional era lo que necesitaba y él me lo dio.

—Ruby —susurró contra mi piel, mientras sus besos bajaban por mi mentón y cuello. Mi respiración se había agitado y mi corazón también. Le di una leve mordida en el cuello y él soltó una leve risa. Sabía que era sensible de ahí y no dudaba en molestarlo.

Me abrazó y me hizo cosquillas. Grité ante el asombro y me reí casi a carcajadas por sus movimientos. Me volvió a besar; una vez se detuvo y me quedé pegada observando sus ojos hermosos.

—Vamos, pronto van a cerrar todo —dijo al acariciarme la mejilla, apreté mis labios y asentí, me tomó de la mano y al entrelazar los dedos caminamos hasta la entrada de la escuela, dónde al fondo me esperaban mi papá y Allison.

—No pude hacerlo —dije finalmente; me giré para ver a Stiles y mis ojos se humedecieron al instante—. No me puedo arrepentir de salvar a Allison, pero no puedo perderte a ti, no me parece.

—Ruby —susurró al dejar caer su bolso y acariciar mi rostro; sus manos acunaban mis mejillas—. Jamás te pediría que la elijas sobre mí, y mucho menos tú lo harías, porque tu corazón es bueno, lo sé. Es el corazón que más amo y atesoro.

—¿Y qué hago?— Se me quiebra la voz.

Vive por mí, sonríe por mí, diviértete y cuando sientas que no estoy ahí, repréndete, porque siempre viviré en tu corazón —me besó en los labios y después en cada mejilla.

—No soy de rendirme, no contigo —digo y él ríe. Sus ojos parecen brillar más, pero se muestran tristes también.

—Debes de irte —dice, pero niego con la cabeza al sostener sus manos.

—Déjame quedarme hasta que despierte allá. Hasta que ya no pueda más y despierte en ese horrible presente —él asiente y voy a decirle a mi papá sobre irme con Stiles; él lo entiende y me deja irme con él en el jeep.

—¿Quién tiene mi jeep? —pregunta. Una vez vamos a su casa, me quedo viéndolo e intentando recordar, pero la realidad es que el jeep está abandonado en su casa y no he vuelto a hablar con el sheriff.

—Nadie —lo miro. Él me observa un instante y vuelve su mirada a la carretera.

—Quiero que tú lo tengas —dice finalmente. Apreté mis labios y asentí; no sé si el sheriff quiera dármelo, además de que se supone que sabe sobre mi "poder"; por ello, tengo miedo de verlo y decirle que fui la causante de la muerte de su hijo—. Papá lo entenderá, él te dará las llaves cuando se lo pidas —me sonrió, pero más que hacerme feliz, me dolió, me lo está dando porque sabe que no volverá conmigo al presente.

—No soy buena manejando —comenté al fin, después de reprimir mi llanto para no estropear el momento.

—Yo te enseñaré, aún nos queda tiempo —dijo despreocupado. Se estacionó fuera de su casa y bajé del jeep junto a él. Ambos nos adentramos y fuimos a su habitación; verlo todo en su lugar me sigue dejando sin palabras—. ¿Está muy desordenada? —me dice al dejar su bolso en una silla.

—Está habitada —dije al fin; él no me miró hasta unos instantes después de suspirar. Se acercó a mí y me acomodó el cabello detrás de las orejas.

—¿Sabes cómo puedo reconocerte cada vez que viajas? —negué—, porque tienes una expresión llena de dolor y tristeza, y desearía que no te vieses así. Porque parece como si tu vida hubiese acabado.

—Es que mi vida se acabó, ya no estás —mi voz se quiebra y a él le tiembla el labio.

—Deseo que vivas, Ruby. Deseo que conozcas gente, estudies lo que quieras o trabajes en lo que amas; deseo que —se queda callado un momento y después habla con algo de dificultad—, vivas. Continua tu vida, por favor, prométemelo.

Negué—. Prometí no ser tan estúpida como para atentar contra mi vida, pero no voy a prometer algo que sé que no podré hacer —lo miré y vi la emoción en su rostro—. Sabes que no existe mi vida sin ti.

𝐀 𝐓𝐑𝐀𝐕𝐄́𝐒 𝐃𝐄𝐋 𝐓𝐈𝐄𝐌𝐏𝐎 - Stiles StilinskiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora